El fuego es un elemento significativo, Leonard quemará los
recuerdos de su mujer, pero también quemará las fotos, incluso se lo dice a
Natalie, el fuego purificador, que le ayuda, precisamente, a olvidar cosas que
es mejor no recordar…
-Tras la noche de pasión, que por supuesto nuestro amigo no
recordará, ni siquiera mediante un dulce besito, lo cual es un fastidio,
Leonard se despertará con la imagen de unas jaulas, perfecto símbolo de su
circunstancia, atrapado, enjaulado, en un eterno retorno al pasado.
-La mentira es el oxígeno e impulso principal en el mundo y el entorno en el que se mueve Leonard, todos le mentirán, intentarán engañarle o manipularle, usarle. Teddy, Natalie, el dueño del hotel en el que se hospeda… Incluso él mismo se miente y engaña para evadirse de una realidad que no acepta. Ya he comentado que Teddy engañará cada vez que pueda a Leonard en beneficio propio, pero también que actúa a modo de conciencia, diciéndole verdades, cosas que él no quiere oír, por ejemplo cuando aparece ante su coche y le invita a comer, explicándole que sus notas y fotos no son fiables… Este aspecto perturba e incomoda a Leonard, que cuestiona la memoria, considerándola falible y defendiendo sus notas y fotos porque son “hechos” incontestables. Vuelve a compararlo con una investigación policial, nuevamente esa idea de convertirse en un detective… Con esto, Leonard casi confirma que prescindir de la memoria no es algo negativo, de hecho, como he comentado, en el fondo parece convenirle, servirle para sus propósitos, mantenerse en un círculo vicioso que le permita evadirse de un hecho tormentoso.
“Los recuerdos desvirtúan, son una interpretación, no un
registro”. “La memoria no es fiable”.
Esta escena deja sutilezas, como el momento en el que
Leonard se confunde al intentar abrir la puerta de entrada al hotel…
-Natalie (Carrie-Anne Moss) citará a Leonard en un restaurante para darle la
prometida información sobre la matrícula del coche que éste tiene tatuada.
Allí ella lo probará, intentando comprobar si la recuerda, dolida y algo
decepcionada porque no lo hace… Ella pondrá también el dedo en la llaga sobre
la fiabilidad de las notas, como hizo Teddy. Como en tantas ocasiones Leonard
hará referencia a querer ver los ojos para mantener una conversación, por ello
pedirá a Natalie que se quite las gafas. Esto le sirve más bien de poco al
bueno de Leonard… En esta escena Nolan también hará varios insertos con las
manos de Natalie como protagonistas, junto a las gafas, junto a los cubiertos
con los que juguetea… su decepción.
El dueño del coche con esa matrícula es Teddy, por supuesto,
al que Natalie dice conocer vagamente, ya que, efectivamente, estuvo en su bar.
“El mundo no desaparece cuando cierras los ojos ¿verdad?”. Esta
frase también la dirá Leonard en la última escena… En sentido contrario.
En esta secuencia tendremos nuevos flashes. Los flashes
recordatorios siempre tienen lugar en momentos donde coincide con Natalie, su
entorno u otra mujer. Recuerdos fugaces, capaz de ellos… En estos flashes
veremos a su mujer detrás de cristales en varias ocasiones, pequeños retazos
oníricos e idealizados con muchos planos detalle. Caricias, soledades y la voz
de Lenny sobre las imágenes. Será la despedida de Natalie y Leonard.
-Tras llegar a su habitación después de dejar a Natalie
observaremos algunas de las características del método y el sistema para
guiarse que tiene Leonard (Guy Pearce). Un gráfico donde coloca las fotos de los lugares que
transita, de las personas que conoce, y que irá cogiendo según las necesita o
según al sitio donde vaya a ir. En su habitación revisará la documentación que
Natalie le entregó, son los datos de Teddy, en realidad llamado John Edward Gammell,
o sea un John G. Entre ellos su matrícula, que coincide, precisamente, con la
que Leonard tiene tatuada. Natalie logra enfilar a Leonard en la dirección del hombre
que planificó la muerte de su novio. La venganza siempre presente.
Leonard ve que todos los datos que tiene, incluso en sus
tatuajes, coinciden con Teddy… Varón blanco, nombre de pila John, apellido que
comienza por G. y matrícula SG137IU, esa es la que está en la licencia. Ya
sabemos cómo Leonard tomó la decisión de ir a matar a Teddy.
-Así llegamos a la escena del asesinato al que Leonard
piensa que es el asesino de su mujer, aunque en realidad no lo es. Frases como
”Lo habré olvidado” o “No lo recuerdo” se irán sucediendo pronunciadas por
Teddy y Leonard. No faltarán las mentiras de Teddy y una mención a Pocahontas. Todas
las extrañezas que nos marcaban los pequeños detalles se van desvaneciendo,
aunque en realidad y según está estructurada la película en su visionado no
estarían más que comenzando…
El final de “Memento”, como el de “Sospechosos habituales”
(Bryan Singer, 1995), “The game” (David Fincher, 1997), “El sexto sentido” (M.
Night Shyamalan, 1999), incluso “Seven” (David Fincher, 1995), tiene un giro
inesperado, un final sorprendente, pero a diferencia de ellas este final no es
contundente ni firme, no es categórico, sino que se acaba descubriendo como una
opción. Nolan prefiere mantener la ambigüedad y la confusión, el desconcierto
del espectador que no sabe a qué atenerse del todo y tiene que replantearse
toda la película… Con ello vuelve a lograr el desconcierto, la desconfianza y
la confusión que genera la propia memoria, especialmente en el protagonista.
Final de autoengaños, desmemoria y manipulaciones.
La última escena de la película resuelve las incógnitas del
mismo modo que genera una gran ambigüedad sobre ellas, una última escena que es
la primera cronológicamente siguiendo la trama en color, como ya he explicado.
Esta última escena pasa del blanco y negro al color y además supone un eco de
la primera, donde veíamos “velarse” una foto, ya que aquí veremos revelar otra,
la del cadáver, o casi cadáver, de Jimmy Grants (Larry Holden). Todo se va aclarando, sabremos
por qué Leonard lleva el traje que lleva y conduce el espectacular Jaguar, son
los del difunto… Con todo, Grants dejará un mensajito antes de morir,
mencionará a Sammy, el recuerdo recurrente de Leonard, lo que le hará
interpretar que ese hombre no era el asesino.
Las opciones para la resolución de la película que nos
plantea Nolan con ambigüedad son la que defiende Leonard desde el principio,
donde dos encapuchados entraron en su casa, violaron y mataron a su esposa y le
dejaron sin memoria; y la que nos cuenta Teddy, en la que la mujer habría
sobrevivido al asalto y Leonard habría acabado inventándose la historia de
Sammy Jankis para no afrontar su verdad…
Hasta este momento la única duda que tenía el espectador al respecto era quién podría ser el asesino y si Leonard logaría atraparle. Sólo oímos la historia y la versión de Leonard, así como las pistas que él tiene. Es Nolan quien integra determinados detalles para desorientarnos y que podamos plantearnos otras cosas, como el fugaz fotograma en el internamiento de Sammy que muestra el rostro de Lenny.
Hasta este momento la única duda que tenía el espectador al respecto era quién podría ser el asesino y si Leonard logaría atraparle. Sólo oímos la historia y la versión de Leonard, así como las pistas que él tiene. Es Nolan quien integra determinados detalles para desorientarnos y que podamos plantearnos otras cosas, como el fugaz fotograma en el internamiento de Sammy que muestra el rostro de Lenny.
Hay una serie de cosas que deben quedar claras antes de
entrar a analizar las dos posibilidades. Todo el mundo miente en la película,
son mentirosos, pero mientan para lograr un objetivo concreto, un interés
personal, ya sean la venganza en Natalie o la codicia en Teddy (Joe Pantoliano). Pero si esto es
cierto también hay que reconocer que en otros momentos son sinceros. Esto es
importante en el caso de Teddy, que se nos muestra mentiroso siempre que pretende
hacerse con el coche de Leonard o cuando intenta que cumpla su objetivo de
eliminar a Jimmy Grants. Pero también en otros momentos dice la verdad. La
última escena es buen ejemplo, empieza fingiendo que no conoce a Leonard, le
muestra su placa y finge no tener nada que ver con ese asunto, para luego
contarle una historia que parece verdadera. Muchos pueden pensar que Teddy
miente sin más, pero ¿qué motivo puede tener para mentir en ese momento? ¿Por
qué iba a querer mentir si esa mentira sólo supondría no poder usar más a
Leonard? ¿Qué saca Teddy diciéndole lo que le dice? Es más, Teddy llega a
confesar que también es un John G. es decir, un dato verídico y comprobado, confiesa
que pretende sacar dinero y que el muerto no es el hombre que Leonard buscaba,
además sabe que diga lo que diga Leonard no lo va a recordar, o en todo caso lo
recordará para mal…
En este mismo sentido tenemos que mencionar a Leonard, del
que también queda claro que se miente a sí mismo, se engaña a voluntad, como
demuestra en esta misma última escena, tatuándose datos que no tienen que ver
con la verdad, como si asumiera en su interior que lo que le ha dicho Teddy es
cierto. Además vimos como al informe le faltan páginas, pero sobre todo que
está repleto de tachaduras…
Otra clave que debe tenerse en cuenta y quedar clara es una de las reglas que nos marca Nolan. Las personas que padecen el problema de memoria de Leonard pueden aprender cosas, habilidades nuevas y demás, por repetición, por instinto, de hecho él confirma que puede.
Otra clave que debe tenerse en cuenta y quedar clara es una de las reglas que nos marca Nolan. Las personas que padecen el problema de memoria de Leonard pueden aprender cosas, habilidades nuevas y demás, por repetición, por instinto, de hecho él confirma que puede.
Es necesario señalar que aunque no sabemos la naturaleza del
mal de Leonard, si es físico o psíquico, suponemos que físico por lo sucedido, éste
no miente ni finge, sus problemas de memoria son ciertos. Así lo demuestra su
voz en off y que se “reinicie” estando solo, por ejemplo en el apartamento de
Dodd (Callum Keith Rennie) con la botella o tras las crueles palabras de Natalie, sin motivo alguno
para fingir…
Los tatuajes, como las fotos, son imprescindibles para que
Leonard pueda guiarse, el problema es que son poco fiables ya que a menudo
carecen de contexto, que acaba significándolo todo, como demuestra Nolan en la propia
película al reinventar el sentido de cada escena según vamos retrocediendo. Si
además el propio protagonista se esmera y no tiene problemas en engañarse y
manipular esos datos, cualquier cosa puede ocurrir y cualquier persona puede
caer, lo aleatorio acaba siendo la norma.
Leeremos tatuajes que dicen “Analiza la fuente”, “La memoria
es traicionera”, “Fotografiar: Casa, Coche, Amigo, Enemigo”, “Encuéntrale y
mátale”, “No confíes en tu debilidad”, “Los hechos: Varón blanco, nombre de
pila John, apellido G___”, “Ella se ha ido”…
El segundo de los tatuajes importantes es el de la matrícula
del coche de Teddy. Aquí Nolan juega brillantemente con nosotros y con la
falibilidad de la memoria. Usa un vacile para demostrar que, efectivamente, la
memoria no es de fiar. Hay un detalle que podía interpretarse como error de
raccord, pero que teniendo en cuenta lo que hace Nolan con la matrícula puede
que no lo sea en realidad, sino otro de esos detalles para demostrar lo
comentado, es el mensaje que Natalie escribió en el posavasos que tiene
Leonard, una letra que varía de la primera vez que éste lo mira a la última.
Con la matrícula ocurre algo similar, en un desarrollo magnífico y sutil que en
ningún caso puede ser un error de raccord. Siguiendo el orden cronológico
veremos el carnet de John Gammel y el número de su matrícula, luego cómo
Leonard copia la matrícula del coche de Teddy para tatuársela, vemos claramente
el número de la matrícula (SG13 7iU),
así lo apuntará, pero en el escrito que hace Leonard la “I” no tendrá los palos perpendiculares,
será una raya recta “I”. Cuando le están tatuando veremos como esa “i" ha pasado a ser un 1, aunque la voz en
off siga diciendo que es una I. El detalle
que rubrica todo esto es cuando en la
escena donde se llevan a Dodd vemos la matrícula del coche de Teddy y no
solamente la I ha sido sustituida por
un 1, sino que la pequeña separación que había entre los 4 primeros términos y
los tres segundos ha desaparecido (SG1371U)… Un excelente detalle, sabroso para
los que buscan secretos y misterios en la puesta en escena. Un juego, un
laberinto lógico.
Con estos detalles Nolan logra mostrar la falibilidad de la
memoria, su inconsistencia, igual de inconsistente que el punto de vista de
Leonard… que lo altera a conciencia. Además logra que nos ocurra como a
Leonard, que aceptemos cosas sin darnos cuenta, cambiadas, distintas, incluso
viéndolas expresamente. Esto parece ser que lo ha manifestado el propio
director.
El tercer tatuaje es el que no lleva en su pecho pero aparece en la escena final en una ensoñación de Leonard, donde pone “Yo lo hice”. Esto podría indicar que Leonard vengó la violación de su mujer antes de que ésta muriera o él mismo la matara, pero esto tendría poco sentido porque también observamos el tatuaje escrito al revés que pone “John G. violó y asesinó a mi mujer”, con lo que si incluye la palabra “asesinó”, tendría poco sentido. Por tanto, la deducción lógica es que es una nueva evasión de Leonard, una invención, una imagen placentera e idílica producto de su imaginación… Algo que podría relacionarlo con otro título de Kubrick, “La naranja mecánica” (1971). Este tatuaje en el corazón es importante, pero lo es sobre todo por las ocasiones en las que aparece en blanco. Nunca vemos ese tatuaje salvo en la ensoñación de Leonard. Natalie le señalará la zona y le preguntará por ella, a lo que Leonard le responde que puede que lo esté reservando para cuando encuentre al asesino. En la foto que Teddy le hizo a Leonard el supuesto día en que vengó a su mujer, él está sonriente y señalándose el corazón, esa zona precisamente… esa zona donde en la imaginación de Leonard aparecerá la frase “Yo lo hice”… ambigua de nuevo.
Así no nos podemos fiar ni de la memoria ni de los
personajes, todo aparece manipulado, ellos manipulan, mienten, se manipulan a
sí mismos y se engañan…
Con este panorama nos enfrentamos a la resolución y al reto
de intentar discernir qué es verdad, qué tiene sentido, qué es coherente… y que
no.
Las dos opciones.
1ª Opción. La primera opción es la que se mantiene durante toda la película, es la que Leonard nos cuenta. Nunca hasta el final se planeta otra opción, aunque haya cosas que Nolan va incluyendo subrepticiamente, que pretenden indicar que quizá pasara otra cosa y que Leonard esté confundido, equivocado o auto engañado. Esta historia dice que dos personas entraron en la casa de Leonard, violaron y mataron a su mujer y golpearon por la espalda al propio Leonard, provocándole su problema de memoria, un problema físico producto del golpe. La policía no le creyó, no encontró indicios de que existiera ese segundo hombre. Esta teoría no plantea problemas de verosimilitud, pudo ocurrir tal cual se cuenta. Aquí la historia de Sammy Jankis (Stephen Tobolowsky) sería verídica y habría ocurrido mucho antes del incidente, algo que Leonard tendría que recordar perfectamente, aunque esto no evite que pueda tener capacidad para manipularla, como nuestro protagonista demuestra hacer con sus recuerdos y datos recopilados…
2ª Opción. Aquí es donde vienen los problemas… Teddy contará
a Leonard una historia que contradice completamente lo que el protagonista ha
estado diciendo y creyendo. Una historia que pone todo patas arriba,
sorprendente y de la que sólo tenemos la palabra de Teddy y algún flash fugaz
de ambigua interpretación.
“Te mientes a ti mismo para ser feliz, eso no tiene nada de
malo, todos lo hacemos, ¿a quién le importa si hay algunos detalles que
prefieres no recordar?”
Teddy explicará que la mujer de Leonard sobrevivió al ataque
de los violadores, que él buscó y encontró al segundo de ellos e insinúa que
fue él el que acabó matando a su esposa, que Sammy Jankis era un timador, que
no estaba casado y que la diabética era su mujer, que la historia
que cuenta la ha aprendido por repetición, que busca evadirse de la realidad y
engañarse para no enfrentarse a verdades que serían demasiado duras para él…
Teddy le explica que ya encontró al John G. que agredió a su mujer, hace más de
un año, que la foto que Teddy le hizo y entregó, recordemos que efectivamente
sólo la tenía Teddy, donde aparece Leonard señalándose el corazón, es del día en el que lo mató, pero que no se le quedó grabado… Que lo ayudó porque era el
policía encargado del caso. Recordemos que la imagen de dicha foto perturbaba a
Leonard, como si recordara de alguna forma ese día, le incomodara. Si
efectivamente cumplió su venganza el día de la foto, tiene sentido que le
perturbe. Evidentemente puede entenderse que la ansiedad proviene de creer que ha hecho algo malo de lo que no se acuerda. La ambigüedad de nuevo.
“Tú no quieres la verdad, te inventas tu propia verdad. Como
tu informe policial. Estaba completo cuando te lo entregué. ¿Quién ha quitado
las 12 páginas?”.
El tema del informe también nos lleva al autoengaño de
Leonard, ya que no sólo es que falten páginas, es que está repleto de
tachaduras que lógicamente haría él mismo.
Teddy no llega a decir que el John G. que encontró Leonard
matara a su esposa, tan solo dice “violó”, coherente por tanto en estas
pequeñas sutilezas con la historia que cuenta.
“Era tu mujer la que tenía diabetes”.
Esta segunda opción es la que más impacta y sorprende al
espectador, es más, es a la que llevan las pistas que va dejando Nolan cuando
aparece, especialmente como demiurgo… pero plantea un problema de coherencia
interna en el relato, un error de bulto.
Dedicada a Belén, para que no olvide pasarse por aquí mañana.
Pues...nosotros nos quedamos con la 2ª opción. Pensamos que el que mató a su mujer fue Leonard pero no lo recuerda, o no quiere recordarlo....está en su mundo. Gran crítica, como siempre!
ResponderEliminarPues sobre eso trataremos en la siguiente, especialmente de la que mencionas, que tiene un gran problema...
EliminarMuchas gracias, Merce.
Pues nada, mañana nos enteraremos del gran error.... De nada!
EliminarPerso soy comprensivo y bueno con la peli, a pesar de todo.
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