Crítica: CREPÚSCULO (TWILIGHT) (2008)

CATHERINE HARDWICKE

Me gustan bastantes cosas de esta película y por supuesto hay otras que no me gustan tanto. En contra de mis prejuicios iniciales tengo que reconocer que esta primera parte de la saga "Crepúsculo", tiene unos buenos puntos a favor. Con un ritmo, estética y ambientación New Age que es muy de agradecer, tenemos un film que se detiene en unos personajes bien dibujados y en algunos casos interesantes (el padre de Bella y el vampiro protagonista por ejemplo). Pausada, de ritmo calmado, bien dirigida, se nos van contando las características de la familia vampírica con la que nuestra protagonista entra en contacto y todas las dificultades y curiosidades que esta relación encuentra. Del mismo modo se trata la historia de amor con buenos momentos de aliento romántico.

Este aspecto cotidiano, que la directora (Catherine Hardwicke) recalca, es una de las mayores virtudes de la cinta, lo cotidiano, el día a día, le da un verismo que se perderá de forma lamentable a partir de la continuación.

Esta primera parte está a años luz de las siguientes y es muy posible que gran parte de la culpa sea el cambio en la dirección. Está de moda ahora que cada episodio de una saga lo hagan directores distintos restando coherencia, y generalmente calidad, a muchas de las partes. En "Crespúsculo" también se nota, si bien es cierto que a partir de aquí y con el tema culebronesco la cosa es difícil de encauzar. Es de destacar que la cinta es muy fiel en todos los aspectos al libro de Meyer.

El otro gran elemento a reseñar es la ausencia de culebrón. Supongo que lo que enganchó a millones de adolescentes en todo el mundo ha sido el triángulo amoroso, que siempre es muy comercial, pero en esta primera entrega ese aspecto está casi dormido. Vemos el poco disimulado interés de Jacob (Taylor Lautner) y la completa ausencia de interés de Bella (Kristen Stewart) que lo ve como amigo sin más. Es más, con la profunda cara de asco que tiene esta chica de forma constante bien parece que incluso le desagrada la compañía del lobo, un pensamiento por su forma de actuar que se contradice con sus comentarios amables y correctos.

Esta cara de asco sólo tiene explicación si se valora la actitud de la chica desde la perspectiva de que sólo se fijen en ella un hombre lobo y un vampiro, una lúcida consciencia que le produce asco al ver que sólo puede elegir entre la zoofilia y la necrofilia. Ella desde luego lo tiene claro, la necrofilia es mejor, sobre todo si el cadáver se mueve.

De los personajes protagonistas el más interesante es el del vampiro Edward Cullen (Robert Pattinson) más introspectivo y atormentado. Debo decir que es un vampiro atípico ya que tiene 119 años y es virgen, algo inaudito. Esto nos lleva a confirmar que su extrema palidez no tiene que ver con su naturaleza vampírica sino con que tiene, con toda seguridad, la sangre acumulada en un sitio concreto.

El personaje de Jacob, un chico simpático, es en esta primera parte un personaje meramente accesorio, como ejemplo del tratamiento sutil que se le da nadie mencionará que Jacob es un lobo, salvo en alguna referencia indirecta.

Con todo, el mejor personaje es el del padre de ella (Billy Burke) y esa incapacidad para comunicarse con su hija y transmitirle un amor que indudablemente tiene. Un buen personaje al que apenas se le saca partido.

Es cuestionable que debido a la tradicional mitología vampírica, no haya ni sexo ni sangre, ni ese vínculo, algo casi imperdonable, pero siempre hay que tener en cuenta su carácter de cinta para adolescentes. Es como cuestionar la naturaleza de los libros de “El pequeño vampiro” (Angela Sommer –Bodenburg) porque son para niños. Con todo, el tratamiento en esta primera entrega, precisamente gracias a su tono y dirección, minimiza los aspectos más superficiales.

La relación está bien tratada, así el amor de ella será mucho más superficial y físico acorde a sus 17 años mientras que el del vampiro será mucho más consciente, maduro y profundo, también debido a su elevadísima edad.

La película aparte de obviar, en esas múltiples variantes que se suceden en estos revival vampíricos, aspectos característicos, como el sexo o la violencia, tiene una excesiva frialdad, le falta nervio, carácter e intensidad, tiene un aspecto tristón y apagado, casi apático como de deslizar aburrido que la perjudica en esa historia de amor que pretende ser bigger than life.

Dentro de la aparente distancia a la mitología que supuestamente tiene y el respeto que se le exige, de manera algo gratuita, debo mencionar que otros aspectos no están mal resueltos, como el hecho de que el vampiro pueda salir de día. Se ha extendido la idea de que los vampiros explotan, estallan o se queman con el sol, cuando en la obra de Bram Stoker eso no sucede en absoluto, lo único es que sus poderes disminuyen, como su capacidad para transformarse etc. Aquí si bien es cierto que el cielo tiene que estar encapotado se puede ver a los vampiros a la luz del día.

El look del film es muy adecuado y está muy conseguido, sobre todo si tenemos en cuenta que esta cinta no contó con un presupuesto nada elevado. Los eternos cielos grises y la música hacen de la primera entrega de “Crepúsculo” algo bastante sólido en fondo y forma. Una música muy acertada. La música original es de Cartel Burwell. Los temas que suenan redundan en el acierto.

La influencia de la saga es absolutamente incuestionable, no sólo como fenómeno social, también en el aspecto vampírico, que han cogido como referencia la película para el look de muchos de los vampiros que ahora vemos en series y demás historias de este género.

Ninguna de las interpretaciones puede ser destacada, no hay ninguna brillante y se limitan a cumplir expediente. Sí tengo que destacar que la que ejecuta Kristen Stewart es especialmente mediocre. Como curiosidad mencionar que Stephenie Meyer, la autora de la saga, aparece en una escena, un cameo, en un bar donde la camarera la llama por su nombre mientras trabaja en su portátil para ofrecerle un café.

Hacia el final este esquema romántico cede para un aumento del suspense, donde la trama vampírica cobra más importancia dando como resultado un buen final, de lujosa y depurada factura. Se agradece esa calma y esa preocupación en los personajes que permite que funcione bien la parte final de más acción y tensión.

 

Por contra mencionaremos que es una cinta previsible y que a pesar de tener momentos románticos de cierto peso no enmascara del todo su carácter superficial, claro que también es cierto que hay que tener en cuenta al público al que va dirigido, como también es justo reconocer que evita convertirse en un culebrón vampírico en esta primera parte. Muchos la considerarán demasiado "light" o incluso poco atrevida o excesivamente casta, algo básicamente absurdo. Cinta de iniciación a la mitología de la saga y tratada como planteamiento para las posteriores entregas, cumple su objetivo siendo una película disfrutable sin duda.

Sin ser ninguna genialidad, ni algo brillante, en contra de lo que se podía esperar la cinta aprueba gracias al trabajo de su directora.

Una nueva saga súper exitosa que llega a las pantallas y para más inri con tema vampírico, que es el nuevo boom de los últimos tiempos, con nuevas películas, series, libros, sagas... que se suceden unas tras otras y nos muestran unos vampiros amables y cada vez más preocupados por la humanidad.