jueves, 3 de mayo de 2012

Crítica: CALLE MAYOR (1956)

JUAN ANTONIO BARDEM








 Sin duda una de las grandes películas que ha dado el cine español y la obra maestra de Bardem, junto con "Muerte de un ciclista". Ganadora del premio de la crítica en Venecia, "Calle Mayor" se destapa como un desolador melodrama de opresión, angustia y amargura en continuo "crescendo".

En una ciudad de provincias no definida un grupo de amigos más que creciditos, acomodados y sumamente inmaduros, dedican su tiempo a inventarse bromas pesadas con las que pasar su tiempo libre. Estos personajes no están definidos como individuo, ni siquiera Juan (José Suárez), el protagonista, que acaba siendo la expresión o la manifestación de esa "manada" de amigos. Cobardes, inmaduros, mezquinos, apáticos, sin motivación ni intereses, sin inquietudes, salvo pasar el rato en bares y fiestas, sin capacidad de empatía, superficiales... un retrato de una generación que se antoja visionario y que es más actual que nunca, pero que también es una radiografía de la sociedad de aquella época, machista, insensible, misógina, sumamente necia... que bien podría ser esta.


La cinta y el comportamiento de los protagonistas, que se apuestan, en lo que es la trama central de la película, que uno de ellos podrá conquistar y hacer creer que se casará a una chica solterona de esa ciudad de provincias universal, es sumamente cruel, pero habría que decir que lo más duro o sobrecogedor de la película es que no hay voluntad de hacer daño por parte de los protagonistas, su objetivo en absoluto es hacer sufrir a esa chica solterona magníficamente interpretada por Betsy Blair, simplemente no tienen empatía por el resto de personas, les dan igual, es casi un comportamiento psicopatológico, y es que "Calle Mayor" habla también de la muerte de los sentimientos, de vivir para las sensaciones, lo más rápidas, intensas e inmediatas que sean posible.


Beber, sexo, diversión... y todo envuelto en su profunda inmadurez, su camino vital perdido y sin referentes de ningún tipo, mostrando comportamientos totalmente infantiles, como por ejemplo, esa relación casi maternal que el protagonista Juan mantiene con la chica del bar que está enamorada de él y a la que recurre para contarle sus penas y sus líos producto de su infantilismo, como recurriendo a una madre para que le ayude y alivie. Esta chica es la otra cara de Isabel, la otra cara de una misma moneda, que se ha adaptado a las circunstancias pero siente el mismo vacio, (la virgen y la puta).




No son personajes desarrollados como individuos aunque estén bien dibujados y definidos, son más como vehículos para desarrollar estos temas. Juan es perfectamente intercambiable con cualquiera de los otros amigos de su "manada", pero al ser elegido individualizamos en él ese retrato generacional y social. Juan es cobarde y tiene remordimientos, es al único que se le ven rasgos de humanidad, se va dando cuenta de lo que está haciendo a la chica, dice que siente pena y cariño por ella, pero como le dice su amigo, todo ello corresponde a su propia vanidad no a una empatía con respecto a los sentimientos de Isabel (Betsy Blair).


Lo que de verdad preocupa a Juan es como salir del embrollo en el que se ha metido. Cuando cree que no tiene salida, que todo es un caos y no ve manera de salir, dice que se planteó el suicidio. Su amigo no lo cree por ese carácter cobarde de él, aunque Juan lo usa precisamente como argumento de que sí sería capaz. Pero es su propia vanidad lo que hace que Juan no vaya nunca a cometer ese acto, simplemente va buscando salidas, ya que también se plantea el asesinato. Una gran escena que define, no ya al personaje, sino a todos los personajes, es ese momento en el que Juan, angustiado por la situación a la que no ve salida, quiere dejar la broma y se lo dice a sus amigos. Uno de ellos le da una solución, decir que no se puede casar porque ya estaba casado... En ese momento Juan ve el cielo abierto y la solución ideal porque cree que así saldrá bien parado y sin que se le juzgue tan mal, demostrando así que en realidad Isabel le daba igual, que lo que únicamente le preocupaba era él mismo. Su amigo de Madrid se lo hace ver a todos haciendo una simple pregunta, ¿y ella qué? Para redundar en este tema, al final es el propio amigo quien debe cumplir su amenaza de decírselo todo a Isabel, ya que Juan en ningún momento da la cara.


Podría criticarse que el personaje del amigo que viene de Madrid, Federico (Yves Massard), da un toque excesivamente moralista, por explícito, a la película, pero en realidad está muy bien llevado por el guión. Este personaje al principio se va y está una buena parte del metraje sin aparecer, tiempo en el que se plantea y desarrolla la broma, y sólo vuelve a aparecer por petición expresa de Juan. Es decir, Juan, dando una muestra más de su carácter cobarde, de esa definición de toda esa "manada" de amigos, como un crio cuando se ve atrapado, acude a su amigo, que representaría lo íntegro. Cuando la crueldad, las acciones egoístas y los actos que acaban haciendo daño a los demás no meten en líos acudimos a la gente que se muestra íntegra para que nos solucione el asunto. Juan pretende sentirse mejor, acude a alguien que sabe honesto e incapaz de cometer ese tipo de tropelías para salir del apuro y tener cierta sensación de integridad. Ese detalle, que sea el propio Juan quien introduzca de nuevo en el relato a su amigo me parece muy brillante.


Con respecto al personaje de Isabel, comentar que es sumamente ingenuo, romántico, idealista, encantador, alguien vulnerable y del que nadie desearía nada malo. La identificación con ella es sumamente fácil, primero por la extraordinaria interpretación, ya mencionada, de Betsy Blair, y luego por las características que Bardem muestra de su personaje. Las escenas en la iglesia, su sonrisa conforme crece su ilusión, sus momentos de soledad evocando y pensando en su amado, son realmente magníficas y significativas. Bardem y Blair logran que nos enamoremos de ese personaje para hacer más efectivos e intensos los sentimientos y el rechazo ante lo que la sucede. Isabel necesita ese amor, su romanticismo, sus ganas de dar cariño (esos besos constantes y esas declaraciones de amor), son el caldo del cultivo para que el espectador no dude en sentir desprecio por el patético grupo de amigos.


Isabel busca constantemente que Juan la diga que la quiere, una necesidad imperiosa para la chica, sentirse querida, algo que llegó a pensar que nunca la pasaría y ahora que sucede surge en ella cierto sentimiento de culpa, creyendo que no merece lo que le pasa, algo tan bueno, cree que lo acabará pagando, que no es justo que sea tan feliz, ver cumplido su mayor deseo, su mayor anhelo. No sólo es una necesidad individual de ella, hay también una profunda crítica al machismo de una sociedad donde el papel de la mujer se reducía, casi exclusivamente, a casarse y buscar marido y siempre en un sentido pasivo. La película trata con una dignidad a la mujer ejemplar.


Esa necesidad de amor, tanto de dar como de recibir, de Isabel es de una notable emotividad. El final, con la lluvia difuminando el rostro tras la ventana de Isabel, es sumamente simbólico, usando Bardem la lluvia como manifestación del estado de su alma, un alma golpeada y dolorida pero a la vez resignada. Es por ello por lo que Isabel no se va en el tren, se resigna a una vida que la ha acompañado siempre, de la que cree nunca podrá salir porque no lo merece. Es el legado de una sociedad podrida donde los sentimientos están muriendo, muriendo dentro de los que aún los tienen.


Gran guión y dirección de Bardem que alcanza momentos muy intensos y brillantes, desde los impulsos homicidas de Juan, hasta metáforas visuales como el tren, que lo sería de la vida, una vida que Isabel ve pasar (ella va a ver como la gente despide a sus seres queridos quedándose aparte pero amando esos momentos con todas sus fuerzas, lo que define a su personaje, que se debe quedar, obligada, aparte en la vida pero a la vez la ama con todas sus fuerzas), o cuando Isabel y Juan pasean por el andén y se cruza un tren con ellos que los envuelve en humo, como presagio de lo que es y será esa relación, algo que también hará con la escena del salón de fiestas solitario, cuando Isabel se entera de toda la verdad y la lámpara de dicho salón se apaga, lámpara que momentos antes se encendió con su propia ilusión.


Gran reparto con Luis Peña, Dora Doll, Alfonso Godá, el estupendo Manuel Alexandre, José Calvo, Matilde Muñoz Sampedro... entre otros.

Gente despreciable, actos despreciables en una película desoladora y real, negra y dura. Pero también gente encantadora y de la que cualquiera estaría dispuesto a enamorarse, gente que merece la pena y que no son más que víctimas en estos tiempos.

Basada en la obra de Arniches "La señorita de Trevélez".



7 comentarios:

  1. Mr Sambo en realidad es un grupo de blogeros firmando análisis y críticas como si fueran una única persona...eso, o un ordenador programado para publicar periódicamente análisis de una base de datos, jajaja.

    Bueno, es que no soy capaz de leer tus análisis al ritmo que los publicas.

    Respecto a Calle mayor, gran película. Creo que la vi cuando la puso Garci en "Qué grande es el cine" y me han dado ganas de volver a verla. ¿Por qué ya no se hace cine español de esta calidad?

    Por cierto, la famosa calle es en realidad la calle portales de Logroño, aunque la película se rodó en varias localidades.

    Saludos.

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  2. Calla jodío no desveles esos datos secretos jajajaja.

    Tómate tu tiempo, los análisis quedarán ahí mientras no se caiga blogger o cosas así jejeje.

    No sé, demasiada política metida ha habido estos años, ahora parece que alguna gente quiere hacer cosas nuevas, pero no acabo de ver un talento reseñable, así que... Imagina.

    Gracias por el dato, un abrazo muy fuerte.

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  3. Pues estamos ante uno de los mayores chascos que me he llevado en mi vida... Una de las obras maestras del cine español, puntal de la carrera de J.A. Bardem... y resulta que es una versión descafeinada La Señorita de Trévelez ¡¡¡DE ARNICHES!!!

    Cuando la ví, me quedé helado como pocas veces. El peliculón que yo esperaba consistía en quitarle la ironía a un Arniches. Válgame la Candelaria, para lo que hemos "quedao". Le quito las risas, pongo gente con cara avinagrada y, hala, una obra maestra. Pos vale, pos m'alegro. Pero dárselas de intelectual para tener que recurrir al pobre Arniches para hacer una peli, con lo que habrán renegado, y probablemente mofado, de él, ya les vale...

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  4. Archiduque, perdón por el retraso, con la celebración ya sabes... Veo que no te gusta demasiado el título este jajaja.

    Sí, coge la trama de la obra de Arniches y le da otro tono y alguna otra intención.

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  5. Es una magnífica película, sin embargo disfruto más con la versión que se hizo para TVE de la "Señorita de Trévelez" con un inconmensurable Luis Varela.

    http://www.youtube.com/watch?v=vighCWlh03E

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    1. Genial que hayas dejado el enlace Bipancho. Muchas gracias!

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  6. Nacho:Mira que ahora me da mucho por ver el cine de Berlanga,aunque esta tambien he oido que es otra de las grandes de nuestra cinematografia,ya cuando la vea te cuento saludos.

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