SCORPIONS: Love At First Sting (1984)

 

La banda alemana de rock más grande que ha dado el mundo y su disco más famoso y exitoso. Más de 160 millones de discos vendidos en todo el mundo en una trayectoria de 40 años que parece haber llegado a su fin, ya que el grupo anunció su retirada tras la gira de su último disco “Comeblack” (2011), una gira final en dos partes que durará hasta 2013. Eso sí, con los músicos nunca se puede decir que algo acabó definitivamente.

 

Los inicios de la banda tenían un lógico sonido más heavy, más crudo, con los hermanos Schenker, si bien es cierto que en todos los discos está presente un especial gusto y curiosidad por la melodía y las líneas armónicas. Michael Schenker se va del grupo tras el primer álbum y lo sustituye Uli Jon Roth, que dota de su personalidad al sonido del grupo, aún en progreso. Con "Lovedrive" se produce un punto de inflexión en la banda, su sonido comienza a hacerse más accesible, comercial, una evolución que irá desarrollándose con cada disco. A Uli Jon Roth lo sustituye Matthias Jabs en "Lovedrive" (1979), que, como digo, tiene ya un sonido más accesible, además vuelve Michael Schenker, que se vuelve a ir por no sentirse cómodo interpretando canciones de otros. La entrada de Jabs supone, por tanto, un cambio definitivo en el grupo que alcanza ya su mayor éxito con este "Lovedrive". Desde este momento cada disco de Scorpions supera el éxito del anterior donde el mítico “Blackout” constituye un auténtico boom. Scorpions siempre había dejado claro su gusto por la melodía e incluso las baladas, nunca renunció a ello incluso en sus momentos de sonidos más crudos, pero su estilo se fue depurando cada vez más, como sus producciones. La década de los 80 supuso un gran progreso a nivel de producción. El sonido va girando hacia un Hard Rock donde la melodía va cobrando un protagonismo indiscutible, así como el grupo se acaba constituyendo en uno de los precursores, creadores y mejores valedores de la Power Ballad, o la balada Heavy o hardrockera, que llegaría a su clímax con el Still loving you del disco que nos ocupa. 

 

Y es que el disco que nos ocupa tiene los mayores éxitos del grupo. Es el disco más conocido, tanto por rockeros como por no rockeros, del grupo alemán, aunque en cuestión de gustos, como siempre, todo varía.

Tanto Schenker, que acabó formando MSG, como Matthias Jabs son dos grandes guitarristas de sentimiento clásico y técnica depurada, esa mezcla que tanto me gusta. El hecho es que Matthias Jabs se muestra como un guitarrista mucho más flexible, versátil y ágil capaz de dar al grupo lo que estaba buscando, además de tener una reconocible personalidad y sonido.

Son la banda alemana de Hard Rock y Heavy más exitosa, un referente que ha influido en grupos como Cinderella, Bon Jovi, Dokken, Ratt… incluso no fue ajena su influencia a la británica NWOBHM. Un éxito forjado en 40 años de trabajo rockero y éxito ganado a pulso en los escenarios y en los estudios, con sudor y sacrificio. Con talento.

 

Los trabajos posteriores del grupo han mantenido un gran nivel, dejando algunas joyas magníficas y reinvenciones que han mantenido siempre el interés de los rockeros con gusto melódico y matizado ("Face the Heat" de 1993, "Pure Instinct" de 1996...)

Ahora que realizan su última gira es buen momento para recordar la calidad de un grupo que es historia indeleble y brillante del Hard Rock.

Klaus Maine a la voz, Matthias Jabs en la guitarra principal, Rudolf Schenker en la guitarra de acompañamiento y también solista, Francis Buchholz al bajo y Herman Rarebell a la batería. Herman y Francis en realidad fueron sustituidos por Bobby Rondinelli y Jimmy Bain.

Bad Boys Running Wild: Un espectacular inicio guitarrero con unos deslizamientos y brillantes punteos, con hammers on incluidos, nos adentran en el contundente primer tema del disco. De la guitarra pasamos a los riff y la batería latente hasta estallar en ritmos pesados y hardrockeros. Matthias Jabs pone el punto de color, improvisación y originalidad a los temas del grupo junto a Klaus Maine, la voz majestuosa del grupo. En ellos está el virtuosismo de la banda. El tono alto y moduladísimo de Maine siempre delicioso y potente, melódico y preciso, brillante y vital. La canción va marcando las estrofas con orden, manteniendo el ritmo, y surcadas por la voz del maestro. Contundentes riffs y detalles melódicos sutiles de guitarra unidos acompañando el tema. El estribillo, clásico de esta época, repitiendo el título y añadiendo una estrofa, se eleva gracias al trabajo de Maine y una melodía conseguida. Volvemos a las estrofas para desembocar con más decisión en un estribillo que goza de las habilidades de Jabs en la guitarra. Un parón con coros elaborados y suaves que se disparan hasta el solo, magnífico en esa mezcla de clasicismo, sentimiento y calidad técnica típica de Jabs. La parte final con el estribillo repitiéndose y la guitarra trepidante y afilada de Jabs pone el clímax perfecto. Uno de los grandes temas de este disco imprescindible en la historia del rock.

Rock You Like a Hurricane: Uno de los mayores éxitos del grupo, un Hard Rock melódico con la suficiente contundencia y dosis comercial para convertirse en unos de los mayores bombazos del grupo. El riff potente y melódico, la melodía de guitarra que se añade, la batería trepidante, el solo de Jabs, son los componentes de la introducción de este tema que todo amante del rock conoce. La suave voz de Maine hace acto de presencia, como queriendo disimular, guardar el secreto de la potencia del tema en la noche. La batería, cargada de producción, marca el ritmo hasta que nos disparamos. La potencia de las estrofas aumenta llegando al puente casi sin enterarnos con la guitarra y la batería expectantes y dispuestas a desbocarse en el estribillo. Como así sucede. “Here I am, rock you like a hurricane”. Un estribillo que sigue las pautas antes mencionadas donde se repite el título, aquí incluso sin estrofa extra pero con una melodía realmente conseguida que hace que no haga falta más. Este tipo de estribillos típicos podían aburrir pero cuando funcionaban dotaban de gran contundencia al tema en cuestión, como es el caso. Volvemos a la estrofa suave y la delicadeza de voz de Maine, que pasa de la dulzura a la fiereza casi sin solución de continuidad. Un privilegiado vocalista. Una de las voces más limpias y reconocibles del rock. Los parámetros se repiten, las estrofas se hacen potentes, el puente brilla y llegamos de nuevo al estribillo con un Maine pletórico, un estribillo que se repite hasta que estalla el vertiginoso solo de guitarra, espectacular, un solo donde se hacen hammers on y deslizamientos en la parte baja de las cuerdas a la vez, un recurso que puede escuchársele a Richie Sambora en muchas ocasiones. Una gozada. La entrada al solo es magnífica. La paz vuelve, la batería con su sobreproducción acompaña a Maine para volver a explotar, la guitarra va cobrando presencia, el estribillo se desboca hasta el final, la guitarra también y Maine no digamos con unos agudos y recursos excepcionales. Un tema espectacular e imprescindible, un referente para los amantes del rock.

I’m Leaving You: Melodía de guitarra a la que se une otra distinta acompañadas de una batería atronadora. La melodía de esta canción es francamente soberbia. El virtuosismo y lucimiento de Maine y Jabs funciona gracias a la sobria y perfecta base de ritmos donde Rudolf Schenker, que además es uno de los principales compositores, brilla con luz propia. Una canción donde toda ella parece carecer de estrofas para ser estribillos. Una línea vocal muy melódica y suave, un ritmo muy vivo y unas guitarras potentes que varían su intensidad. La guitarra solista, al acabar el segundo estribillo, con los punteos, inunda de matices el tema hasta romper la estructura y melodía con un cambio en la misma, tan brillante como la anterior, más rítmica y pausada, pero igualmente seductora. Llegamos al solo que se maneja en la misma línea de los anteriores, otra gozada. Volvemos a la melodía inicial con una intensidad en aumento y una guitarra, una vez más, cada vez más presente. El cambio melódico vuelve a producirse, la guitarra de Jabs insiste en mantenerse presente y así se va desvaneciendo el tema. Menos potente pero muy inspirado también.

 

Coming Home: Un tema lento donde nos podemos deshacer a conciencia con la voz de Maine susurrando. Las reverberaciones en la producción también se aprecian en los aspectos vocales. Las melodías compuestas por Maine y Rudolf son magníficas. Aquí un ejemplo, de hecho en muchos temas hay varias líneas melódicas, soberbias todas. Una sutil guitarra acaba casi callando a Maine para que el tema acabe despeñándose en una tormenta de decibelios. El Maine susurrante desaparece y en su lugar tenemos su versión más potente. Puro heavy sin elementos épicos, riffs elaborados y trepidantes, batería frenética. Al acabar el segundo estribillo tenemos el solo de guitarra, realmente fiero. Cambio de melodía y vuelta a los riffs salvajes y detalles guitarreros de todo tipo. El que parecía el tema más lento se ha convertido en el más heavy. Las estrofas se deslizan de igual manera hasta que Maine pronuncia el título de la canción de forma sutil, salvo al final donde sus pulmones dan todo lo que pueden junto con la guitarra. No hay una gran elaboración para el estribillo pero el tema es tremendamente eficaz.

The Same Thrill: El tema más duro y corto del disco. Rítmico de inicio, redobles de batería nos preparan para el vértigo. Heavy sin concesiones, frenético, donde a una estrofa le sigue un breve solo de guitarra. Maine igualmente salvaje. Heavy sin épica salido de las entrañas. Tema directo de coros varoniles donde el título del tema se repite una y otra vez, la melodía minimizada y la batería desbocada. Gran trabajo vocal de Maine, de las guitarras y de la batería, omnipresente. Un latigazo que se acelera cada vez más según llega el final. Evidentemente no es el tema que más me gusta pero no te dejará dormido.

Big City Nights: Llegamos a otro de los grandes éxitos del grupo. Un riff solitario potente y con melodía lo inicia. Una guitarra más melódica acompañada de la batería nos introduce, definitivamente, en la melodía de la canción. Un Maine contenido nos desbroza las estrofas, todas magníficas, hasta llegar repentinamente al estribillo, del mismo tipo de los mencionados, recitando el título del tema y una frase. Volvemos a las estrofas con Maine, que van de menos a más intensidad para acabar en el estribillo como mandan los cánones. El estribillo ahora se alarga más y contiene muchos detalles guitarreros. Una vez concluido tenemos una estrofa de melodía más suave y distinta como anticipo al solo de guitarra, tranquilo de inicio y que se va acelerando como en un diálogo. Bastante melódico, muy bueno. Los guitarristas frente a frente. El estribillo recobra el protagonismo del tema con armonías de guitarra para encarar el final. Muy buen tema, clásico de la época.

As Soon As The Good Times Roll: Misterioso comienzo con un riff y unas voces con cierto deje pop, mucha producción. Pasadas las primeras estrofas rompemos con un rockero y melódico estribillo, de los más elaborados, muy bueno. Una guitarra muy afilada y aguda hace las transiciones, las estrofas siguen la línea del comienzo y se repite estructura hasta el estribillo con armonías de guitarra por detrás. Maine con momentos muy melódicos alargando notas. Solo de guitarra con mucho feeling pasada la mitad de canción que rompe de nuevo en el estribillo. Una especie de psicodelia moderada y melódica, una producción muy marcada y un final con Maine alargando notas y toques guitarreros muy armónicos. Muy buen tema, bastante curioso.

Crossfire: Redobles casi militares inician el tema, la guitarra con un riff potente los acompaña a continuación y otra más melódica se añade. Una magnífica introducción. Línea vocal muy melódica y suave, ciertos tintes épicos y coros en un bello estribillo. Volvemos a las estrofas que aumentan en intensidad, como también lo hace de nuevo el estribillo, un diálogo entre los coros y la voz de Maine. Los redobles se hacen más contundentes y marcados, la guitarra más melódica también aparece, así como el bajo, el bombo, los coros y la voz de Maine con el estribillo que nos llevan al solo de guitarra. Una atmósfera realmente épica, muy bella. Nuevamente el estribillo para encauzar la conclusión del tema. Una canción que se sale del estilo del resto de temas pero que hay que reivindicar firmemente.

Still Loving You: La balada por antonomasia del Hard Rock, la que todos conocen, la que logró que rockeros y no rockeros se dieran la mano, la que no soportarán los que la hayan oído mucho por todo lo que sonó, y suena, la canción con la que conocí al grupo, la balada perfecta, con la melodía perfecta, que sentó los cánones de la llamada Power Ballad que todos los grupos de los 80 popularizaron y practicaron, y practican… No sólo es la excelsa melodía lograda, el virtuosismo de la ejecución, la labor instrumental, el deslumbrante trabajo vocal de Klaus Maine, que al oírle pensé que estaba ante un jovencito auténtico por ese timbre increíblemente limpio de voz que tiene, sino la magnífica estructura y progresión que tiene el tema. Pura magia, sentimentalidad exacerbada, sentimiento sin reparos, con total convicción. Una joya eterna, guste o se haya atravesado. Es además el tema más largo del disco, 6: 27. Una eléctrica sin apenas amplificación nos marca los primeros y sensibles acordes justo antes de que Klaus Maine pronuncie un mágico “Time”, casi susurrado, para continuar con una poderosa voz. Contrastes vocales absolutamente maravillosos en una melodía arrebatadora. Voz poderosa, voz acariciadora. Transición, tras las estrofas, de guitarra que sube en intensidad y que acaba su labor como en un sollozo insatisfecho. Maine inicia otra estrofa, ahora mucho más intensa, con un fiero “I’ll Fight”… que te recorre la espalda, la siguiente la volverá a iniciar con total suavidad, es un “Love…”. Una interpretación maravillosa. En estas últimas estrofas la batería ya está presente. Acabada la estrofa la canción se comienza a disparar, la intensidad vuelve a subir, los riffs entran, aunque tímidamente, y Maine afianza su voz potentemente para cantar el estribillo por primera vez. Vuelve la calma, la sutil melodía de guitarra, coros suaves y matices guitarreros. La nueva estrofa con un riff entrecortado y un Maine desagarrando con la voz al ritmo de la cadenciosa y sensual batería que nos dirige de nuevo al estribillo, al pletórico estribillo. Increíble oír este estribillo en la voz de Maine. La canción ya no tienen vuelta atrás, el estribillo vuelve a repetirse, la guitarra cobra protagonismo, sus intervenciones y detalles se multiplican hasta un clímax orgásmico con el título de la canción, que Maine no parará de repetir mientras la guitarra hace las armonías con un solo que puja por desbocarse… hasta que lo hace. Soberbio solo y soberbio final. Armonías, sentimiento y calidad por todo lo alto, el punto álgido del disco. Una progresión memorable, para una canción perfecta. Si eres tan afortunado como para no haberla oído, cosa difícil, te envidio.

Scorpions, un grupo indispensable, con un cantante único, una referencia de gran influencia que nos ha dejado innumerables momentos de placer, aquí tenemos 9 en los temas de este extraordinario álbum.

Dedicada a Joaquín Pintanel, porque es su cumpleaños, tiene espíritu rockero y desde la distancia es de lo poco que puedo hacer. Un honor amigo.