La acción de “Río Bravo” se desarrolla durante tres días, en
un mismo lugar. Es el tercer western de los cinco que rodó Hawks. Para el
director el western era “la forma más sencilla del drama”. Uno de sus géneros
predilectos.
Para iniciar esta obra maestra Hawks dio el do de pecho, una
secuencia de antología. “La ley del hampa” (Josef von Sternberg, 1927),
película en la participó, sin acreditar, en el guión junto a Ben Hecht y
Charles Furthman, que a la postre sería guionista de “Scarface, el terror del
hampa” (Howard Hawks, 1932), que comparte muchas similitudes con aquella, es
una de las películas que más han influido en el director. Muchas de las ideas
que allí se muestran podemos encontrarlas en “Río Bravo”, por ejemplo el nombre
de la chica (Feathers), la idea de un personaje ayudando a un amigo borracho o
la propia secuencia inicial.
Es difícil empezar mejor una película que como lo hace Hawks en ésta. Una secuencia que homenajea el mudo para retratar la caída a lo más bajo de uno de los protagonistas, Dude (Dean Martin), y la defensa de su dignidad que hace su amigo John T. Chance, el héroe de esta historia (John Wayne). Todo será vertebrado por la música, que va manejando las acciones y se acompasa a éstas, por ejemplo en la forma de acompañar el humor y los golpes; se omiten diálogos, que se evitan de forma evidente, se recurren a gestos. Un homenaje al mudo deseado, ya que Hawks siempre reivindicó el aprendizaje que tuvo en esa época y que extrapoló una vez llegó al sonoro dando primacía siempre a la imagen y al movimiento, a las acciones por encima de las verbalizaciones, aunque como he explicado es uno de los directores que mejor usó los diálogos.
Sin palabras Hawks presenta y retrata a sus dos protagonistas, de forma que el espectador va a estar de su lado rápidamente y sin dudas. La dependencia alcohólica de Dude, el intento de humillación del villano Joe Burdette (Claude Akins) y la salida para proteger la dignidad de su amigo de Chance. Es el comienzo de la esencial amistad varonil del cine de Hawks. Chance protege la dignidad de su amigo Dude en plano de superioridad, la presentación de Wayne es en un marcado contrapicado, mientras que en ese momento, en el que Dude toca fondo, éste será mostrado arrodillado desde un picado, casi humillado, mientras intenta recuperar un dólar de una escupidera. Hawks ya usó la escupidera como símbolo de una humillación en “La ciudad sin ley” (1935), además de ser un detalle que cogió de la mencionada “La ley del hampa” (Josef von Sternberg, 1927).
Dude agredirá a Chance, pero los amigos en Hawks se perdonan
todo, así que no habrá rencores, de hecho colaborarán acto seguido para sacar
el cuerpo inconsciente de Burdette, arrastrándolo, del bar. La evolución y
descripción de la clásica amistad hawksiana siguiendo su curso.
Hawks usa la panorámica descriptiva en la entrada al primer bar
siguiendo el ansia alcohólica de Dude (Dean Martin) en busca de un trago, una
descripción del lugar funcional y precisa, en la que vemos a un barbero incluso.
También planos medios del sudoroso y angustiado personaje. Es magistral ver el
deseo en Dude cada vez que alguien da un trago o ve un vaso pasear ante sus
ojos.
Un travelling seguirá los orgullosos y chulescos pasos de
Burdette después de haber matado a un cliente y dejado a Dude en el suelo con
ayuda de sus esbirros. A la llegada al segundo bar Wayne estrenará los diálogos,
tumbará a Burdette e iniciará su vínculo con Dude.
No solo no hay resentimiento, sino que la siguiente escena
nos presenta a Dude con la estrella de sheriff, Chance le ha puesto a trabajar,
un amigo velando por otro amigo. Martin está realmente brillante en su encarnación
de ese borracho con síndrome de abstinencia sin caer en tópicos ni lugares
comunes. Su trabajo consiste en vigilar y regular la entrada en el pueblo, se
presentará su labor, imprescindible en la película como los son todas la
actividades profesionales en el cine de Hawks, controlando la entrada de la
expedición de Pat (Ward Bond).
Aquí se nos presentarán el resto de personajes masculinos
importantes en la trama, al grupo de Chance (John Wayne), estos son Colorado,
chulito, descarado y honesto (el pipiolo de Ricky Nelson), y el imprescindible
Stumpy (Walter Brennan), que como un ángel de la guarda también está siempre
velando por la seguridad de sus amigos, entre queja y queja.
“El motivo lo estaban enterrando cuando llegaban ustedes”.
La historia queda definida, con una sencillez pasmosa, todo
el planteamiento y bases de la historia definidos en dos breves secuencias, la
trama de western concretada. La narración avanza con una fluidez y naturalidad
asombrosas.
“Un viejo cojo y un borracho. ¿Sólo eso tiene?”
Entraremos en la comisaría, el escenario principal, donde
nuestros personajes desarrollarán su camaradería y relación de amistad. La
dirección de Hawks es invisible en el interior. La naturalidad mencionada deja
momentos paradigmáticos casi de forma constante, un ejemplo lo tenemos en el
intento de Dude de coger la cerveza que le ofrece Chance, que habla
distraídamente con Stumpy sin percatarse de ello. Parece real, natural.
En relación a la dirección y precisión de Hawks dentro de la comisaría, extensible a cualquier rincón del pueblo, comentar que en esta primera secuencia, en sus 2 primeros minutos, quedará definida a la perfección. Nos adentraremos desde la sala principal a las celdas, al fondo de la misma, y podremos describirla con pleno detalle gracias a la perfección con la que está mostrada. Nos parecerá que hemos vivido en esa comisaría toda la vida, conoceremos cada recoveco de la estancia. Una maestría en la puesta en escena, el encuadre y en la forma de colocar la cámara que define a uno de los grandes cineastas de todos los tiempos. La forma en la que entramos en las celadas siguiendo a Stumpy es otro derroche de naturalidad. Un raccord perfecto.
De esta forma vamos conociendo a los personajes, con mención especial a Stumpy, el viejo quejica que siempre tiene una protesta o un comentario a las órdenes de Chance, es su forma de afianzar su labor y su amistad con su admirado jefe. Un personaje y una relación francamente entrañable, sincera y auténtica. La comicidad se mantendrá plenamente vigente con este personaje. Los diálogos entre los amigos son a menudo intrascendentes, con comentarios cómicos, bromas digresivas y naturalidad plena, algo que ha influido enormemente en directores como Quentin Tarantino, por ejemplo. Stumpy tendrá como misión cuidar y vigilar a Burdette.
Luego hablaré de los personajes, incluso un breve comentario
sobre el villano Joe Burdette, un personaje es simplemente sirve para crear el
conflicto con los valores defendidos por Hawks y ser el motor de la acción vinculada
al western. En su encierro lo primero que hará será intentar provocar a Dude,
que irascible arremete contra él. La tensión en Dude viene provocada por su
síndrome de abstinencia, pero sobre todo por la humillación que le produce su
propia debilidad.
Wayne, Chance, por su parte, demostrará continuamente su
inteligencia táctica a la hora de gestionar su misión, es el motor y guía del
grupo, pero necesitará de sus amigos para lograr el éxito.
El hotel Alamo.
El hotel es el otro gran escenario de la película. También
funcional, será el lugar destinado al ocio, las negociaciones, el amor y el
romance… aunque también entrará el conflicto central cuando sea menester.
Como he dicho con anterioridad “Río Bravo” es tanto western
como comedia, y algún género más, de hecho casi tiene más minutos dedicados a
la comedia y la digresión para desarrollo de personajes que trama en sí misma.
Las bromas sobre el paquete con el regalo de Carlos a su mujer, unas medias,
son estupendas y sirven para presentar al último gran personaje de la cinta,
Feathers (Angie Dickinson).
“…conozco a las mujeres. O se vuelven locas de alegría o se
ponen tristes. Si se vuelven locas experimentan un enorme placer y si se ponen
tristes lo experimentan igual”.
Una de las ideas con las que más le gusta jugar a Howard
Hawks es con la inversión e incluso el travestismo. Así lo hemos visto en
numerosas películas suyas con el culmen en “La novia era él” (1949) donde
pudimos disfrutar de Cary Grant con peluca y vestimenta femenina. Aquí veremos
cómo se bromea con el muy varonil y machote John Wayne y la ropa interior que
Carlos quiere regalar a Consuelo, incluso el encargado del hotel se permitirá
probárselo al sheriff, gesto que aprovechará Feathers (Angie Dickinson) para
empezar a sentar las bases de la que será su relación.
-Carlos: ¿Se imagina lo bonita que va a estar?
-Chance: ¿De verdad quiere que me lo imagine?
-Carlos: Oh no, no señor, no lo haga. Será mejor que lo
imagine yo sólo.
Vimos como Chance se muestra completamente competente y
seguro en su actividad, por difícil que sea la situación, entre matones y
pistoleros, pero repentinamente le vemos como amenazado, inseguro o incómodo
con las bromas de la sensual mujer. Es la presentación perfecta para la mujer
de la función, directa, descarada y atacante, sin remilgos y segura de sí misma,
llevando la voz cantante. Ella es puro sexo y deseo, pura picardía y
provocación. Así vinculamos la sexy (para la época) ropa interior con ella, con
Feathers, mientras habla de darse un baño.
El destino marca la relación hombre-mujer, ella aparece en
el momento oportuno para poder gastarle una broma, la diligencia tiene una
rueda estropeada, por lo que la mujer debe quedarse un poco más de tiempo… Y
por supuesto, como toda mujer hawksiana, nunca aceptará la brusca invitación
para marcharse, se quedará para conquistar al héroe.
En el hotel tendremos una escena de suspense, con el tema de
la baraja falsa, pero esta escena sirve para desarrollar personajes y
relaciones, una vez más. Es un sitio de ocio y a eso está destinado.
Conoceremos un poco más a Colorado y a Feathers.
Dedicada a Chu4che, que no deja de sorprenderme, como con esta sensacional petición.
La primera secuencia y la de los dos protagonistas haciendo la ronda son una delicia.
ResponderEliminarStumpy es adorable,es el personaje que hace entrañable y divertida la película.
saludos
Hay tantas!!! Mañana lo tratamos, tocan los personajes jaja
EliminarEsa escena debla escupideea es simplemente genial. El contrapicado, Dean sudoroso y humillado, una escena q se recuerda.
ResponderEliminarEl color! Espléndido, resplandeciente sin caer en la saturacióm de pelis como las de los peplum q me martirizan la vista. Dorados de luz. Excelentes. Y la broma de la ropa interior, picardiosa y simpatiquísima.
Q gran peli, Sambo!!!
Esperando las siguientes…
Gracias!!
Besos!!!
Esos detalles sutiles y sencillos que lo dicen todo con casi nada, el poder de los clásicos, ahora necesitan una tremenda parafernalia y no te dicen absolutamente nada... El estilo perfecto es el clásico, los demás están bien como innovación, pero el cine se sublima así.
EliminarBesos.
La verdad es que ver a John Wayne aporrear con el rifle casi hace el mismo daño que si te dieran a ti, casi te hace plantearte si no sería preferible que te disparase directamente :) (y por supuesto hay una escena parecida en El Dorado, aunque cambiando al "aporreador").
ResponderEliminarRespecto a la amistad, si no me equivoco la idea de encerrarse en la cárcel tiene su origen, precisamente, en un comentario de Stumpy sobre lo bien que lo pasan los cuatro amigos juntos en la comisaría.
Jajajajajajaja muy cierto anónimo, tremendo el golpe que da, casi es preferible el disparo, como dices.
EliminarAsí es Anínimo, Stumpy dice que es más divertido estar allí cantando, tras los dos temas que oímos, que en la calle y a Wayne se le ocurre lo de quedarse en la cárcel.
Un saludo y gracias por el aporte.