miércoles, 23 de octubre de 2013

Crítica: MEMENTO (2000) -Parte 3/5-

CHRISTOPHER NOLAN







La memoria.

Para entender lo que ocurre es necesario conocer los tipos de memorias y amnesias. El problema de Sammy y Leonard que se trata en la película es real. Hay que distinguir la memoria reciente de la memoria a largo plazo. El problema de nuestro protagonista es que tiene pérdida de memoria a corto plazo.


La amnesia retrógrada es la que impide al afectado recordar nada antes del suceso que le provocara dicha amnesia. La amnesia anterógrada es la que impide al afectado generar recuerdos nuevos, recuerda todo lo anterior al incidente pero no logra retener mucho tiempo lo que le sucede tras el mismo. Es posible además que Leonard padezca una amnesia disociativa, que se refiere a un recuerdo reprimido a causa de un trauma, es psicológica, pero no encaja del todo.

Lo más parecido que podemos imaginarnos para entender lo que puede sentir Leonard, su desorientación, sus sensaciones y frustración, sería cuando decidimos ir a la cocina, por ejemplo, a por algo y al llegar allí no recordamos a qué habíamos ido porque nos hemos distraído, y por más que le demos vueltas no caemos… O cuando estando dormidos y soñando, nos levantamos, semiinconscientes, al baño y al intentar recordar el sueño que teníamos notamos y casi sentimos que se desvanece, que no podemos recordarlo… Esto en un sentido global sería el infierno que vive Leonard, perfectamente mostrado desde la estructura en retroceso que propone Nolan.



Es necesario tener esto presente para definir el final de la cinta, ya que hablamos de un personaje que no sólo padece un trastorno de la memoria, sino que tiene otro psicológico en el que busca engañarse a sí mismo para evitar un recuerdo traumático.

En color camino del pasado.

Ya he explicado que la trama en color va hacia atrás en el tiempo, pero aquí la analizaré en orden cronológico para hacerlo más sencillo, sin menoscabo de mencionar detalles de puesta en escena que se logran con la decisión de Nolan de ir hacia atrás en el tiempo.

En este orden, y obviando la conversación final de la que hablaré más adelante, veremos con un escalofrío la confirmación de lo que se ha venido insinuando durante la cinta, el hecho de que Leonard, nuestro protagonista, decide por propia voluntad, porque no le gusta lo que oye de una persona, manipular sus pruebas, incluso las permanentes mediante tatuajes, para seguir un rastro falso que le lleve a Teddy y así acabar con él sin un ápice de culpa. Vemos como decide engañarse voluntariamente usando la coartada de su problema de memoria y esto será básico para la descripción final del protagonista. Esto no significa que Leonard no padezca el problema de memoria mencionado, vemos durante la narración que lo padece de verdad, pero en el final se confirma además que no pretende una solución a su objetivo, sino que su verdadero objetivo es mantener viva la misión de buscar al asesino de su esposa, no encontrarlo.

Por ello copiará la matrícula de Teddy, que para su desgracia también es un “John G.”, uno de los datos que tiene Leonard sobre el supuesto asesino, para tatuársela como uno de los hechos, el "Hecho 6" concretamente.

-Con toda esa información y su ropa recién adquirida acabará en el bar de Natalie gracias al posavasos que encontrará en el bolsillo del traje de Jimmy Grants. Aquí vemos muestras de ese talento de puesta en escena que se hace especialmente brillante al estar la película editada cronológicamente al revés. Natalie mostrará su confusión al confundir a Leonard con su novio, ya que nuestro protagonista lleva el coche de aquel y su ropa, una Natalie a la que vimos fugazmente fuera del bar tirando algo a la basura en la escena anterior, sin subrayado alguno. La película siempre reveladora, planificada como una constante revelación, sorprendiendo.




-En el Bar Ferdy’s, en el que trabaja Natalie, veremos la presentación e inicio de la relación de Natalie y Leonard, que como es lógico no empieza con buen pie al reconocer ella que la ropa que viste Leonard es la de su novio. Todo esto tiene especial significación porque ya sabemos los fundamentos de su relación y cómo ella también ha manipulado a nuestro protagonista. Antes de entrar veremos de pasada a Natalie, desenfocada, y oiremos el contendor, luego veremos la escena desde otro punto de vista confirmándola en el magnífico detalle de puesta en escena y edición mencionado. Natalie ha oído hablar de Leonard y conoce la relación que se traen su novio Jimmy, un “John G.”, y Teddy, el policía corrupto. Por supuesto Lenny contará su problema de memoria a Natalie, le falta tiempo, y ella lo comprobará para asegurarse con un jueguecito escatológico con cerveza y escupitajos. Es fascinante ir descubriendo las claves paulatinamente, como que el traje es el del novio de Natalie, ya que si al principio no entendemos su actitud en la siguiente escena cobrará todo el sentido, ese constante replanteamiento de la situación que nos pide Nolan con su propuesta. Leonard confesará a Natalie su último recuerdo, su mujer muriendo. Ojo a esto último, Leonard dice que lo último que recuerda es a su mujer “muriéndose”, no muerta…



-Natalie acogerá al desamparado Leonard en su casa. En esta secuencia se desvelan importantes claves, incluso veremos recreado en un flashback, a color, el fatídico día del supuesto asesinato a la mujer. Natalie preguntará algo evidente, por qué la policía no ha logrado coger al asesino.

Porque no le buscan”. “Creen que no existe”.





La recreación del asesinato nos mostrará que efectivamente había dos hombres, aunque lo que vemos es la historia relatada por Leonard. Leonard mata a uno de los violadores, el que está asfixiando a su mujer con una cortina de ducha, y otro lo atacará por detrás golpeándole contra un espejo. Un picado irá de los dos cuerpos al suelo vacío del baño, a la nada. Un suelo blanco salpicado con alguna pequeña losa negra, inconexas, como la memoria de Leonard. Una magnífica imagen.





La policía no cree la versión de Leonard, según éste el segundo hombre sustituyó la pistola del muerto por su porra, dejando en la escena la pistola de Leonard y el coche de la fuga, por lo que no dejó pistas de su presencia. Es decir, el hombre muerto sería el que pegaría el golpe a Leonard con una porra. A esto se añade su problema de memoria. Lenny readapta la historia. Veremos cómo Leonard le hace su foto a Natalie, que le invitará a quedarse un par de días.


Cuando Leonard se queda solo tenemos un momento importante, mirará su mano y verá de nuevo el tatuaje que reza “recuerda a Sammy Jankis”, para acto seguido ver un flash de una jeringuilla, la causa de la muerte de la mujer de Sammy en teoría, pero que aparece en color, como un recuerdo, por lo que se vincularía con el propio Leonard, sería un recuerdo suyo, que se repetirá en la escena final. Leonard enseguida querrá evadirse y comenzará a leer sus informes para distraer esa verdad.






-La generosa Natalie volverá a casa dispuesta a usar a Leonard para sus fines, liberarse de un tal Dodd que la atosiga por culpa de los chanchullos con las drogas de su novio. La dulzura y comprensión tornarán en radical crueldad diciendo explícitamente a Leonard que va a usarlo… como tantos otros. Desde que entra tiene claras sus intenciones, ya que quitará de en medio cualquier bolígrafo o lápiz que Leonard pueda usar para apuntar lo que va a suceder, la verdad sobre Natalie, a la que idealiza. De hecho Leonard juzga a las personas no en función de la verdad, sino de la aceptación que muestran ante su fantasía. Como Teddy le contó una historia que no quería oír lo enfilará, como Natalie le trató con comprensión e interés la ayudará… gracias a la previsión de la chica. El dinero que Jimmy llevó a su cita con Teddy ha desaparecido y el tal Dodd, socio de Jimmy, pide explicaciones… Ya cité anteriormente “Perdición” (1944) de Billy Wilder, volveremos a encontrar paralelismos en esta mujer fatal que pide a un agente de seguros que mate a su “problemilla”. Para ello provocará que Leonard la agreda… La escena concluye con Leonard buscando bolígrafos desesperadamente, magistral inicio de la escena anterior. Una vez más logrando dar la vuelta a las apariencias.



-Así volverá a entrar Natalie a los pocos minutos ante la emergencia de Leonard, mintiendo a su acogido, diciendo que Dodd la agredió a causa del dinero perdido. Las sutilezas que Nolan incluye en la película son geniales para hacer guiños constantes, crear extrañeza y ecos que se resolverán en la siguiente escena, un ejemplo lo tenemos en el puño dolorido de Leonard a causa del golpe que le dio a Natalie pero no recuerda… Como un Quijote, un noble y romántico caballero, Leonard se ofrecerá a vengar la afrenta a su chica como ella tenía previsto, pidiendo la dirección y la descripción. Es una cruel y magnífica ironía que Leonard acabe pidiéndole el ansiado bolígrafo a Natalie para que le apunte los datos del tal Dodd, cuando antes lo buscaba desesperadamente porque ella los escondió. Hay que reconocer que Lenny sigue bien los pasos en ocasiones, el problema es que se los marcan de forma interesada… él mismo u otros.



-Teddy no siempre miente. A la salida de la casa de Natalie, Leonard se encontrará en su coche con Teddy, que querrá que se largue de la ciudad porque su misión allí ha concluido. Una misión que fue la encomendada por el propio Teddy, quitar de en medio a Jimmy.  Como sabremos al final eso ya ha sido cumplido por Leonard, así que el asesino particular de Teddy está en peligro, por eso lo quiere lejos de allí. Para lograrlo intentará manipularlo para que desconfíe de Natalie, pero como Leonard tiene la frase “no te creas sus mentiras” en la foto de Teddy, el policía corrupto tiene poco que hacer. Teddy sabe que es Natalie la que retiene a Leonard allí, lo que no sabe es la misión que ésta le ha encomendado. Descubriremos por qué Leonard tacha una frase en la foto de Natalie para poner otra. La desconfianza en Teddy se convierte automáticamente en confianza en Natalie. También deduciremos fácilmente que el camello del que hablaba la llamada misteriosa, o sea de Teddy, se refiere precisamente al novio de Natalie, Jimmy Grants. Teddy repetirá dos veces la frase “ese es quien eras, no sabes quién eres ahora”, advirtiendo a Leonard, precisamente, de las manipulaciones que sufre de forma indirecta. Se atreve a decirlo porque sabe que lo olvidará… Hará las preguntas adecuadas, ¿de dónde ha sacado su traje, el coche…?



Leonard pasa de investigador de seguros a actuar como un detective, readaptando su vida hacia un objetivo ficticio, idealizado… como Nolan readapta al espectador ante lo que ve tras cada secuencia…

Ni siquiera sabes cuánto hace que ocurrió”.

Pues tal vez deberías investigar tu caso”.


-Leonard llegará al Discount Inn, al que hará su pertinente foto, siguiendo la recomendación de Teddy, y preparará su habitación, la 304, para realizar una serie de rituales. Leonard tendrá dos habitaciones en el Discount Inn, la otra será la número 21. Contratará a una prostituta para recrear la convivencia con su mujer. Luego quemará los objetos (osito, reloj, libro, cepillo…) que aún conserva de ella y que pidió a la prostituta que repartiera por la habitación. Uno de ellos, un libro, nos lleva a un recuerdo de convivencia de la pareja, algo que parece no quiere que ocurra. En este recuerdo criticará que su mujer lea siempre el mismo libro, porque considera que la sorpresa es lo que da sentido a la lectura, algo bastante relacionado con su problema de memoria, donde todo es sorpresa continuamente. Estos rituales, repeticiones, parecen relacionarse con la mencionada rutina de repetición que posibilita a Leonard aprender ciertas cosas, por ejemplo a mantener vivo la creación que tiene en su cabeza del día del incidente, algo que por otro lado debe recordar. La imitación nos llevará a flashes del fatídico día donde la vida de Leonard cambió. En esta escena hay muchos insertos, especialmente de manos, sosteniendo un vaso, una llave…



Con estas simulaciones Leonard logra engañarse a sí mismo, una vez más, durante unos instantes, viviendo la momentánea ficción de que su mujer está aún viva… y quizá pueda evitar la desgracia.

Mientras quema los objetos recordará un pellizco, recuerdo recurrente ya que lo veremos dos veces, una de ellas confundido con el momento de poner una inyección…

No me acuerdo de olvidarte”.




-Uno de los mejores momentos de humor de la cinta lo tenemos en la magnífica escena del tiroteo entre Dodd y Leonard (Guy Pearce). En esta escena descubriremos por qué el coche de Leonard no tiene cristal en una de sus ventanillas. La presentación de la escena no puede ser más original, con Leonard sin saber qué hace, si es perseguidor o perseguido…

“¡Ah! Persigo a ese tipo… No… es él quien me persigue”.




Resulta cuestionable que sepa cuál es su coche en esta escena. Es lógico, y beneficioso, admitir que no veamos al protagonista comprobar en sus fotos cada cosa en cada momento, ya que ralentizaría el ritmo y no es necesario, pero en esta ocasión, por la propia tensión de la escena, que no permitiría ver las fotos con tranquilidad, sí que altera la coherencia de dicha escena en relación a las reglas que se nos han dado. Si no se acuerda de Dodd, del que huía, tampoco debería acordarse del coche, salvo que la repetición intervenga también en este caso…Aunque lo tiene desde hace poco tiempo para hacerlo creíble.La alarma que suena quizá le llame a la intuición pero es una débil explicación.



Habrá otro detalle de humor cuando buscando a Dodd, Leonard se confunda de habitación…


No me siento borracho”.

-Uno de los aspectos más significativos de la dirección y montaje en “Memento” es el uso de los insertos, ya mencionado, y de los objetos. Ya vimos los encuadres al teléfono, ese cordón umbilical, los objetos que usa Leonard de su mujer para recrear momentos, las llaves, los vasos… siempre con insertos sobre ellos. Un ejemplo perfecto a nivel narrativo del uso de un objeto lo tenemos en la escena donde Leonard se esconde en el apartamento de Dodd a esperarle. En este caso el objeto es una botella. Al mostrarnos la situación cronológicamente al revés, no sabremos por qué Leonard tiene una botella en la mano, que deja en el baño distraídamente para darse una ducha. Cuando Dodd entre por sorpresa en su propia habitación Leonard usará dicha botella para golpearlo y dejarle cao definitivamente, es decir, usará la botella con la intención que tenía en un principio por pura suerte e intuición. Una magnífica planificación, porque de hecho puedes llegar a preguntarte de dónde sale esa botella tan oportunamente puesta…







Nolan también usa el montaje entrecortado para una misma acción, algo que pretende resaltar la angustia, la espera, el nerviosismo… Un recurso que viene de la Nouvelle Vague.



-La llegada de Teddy (Joe Pantoliano) a la habitación donde Leonard mantiene amordazado a Dodd, viene precedida de flashes del día fatídico donde nuestro protagonista perdió la memoria, flashes de un sueño de Leonard. Allí mostrará el regalito de Dodd a Teddy, al que él mismo llamó. En la foto de Dodd, Leonard pondrá “Deshazte de él. Pregúntale a Natalie”. El hecho es que no matarán a Dodd (Callum Keith Rennie) pero lo asustarán un poco para que se vaya de la ciudad.





Hay muchos detalles sabrosos y sutiles durante la película que se enriquecen al estar planificada cronológicamente al revés, por ejemplo serán muchas las veces que Teddy mencione el coche de Leonard, siempre intentando conseguir sus llaves o que se lo deje. Al final sabremos por qué al ver una numerosa cantidad de dinero en su capó. La cara de Teddy al ver dicho dinero en el capó es muy simpática…


-“¿Quién coño es Dodd?” Es divertido oír de boca de Leonard que alguien intenta aprovecharse de él para que mate a otros. Irónico…



Siento el mundo… y a ella”.


-En esta escena Natalie (Carrie-Anne Moss) y Leonard intimarán, una sensual escena donde Natalie pondrá a Leonard ante un espejo para ver el único tatuaje que tiene al revés con el torso desnudo. Buscará el vínculo diciéndole que ella también perdió a alguien… Jimmy, al cual Leonard mató. Más ironía.



Por lo que parece, en la noche que pasa con Natalie la memoria de Leonard no se resiente mucho, sin ser esto importante. Asumimos que acepta la situación al verse allí. Con todo, parece pasar más tiempo, o bastante tiempo, del habitual en el que Leonard es capaz de retener recuerdos desde que habla con Natalie hasta que apunta su nota en la foto de ella: “Ella también ha perdido a alguien, te ayudará por compasión”.







Ni siquiera sé cuanto hace que murió”. Segunda mención al tiempo transcurrido tras la muerte de su esposa, sin solución. Natalie y Leonard son dos seres cercenados que buscan completarse y aliviarse.

“¿Cómo puedo cicatrizar si no siento el paso del tiempo?” Magnífica frase y reflexión.



 


Dedicada a Belén, para que siempre recuerde este análisis






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