miércoles, 26 de febrero de 2014

Crítica: CAPITÁN PHILLIPS (2013)

PAUL GREENGRASS












La saga Bourne pasa por ser la mejor saga de acción el cine actual por muy variadas razones. Su estilo europeo, su agilidad, la sorprendente contundencia de sus peleas, son coreografías en las escenas de acción, que son realmente sublimes, guiones muy bien trabajaos y con elementos de pesos y un estilo de dirección muy reconocible y que ha influido enormemente en el cine de acción posterior. Incluso el tratamiento del héroe es referente en muchas cintas. Peter Greengrass ha sido el director en dos de las tres partes de esta trilogía (ha habido una cuarta parte que parece comenzar otra nueva trilogía), las dos últimas, “El mito de Bourne” (2004) y “El ultimátum de Bourne" (2007), que subliman los aspectos que ya se apreciaban en la excelente primera parte de la franquicia, “El caso Bourne” (2002), dirigida por Doug Liman.



Greengrass ha apostado por el estilo aplicado en esta saga para convertirlo en el suyo propio, una perfecta fusión para generar las emociones que se pretenden en este tipo de cine, la tensión, el frenesí, el nerviosismo, la violencia…Así lo hemos visto en “United 93” (2006), “Green Zone: Distrito protegido” (2010) o esta “Capitán Phillips” que nos ocupa. Este estilo consiste en dotar de un ritmo desenfrenado al interior de la puesta en escena, de retratar la inestabilidad. Encuadres difusos, nunca fijos, una cámara inestable, que no para de moverse incluso en planos fijos, planos imprecisos, un montaje muy sincopado en la acción, primeros planos, cámara al hombro, panorámicas agresivas… Todos los elementos que apreciamos en sus cintas de Bourne. “Capitán Phillips” se relacionaría más con “United 93” a todos los niveles, la tensión claustrofóbica en un lugar cerrado y secuestrado… Los aficionados culés deben estar de enhorabuena ya que el director va a realizar un documental sobre su club, “Barça” (2014).


Capitán Phillips” cuenta la historia real del primer secuestro a un barco norteamericano en 200 años. El carguero “Maersk Alabama”, comandado por el capitán Richard Phillips, es abordado por unos piratas somalíes para hacerse con todo el dinero y mercancías que pudieran conseguir. 

La cinta de Greengrass es un canto al valor y la dignidad, a la responsabilidad, un notable thriller que mantiene en vilo al espectador en todo momento, con un gran pulso narrativo y fuerza visual. No es una película de grandes profundidades a nivel conceptual, sino una excelente muestra de género, vibrante, emocionante. Uno de los grandes thrillers de la temporada que le ha valido varias nominaciones al Oscar, incluida la de mejor película. Una película de suspense y tensión que recoge el testigo de las emociones que nos dejó esa obra de arte que es “Argo” (2012) la oscarizada cinta de Ben Affleck. Además tenemos a Kevin Spacey de productor.

Vermont. 28 de marzo de 2009.



La cinta se inicia con un buen número de planos detalle o insertos sobre objetos, planos imprecisos sobre documentos, carnets, teclados, fotos… y Tom Hanks. Son los preparativos de su viaje, de su trabajo, como capitán de barco y Greengrass ya marca cual va a ser el estilo visual de su cinta. Esta primera escena sirve para dar enjundia al personaje principal, para ver sus motivaciones y preocupaciones, para que además se valore el tremendo valor que demostró en su aventura y entendamos sus miedos, temores y objetivos. La familia se presenta como la mayor preocupación para Phillips (le vemos coger una foto de su familia para llevársela), por lo que volver con ellos será el principal objetivo, de ahí su dignidad, valor y responsabilidad enfrentándose a una situación de máximo riesgo, real. Greengrass presenta un héroe real, de verdad. Phillips hará partícipe a su mujer (Catherine Keener) de sus miedos, la preocupación por el futuro de sus hijos… todo en el coche de camino al aeropuerto en un montaje aleatorio que sale y entra del automovil.






El dibujo que se hace el personaje es muy bueno y se favorece de la soberbia interpretación de Tom Hanks, que bien podría haber recibido una nominación por uno de sus mejores trabajos de los últimos años. Le vemos como un hombre serio, responsable y disciplinado, luego heroico e inteligente, digno. Luego le veremos mentir a su esposa para no preocuparla en un mail. Es el retrato de un protector, protege a su familia, a sus responsabilidades, también laborales.



Greengrass plateará la cinta como un duelo desde el mismo inicio. Si en principio vemos a Hanks, sus preocupaciones y cómo se dirige a su trabajo, acto seguido veremos el reclutamiento de piratas… Aquí Greengrass procura huir del maniqueísmo planteando la piratería como un desesperado medio de subsistencia, como un recurso por la necesidad de trabajo en la mísera Somalia. Atacar barcos como trabajo de rutina. Barkhad Abdi, nominado al Oscar, hace una magnífica encarnación del pirata que lidera el comando que atacará el barco de Phillips.





Más escenificación del duelo, Hanks buscando y encontrando su barco en el puerto de Omán, grande y repleto de mercancías, los piratas con sus pequeñas lanchas y barcas preparándose para la misión… Greengrass hace un buen retrato de los dos ambientes, los trabajos en el puerto y la pobre vida en Somalia. Es evidente que Greengrass pretende realismo, hay cierto aspecto documental en su estilo con las cámaras al hombro y las escenas de trabajo en el puerto y el barco. Aprovecha el paseo de Hanks en busca del barco para redundar en esto con un travelling descriptivo que le sigue. El enfrentamiento de opuestos sigue retratándose, los piratas eligiendo el barco de nuestro protagonista para el ataque por ser el que más se adecúa por su posición, el azar, y Hanks realizando protocolos de seguridad como previsión… Otro paralelismo, los monitores que revisan ambas embarcaciones, la de los piratas y la de Hanks, con intenciones muy distintas. Grandes detalles de puesta en escena.



Desde el guión se van dejando cebos para ir creando la tensión, se advierte de que la ruta es peligrosa ya que se debe pasar cerca de la costa somalí.

El estilo nervioso de Greengrass, el continuo balanceo de su cámara al hombro y su montaje sincopado no es el que más aprecio, pero resulta eficaz y acorde con lo narrado, perfectamente adecuado, y dota de un dinamismo y agilidad a la acción y la narración excelente.



Así se aumenta la tensión, con el duelo haciéndose más evidente, con paralelismos que enfrentan a las embarcaciones, con el estilo nervioso y una sutil y adecuada música que entra en el momento del avistamiento a las barcazas piratas. Del simulacro a la situación real. 

La cinta es magnífica visualmente, el vigor de Greengrass. Un ejemplo lo tenemos en esa estela en el agua al aumentar la velocidad del barco. De igual forma podemos destacar el manejo del director de los planos cortos con poder narrativo. Cuando Hanks diga “no vienen a pescar”, Greengrass encadenará con la lancha y la ametralladora de los piratas.




Hay que reconocer que los piratas han perdido el glamour que tenían antaño… como casi todo.

Entre los propios piratas se marca una sutil rivalidad, pequeños chispazos, primero con desafiantes miradas, luego con bravuconadas y finalmente con violencia, rápida y eficaz. Uno es chulo y hablador, el otro, Muse, silencioso y avispado… Este segundo es el peligroso, nuestro pirata de referencia, el líder del comando. Será el que se imponga.




La escena de persecución es una auténtica gozada, magníficamente rodada, manteniendo las distancias entre las embarcaciones, mostrando el ingenio e inteligencia del capitán para evitar el abordaje y ganar tiempo, con mentiras sobre un supuesto avión que vendrá a ayudarles y aumentando la velocidad para forzar a las lanchas de los piratas, las maniobras para crear olas y dificultar su llegada... Para aumentar la tensión, fundamento último del estilo e intenciones de Greengrass, se recurrirá a más planos de objetos, planos fraccionados de cosas, como las máquinas sufrientes ante la exigencia del capitán de forzar la velocidad. En esta secuencia tendremos el primer contacto visual entre los rivales, Muse (Barkhad Abdi) y Phillips (Tom Hanks). Será a través de los prismáticos, en la lejanía.



El éxito de la táctica de Phillips no evita el miedo que surge en su tripulación, con la socorrida mención a los sindicatos y demás reclamaciones laborales… Ya se sabe, cuando van mal dadas…


El segundo ataque acabará de forma distinta, como cualquier espectador debe suponer. Aquí es extraño lo que tarda Hanks y su tripulación en reaccionar. No tiene sentido y más tras lo ocurrido el día anterior. Se percatan de la presencia de la lancha cuando los tienen a poco más de milla y media… ¿En qué estaban pensando?

  
  

Un duelo de balas contra mangueras y bengalas.

El abordaje también está magníficamente rodado, el juego con las mangueras, las dificultades que ponen a los piratas para subir, los giros del barco para alejarse de las lanchas, los disparos, las instrucciones y el protocolo perfectamente mostrado por Greengrass para un caso de abordaje liderado por Hanks, el abordaje inevitable… Una tensión creciente y maravillosamente modulada.





Una vez abordo Muse y los suyos plantearán sus exigencias. Por fortuna el líder es algo más civilizado y menos violento que algunos de sus compañeros. Se mostrará receptivo a la negociación, no sin reticencias y dificultades, mostradas visualmente de forma brillante por Greengrass. La alegría de secuestrar un barco americano, por la supuesta riqueza que debe albergar, no es disimulada por los piratas.




Greengrass retrata muy bien los rostros, con una gran fisicidad que también ayuda a crear tensión, rostros cínicos, crispados, violentos y tensos, sobre todo en los piratas.

¡Mírame! Ahora yo capitán”.


Phillips es un hombre de recursos, planificará los movimientos de su tripulación, el modo de proceder, una tripulación que será chantajeada para aumentar la tensión. Amenazas de muerte. Los encuadres inestables, desenfocados incluso, los objetos que tapan a los actores en el vaivén de la cámara, resaltan de forma perfecta la incertidumbre y angustia del momento. Un ejemplo de este perfecto manejo de los elementos cinematográficos y la modulación de la tensión lo tenemos con la amenaza de asesinato en el chantaje a la tripulación, el silencio reflexivo de Muse, el momento sostenido por Greengrass mientras Bilal (Barkhad Abdirahman) apunta a la cabeza de un marino, el suspense, la música que cesa… y la resolución.



Phillips aprovechará que los piratas son más civilizados de lo que cabe suponer, no son terroristas, por lo que procurará desviarlos y retrasarlos para seguir ganando tiempo. Así tendremos más momentos de suspense, constante en toda la película que no da respiro al espectador. Un ejemplo en la cocina del barco y la escena del agua. Los planos espía, semiocultos, benefician el suspense.





Un rasgo distintivo de la cinta es el ingenio, los trucos para salir de apuros o lograr objetivos. Los vimos con el capitán en la persecución, los vemos en la sala de máquinas y los cristales rotos para herir los pies de los piratas. El juego con las luces en la sala de máquinas es estupendo para generar tensión y suspense. El descenso de Muse a la sala de máquina es un ejemplo perfecto de modulación del suspense, sin música, sin luz, con una simple linterna, la cámara inestable y móvil, al hombro, los planos espía, ocultos… Aquí se igualarán las cosas cuando los ocultos miembros de la tripulación ataquen a Muse, los dos líderes secuestrados, obligando a los piratas a hacer un trato. 30 mil dólares por abandonar el barco.




La película girará por completo cuando el trato se rompa de forma repentina, llevándose los piratas secuestrado al capitán Phillips en el bote que les han facilitado. Todo esto convierte la cinta en una persecución para salvar la vida del capitán y evitar que los piratas pisen la costa. El USS Bambridge será el barco asignado para la misión. Phillips (Tom Hanks) pasa a convertirse en el billete millonario de los piratas. Una película dividida en dos partes bien diferenciadas.


Aquí Greengrass hace la película más claustrofóbica, las escenas en el interior del pequeño bote son asfixiantes, la fisicidad más remarcada, el sudor por los rostros, el calor, las heridas… Un buen ejemplo lo tenemos en la señal del cañón de la pistola que se le queda a Hanks en la frente tras ser apuntado con una. Tensión psicológica. Se irá creando un vínculo entre los piratas y Phillips, relaciones de odio, humanidad o manipulación, donde el capitán seguirá mostrando su inteligencia e intentará sumar afinidades a su causa, incluso diferencias entre ellos. Le veremos curar la herida en el pie. a causa de los cristales que vimos. a uno de los compañeros de Muse, aunque su ayuda quedará interrumpida por el más violento de los piratas, Bilal.





Greengrass se encuentra con un problema y es que la misión de los piratas no tiene futuro alguno, el espectador siente en todo momento que ellos no van a llegar a la costa, no les van a dejar. Así que el director debe hacer énfasis en la historia de Hanks, debe centrar la tensión en si el capitán sobrevivirá. Negociación o SEAL es la elección que genera inquietud, donde parece que el peligro para Phillips está más en los suyos. Finalmente logra salvar esta previsibilidad en gran medida.

Los roles de los piratas quedan muy definidos. Muse es el líder y el más cerebral, Bilal es el violento, el herido en los pies es el sensible y el conductor el indiferente. Greengrass además dedicará momentos a los sueños de Muse, sus deseos de una nueva vida en América.

-Muse: Hablas mucho.

-Phillips: El problema no es que yo hable, es que tú no escuchas.

Los habituales elementos que aplica Greengrass a su dirección se hacen aún más agobiantes en el pequeño bote. Zooms, encuadres con objetos que tapan rostros, inestabilidad… Pronto comenzarán las negociaciones con el barco americano. Pasa la noche y el día, Greengrass logra transmitir el agobio, el calor y el tiempo, la incomodidad.



Tom Hanks hace una encarnación sobresaliente, estoica y sobria, muy matizada y con una escena final sublime. Nos dejará pequeños retazos de talento durante toda la cinta, como esa cara de circunstancias ante las malas perspectivas de su situación.

El intercambio de provisiones deja trucos de guión algo forzados, desconozco si fue así, pero la forma de mostrarlo es demasiado evidente, por ejemplo ver a Phillips recalcando el número de asiento en el que está, algo sin sentido y que debería despertar las sospechas de cualquiera y los propósitos de tal revelación…

La modulación y estructuración de la narración y clima de Greengrass son perfectos en casi todos los aspectos. Veremos como la tensión en el interior del pequeño bote aumenta, los raptos violentos comienzan a sucederse, las discusiones. Las incidencias sobre Phillips van aumentando, primero será gritado, luego apuntado con una pistola, luego disparado cerca del oído, luego agredido… Phillips siente que la temeridad de sus raptores puede condenarle.




Una nueva noche llega. Greengrass saldrá ocasionalmente del sofocante ambiente del bote para mostrar la táctica del ejército americano. Veremos al jefe de la negociación lavándose la cara como vimos hacer a Hanks anteriormente. Su conservador estilo provocará que los SEAL tomen el mando. Llegarán a tiempo, con la amenaza final de los piratas. Un intercambio, el negociador SEAL planteará las cosas, dinero por el rehén, remolcarles por su falta de combustible. Hanks pondrá su granito de arena en la progresión de la tensión con su intento de huida, que concluye con una paliza, como comenté anteriormente. Esto está peor rodado, con planos donde la distancia es larga y repentinamente se acorta en el siguiente.


Tú no eres sólo un pescador”. “… puede que en América, Irish, puede que en América”.

Con las anteriores frases se acaba por definir la relación que ha ido forjándose entre Phillips y Muse, que dota de profundidad al conjunto. Ya vimos a Phillips inquieto por las dificultades de los jóvenes en América, su miedo por la competencia existente y las complicaciones para salir adelante… Ahora se enfrenta a una persona que no tiene nada, que verdaderamente tiene dificultades, que para salir adelante necesita hacer eso… Se introduce una interesante reflexión social.



Tampoco es muy sutil la camiseta que le dan a Phillips para distinguirle del resto… antes del falso intercambio. Con el intercambio los SEAL se quitan un pirata de en medio, lo que facilita algo el plan, matar a los restantes con francotiradores. Greengrass creará un estupendo suspense usando el punto de vista de estos francotiradores, ya que siempre habrá algún pirata que no esté a tiro y el tiempo se acaba…




El momento íntimo de Phillips intentado escribir una carta de despedida a su familia es el clímax a las motivaciones del personaje. Como ya he comentado desde el mismo inicio se le presenta como un hombre familiar que se preocupa por ellos y procura protegerlos. Cuando vea su vida peligrar necesitará sincerarse con ellos. Cuando los piratas le quiten esa última ilusión no podrá contener su ira, temerario, sin nada que perder. Una escena donde la tensión alcanza sus máximas cotas con la pelea que surge y la inferioridad del capitán. El plano del cable remolcando el bote es casi simbólico, un cordón umbilical que le une a su familia, a la vida.



“…perdóname por estar aquí y no con vosotros”.

El perfecto dibujo de personajes deja a Bilal como la principal amenaza, dispuesto a matarlo al no recibir noticias de Muse.


La modulación de la tensión es extraordinaria y no da respiro. La resolución es tan contundente como eficaz una vez todos los piratas están “en verde”, es decir, visibles por las ventanas del bote y a tiro. Espectacular resolución tras poner al límite al espectador. Terminando con Hanks bañado en sangre. Lo que falla son los aspectos comentados, que las intenciones de los SEAL son excesivamente evidentes, pero se ve que los piratas eran muy torpes. Oímos al propio Phillips, y luego a los SEAL, insistir en su número de asiento, el 15, le dan una llamativa camiseta fosforito, por radio insisten en que no se mueva ni un centímetro de donde está, incluso pedirán al conductor que no se mueva de su sitio… ¡y los piratas no sospechan nada y hasta obedecen!



Greengrass una vez ha dado el do de pecho con el thriller se detiene a rendir homenaje a sus dos protagonistas con dos momentos excepcionales. El primero es la forma en la que retrata la estoica desolación y decepción de Muse cuando se ve arrestado y como único superviviente de su grupo. El segundo es el regreso al barco de Phillips, la escena final.


He destacado el trabajo de Tom Hanks, notable durante toda la cinta, y mencionado la escena final como punto culminante. Un momento de actor sublime esa escena final. Es difícil no emocionarse en esos momentos de su actuación, que tiene instantes excelsos, como cuando comienza su llanto y emoción en su estado de shock. Greengrass se embelesa con los primeros planos del actor. Un momento sensacional que da fin a la cinta. Por supuesto aún en shock mencionará a su familia, su única preocupación.



Richard Phillips volvió a Vermont el 17 de abril de 2009 y se reunió con su familia”. “Abduwali Muse fue declarado culpable de piratería y pasará 33 años en la cárcel”. “El 25 de julio de 2010 el capitán Phillips volvió al mar”.


Un vigoroso thriller que nos habla de la dignidad, del verdadero valor y heroísmo, de la familia como anclaje vital, y que siendo una cinta de género aporta realismo y emoción adaptando el libro del propio Richard Phillips y Stephan Talty.





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