lunes, 7 de mayo de 2012

Crítica: LA CICATRIZ (1948)

STEVE SEKELY








 Una auténtica joya, casi una pieza maestra, desconocidísima. Original, divertida, sumamente irónica, bien dirigida, mejor fotografiada y muy bien interpretada. La verdad es que pocos peros se pueden poner a esta cinta, prueba del derroche de creatividad de la época dorada de Hollywood, donde cuando menos te lo esperas encuentras auténticas genialidades.


Manteniendo toda la esencia negra tanto en forma como en fondo, "La cicatriz" es una rareza imprescindible. Con una trama retorcidísima y que mantiene el interés desde el mismo comienzo, la propuesta derrocha originalidad por los cuatro costados, una atmósfera malsana, un toque surrealista y una historia repleta de giros e inteligencia.

Un delincuente recién salido de la cárcel huye al fracasar su intento de robo junto a otros compinches. En su huida encuentra a un psicólogo que tiene un extraordinario parecido con él, salvo por una cicatriz en el rostro. Cuando las cosas se complican se planteará suplantarlo.      


Protagonizada y producida por Paul Henreid, el Victor Laszlo de "Casablanca" (1942), la tercera parte del triángulo amoroso de la obra maestra de Michael Curtiz, y por Joan Bennett, que está espléndida en su papel, nos encontramos ante una serie B con categoría de obra maestra. Con un trasfondo realmente profundo, en contra de lo que se pueda llegar a suponer siguiendo su delirante y “pesadillesca” trama, "La cicatriz" es un retrato social descarnado, cínico y muy irónico, algo común a las grandes obras del género. 

El personaje que interpreta Henreid es sumamente inteligente, con estudios de medicina y psicología, al encontrar a su doble, un psicólogo, también verá una vía de escape, no sólo en su huida de la justicia, sino de su propio yo. Como en los grandes títulos del cine negro todo el film está atravesado por la sensación de fatalidad, que en su magistral conclusión acaba siendo un tema esencial del mismo. El final del viaje de nuestro protagonista es un viaje hacia la fatalidad del destino. Una vez que toma posesión de la vida del psicólogo se siente a gusto en su papel, pero es evidente que no puede renunciar a sí mismo. La presentación, claramente expresionista, del personaje es maravillosa, con esas sombras y barrotes que entremezclan el blanco y el negro.


El personaje de Bennett es el de una mujer con mucha experiencia y sin muchos escrúpulos, nada remilgada y que se asusta más bien poco.La presencia de la actriz es uno de los múltiples puntos que relaciona la película con el cine de Fritz Lang.

Henreid nunca ha sido un gran actor, pero hay que reconocer que en esta película está realmente bien. Bennett está espectacular.


Dentro de ese derroche de imaginación y giros de guión extraordinarios se esconde un retrato social escalofriante, como he comentado anteriormente, pero es precisamente en los elementos usados para ese retrato y crítica social donde algunos verán los principales defectos del film. El único pero que se puede poner a la película es la falta de credibilidad o verosimilitud, pero en realidad es una postura equivocada, porque es precisamente eso lo que da sentido y profundidad al mensaje. "La cicatriz" es el retrato de una sociedad totalmente corrompida, superficial, fría, sin apenas afectividad, ni sentimientos, una falta de empatía desoladora. El retrato del matrimonio, de las relaciones, de la amistad, de toda la sociedad es estremecedor.


La amistad está llena de traición, los compinches se traicionan sin ningún escrúpulo, el matrimonio entre el psicólogo y su mujer está basado en la superficialidad, en la falta de sentimientos, de ahí que el hecho de que nadie se dé cuenta del cambio de lado de la cicatriz en el personaje central sea clave en dicho mensaje. Su mujer no se da cuenta, es más, en un genial toque cínico, irónico, ésta le dice a su marido que "está muy guapo esa noche..." Sus clientes, sus conocidos y amigos tampoco se dan cuenta de nada, la gente ve pero ni mira, ni observa. Su amante tampoco se da cuenta, lo descubre hilando cosas. El propio psicólogo está involucrado en asuntos turbios. 


Cuando el personaje de Henreid muere la gente pasa por encima y por el lado sin prestarle atención, es un plano espléndido porque una persona se tropieza con su cuerpo tendido, mira y pasa de largo, el resto le ignora... Son montones de ejemplos, nadie se fija ni se preocupa por nadie, todo es superficial y sin afecto, sólo en la relación entre los dos protagonistas, se intuye algún sentimiento, dos personas machacadas por el mundo que parecen querer intentarlo, pero la fatalidad hace que ese tipo de sentimientos sea imposible. Hay una excepción, una mujer mayor, señora de la limpieza, a la que vemos limpiando el suelo de rodillas, que se da cuenta de la diferencia, lo que es bastante significativo (con intención social). El final es totalmente desesperanzador, no es que el protagonista no llegue a su destino, es que ella jamás sabrá que al menos intentó ir, que en realidad sí la quería. En definitiva, alguna gente puede pensar que es inverosímil que no se den cuenta de que la cicatriz ha cambiado de sitio, pero esa es precisamente la clave de todo, que nadie, tristemente, se da cuenta de que la cicatriz cambió. La gente se guía por las apariencias y la personalidad aparece cada día más anulada, nadie se preocupa por lo que eres sino por lo que pareces. Crudo mensaje.


Todas las escenas están espléndidamente rodadas, el robo es excepcional, por ejemplo, el uso de las sombras, como se reflejan en los rostros las rejas, casi como presagio de la celda en que se iba a meter el protagonista con ese robo, es ejemplar. El final es impresionante, irónico, cínico, desolador y fatalista.


Ese sentido de la fatalidad del destino, así como que la obra sea del género negro y la presencia de Joan Bennett, remiten, en cierta forma, a Fritz Lang. Escenas como el encuentro en el taller con los mafiosos cuando les llena la gasolina o cuando trata de deshacerse del cadáver del psicólogo son dignas, no sólo de Lang, sino también de Hitchcock
   
Recomendada sin ningún lugar a la duda.





7 comentarios:

  1. De blog, me refiero. Vaya basura de blog!"

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  2. Y esos dos comentarios... ¿qué son? ¿para animar la entrada?

    Pues no recuerdo haber visto esta película. Me la apunto a la lista, aunque no creo que la encuentre con facilidad. Ni que me la vayan a poner mañana en tve...

    Gracias MrSambo.

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  3. Nickenino, gracias por tus 2 aportes.

    Davizito. A ver qué te parece, de todas formas te he dejado la peli para que la veas al final de la entrada jejeje. Está entera.

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  4. Ahí va!!! No me había dado cuenta! jajaja.

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  5. jajaja para que veas que os mimo

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  6. Hola Joseph B Macgregor, yo la conocí por la colección de un periódico jajaja. El mérito no estuvo en encontrarla sino en decidirte a comprarla jejeje.

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