Podría hacerse un paralelismo entre esta película del gran
Anthony Mann y “El hombre que mató a Liberty Valance” (1962) en cuanto a la
intención de dimensión global del western se refiere, una obra maestra que
aunque no alcance a la obra eterna de Ford es digna de aquella. No en balde
Anthony Mann está en el Top 5 del western, y es el gran maestro del western
clásico junto a Ford y Hawks, que fueron referentes indispensables para él,
especialmente el primero.
Este es el cuarto western del dúo Anthony Mann y James
Stewart. Realizaron cinco, todos ellos magistrales, “Winchester 73” (1950),
“Horizontes lejanos” (1952), “Colorado Jim” (1953) y “El hombre de Laramie”
(1955) son los restantes de una serie sencillamente ejemplar.
Estamos en Seattle, en 1896. Jeff (James Stewart) es un hombre
independiente y solitario, aunque siempre se acompaña en sus negocios de su
amigo Ben (Walter Brennan), negocios que consisten en suministrar de ganado, de
carne vacuna, a los buscadores de oro en sus lugares de asentamiento, por
ejemplo en Alaska. Todo se complica cuando le buscan por el asesinato de dos
hombres que pretendían robarle.
Jeff es el elemento activo de la asociación, Ben el pasivo
y pagador.
Como en una gran mayoría de westerns de Mann, la película se
iniciará con un hombre que llega a alguna parte, así lo vimos en “Cazador de forajidos” (1957), “El hombre de Laramie”, “Colorado Jim”… y desde ahí se iniciará una
aventura y un viaje, “Horizontes lejanos”, “Colorado Jim”, “El hombre de Laramie”…
Un estiloso director.
“Tierras Lejanas” es puro Anthony Mann tanto a nivel
estilístico como conceptual, una cinta clásica de un autor mayúsculo, sublime.
-Una de las señas de identidad del director es su virtuoso
manejo de los cebos, de la intriga, tanto desde los guiones como desde la
puesta en escena. Mann habitualmente suelta un cebo al que dará eco
posteriormente, incluirá elementos intrigantes que irá resolviendo
paulatinamente hasta darles forma plena al final y así mantener el interés del
espectador, desconcertado e interesando desde ese mismo inicio con esos cebos y
planteamientos.
Aquí los elementos intrigantes los tenemos desde la primera
secuencia, con esos dos acompañantes de Jeff (James Stewart) que parecen
tenérsela jurada. Algo ha pasado en el viaje, durante su trabajo… Poco después
descubriremos que hay crímenes por medio, Jeff mató a dos de los miembros del
grupo que pretendían robarle…
-Lo mismo hace con la puesta en escena a nivel de encuadre,
con las panorámicas o planos que se abren redefiniendo la escena, por ejemplo.
Mann mostrará algo, pero a través del movimiento de cámara redefinirá su
sentido al incluir en el encuadre otros elementos.
Un magnífico ejemplo de cómo maneja Mann su puesta en escena
y el uso de cebos lo tenemos con la presentación de Ronda Castle (Ruth Roman).
Un plano aparentemente intrascendente de ella saliendo de su camarote, en
contrapicado, y luego parándose a mirar su entorno, sin más. Los protagonistas,
poco después, confundirán su camarote con el de esa mujer y pasarán de largo,
aunque Jeff lanzará alguna mirada hacia atrás, cómplice, pero sin subrayado
alguno, en plano general y travelling de retroceso. Cuando la acción se dispare
e intenten detener a Jeff será esa mujer la que lo protegerá, precisamente.
Pequeños detalles de maestro, cebos usados de manera magistral.
-Los personajes de Mann son característicos, lejos de ser
héroes perfectos están llenos de secretos y un pasado oculto que los perturba.
Un pasado que acaba saliendo a la luz y del que pretenden redimirse. En esta
película que nos ocupa, Mann trata ese aspecto de forma distinta, más que para
desarrollar psicológicamente al personaje tiene carácter funcional en la trama
y lo define, no es un pasado oculto del que redimirse, sino un pasado que
ejemplifica su carácter y que es minimizado a una anécdota, el asesinato de dos
hombres que pretendían robarle. Esto no perturba a James Stewart, ni pretende
redimirse de ello, pero le creará problemas y le define como una persona
íntegra, obstinada, de una pieza…
-Jeff será comparado con un lobo solitario, quizá el metafórico de Hermann Hess, algo que nuestro protagonista aceptará sin problemas. Es egoísta y profundamente individualista, hasta el desprecio por el prójimo. De nuevo Mann sacando el lado más oscuro de James Stewart. El mejor ejemplo de esto lo tenemos en la escena donde Jeff presume de obstinación tras el conflicto con Ronda y su grupo sobre el lugar por el que cruzar para llegar a su destino, unos por las montañas y él rodeando por el valle. Cuando una avalancha sepulte al grupo, dando razón a Jeff sobre el rodeo elegido, se expondrá su moralidad, dispuesto a ignorarles y seguir su camino despreocupándose de lo que pudiera haberles ocurrido. Si no es por sus amigos y acompañantes se hubiera marchado sin escrúpulo alguno.
Siempre veremos a Jeff en tierra de nadie, su independencia
le lleva a la indefinición, siempre como una especie de intermediario entre dos
mundos, yendo del grupo de Ronda al de sus amigos, sin
involucrarse en ninguno de forma clara y definitiva, apostando por su
individualidad como excusa cobarde para no ser él mismo. Por eso huye de su
promesa y plan de establecerse con su amigo Ben en Utah, en un rancho, una vez
vende el ganado y tiene el dinero para hacerlo, lo que le penará gravemente y
obligará a tomar partido por fin, asentarse, madurar.
Desde el mismo inicio le veremos enfrentado a alguien, sus
compañeros de viaje, desafiándolos explícitamente.
-“Tierras lejanas” es el western de dimensión más épica de
Mann junto a “Horizontes lejanos”, con la que tiene muchos puntos en común. En
las cintas de Mann, en los westerns especialmente, es común fijar un lugar como
concepto idílico, deseo último del protagonista donde cree encontrará la
felicidad. Un rancho en “Colorado Jim”, las fértiles tierras de Oregón en
“Horizontes lejanos” o Alaska en la que nos ocupa. En “Horizontes lejanos” y
“Tierras lejanas” hay muchas similitudes en el entorno que rodea al
protagonista, y en sus objetivos y anhelos, así como en la peripecia y estructura
de viaje épico.
Como en “Colorado Jim” un objeto será simbólico e
importante, un fetiche que de alguna forma descubre el corazoncito de nuestro
protagonista, tan arisco e independiente en todo momento. Es la campanilla que
tiene colocada en su silla de montar y que le acompaña a todos lados, regalo de
su amigo Ben. Esta campanilla será usada por Mann de forma magistral,
haciéndola sonar en off en numerosas ocasiones para avisar de la aparición del
protagonista, como una presencia cómplice con el espectador, que vinculará el
sonido con Jeff. Es el símbolo del sueño de los dos amigos. Todo esto quedando
definido antes del inicio de la travesía donde transportarán su ganado para
llevarlo a Alaska.
Ronda Castle (Ruth Roman) es un magnífico personaje
femenino, lleno de contrastes. Se nos descubrirá inicialmente como una mujer
coqueta, decidida y generosa pero, como he explicado, en Mann nada es lo que
parece y siempre hay más en el fondo, secretos que van saliendo a la luz. Ella
protegerá y esconderá a nuestro héroe en el barco de los que pretenden
detenerle.
Jeff es un personaje solitario, a lo Ford, pero habrá
camaradería a su alrededor y contando con él, como en Hawks, aunque parezca
ajeno. Cínico y tozudo. Reuniones, cafés, comidas, cuando lleguen a Alaska esto
se sublimará y el contraste, Ford contra Hawks, se agudizará. Rube (Jay
C. Flippen), un entrañable borrachín, también será un miembro fiel del grupo.
El próspero pueblo de Skyway, antesala para Alaska, será el escenario donde se nos presente a Gannon (John McIntire) como dueño y señor, el villano de la función, vestido de formalísimo negro, como corresponde a su condición de villano. La presentación de este sheriff, juez y parte, es excelente y un nuevo ejemplo del mencionado uso del encuadre que redefine la escena. Gannon de espaldas, subiendo una escalera para mostrar una horca con los condenados a punto de ser ajusticiados, y una grúa que sube para mostrarlo todo en plano general. Jeff y su ganado interrumpirán involuntariamente la ejecución, que estaba llena de pompa y solemnidad, en un magnífico ejemplo de la personalidad de nuestro protagonista, ajeno a ataduras, leyes y formalidades.
La mención a los nuevos bares que se han abierto y el
crecimiento del pueblo a la llegada de nuestros protagonistas, recalca de
forma sutil la prosperidad del lugar, que se nos explicará poco después.
Timadores y aprovechados, como los capitanes del barco que transportó el
ganado, y un estado totalitario para el enriquecimiento personal de Gannon y su
aliada, Ronda, como se irá desvelando poco a poco. Bien es cierto que eso provoca
un crecimiento en el pueblo, pero donde todo acaba beneficiando el bolsillo del
villano.
Jeff (James Stewart) no sale de una cuando se mete en otra. Detenido por interrumpir la ejecución, más la acusación de asesinato que
también es desvelada a Gannon, terminará en la cárcel, donde conoceremos a
otros personajes importantes en la historia, como el estudioso doctor Vallon
(Eugene Borden) y, especialmente, su hija, Renee Vallon (Corinne Calvet). Los
planos en la cárcel tendrán a las rejas como protagonistas especiales, que
veremos frente a Jeff y el doctor desde fuera de la celda. También conoceremos
al pistolero Newbery, interpretado por un clásico del western, Jack Elam.
Daremos un paseo por los lugares más significativos del
pueblo, como el bar-juzgado donde Gannon “Yo soy la justicia” absolverá del asesinato a Jeff, pero
confiscará su ganado. El lugar estará presidido por una balanza, símbolo de la
justicia, precisamente, donde Renee pesa el oro que va consiguiendo. Gannon es
listo y poderoso, un jugador de ventajas. El chiringuito que tiene montado en
Skyway, en la frontera, es tremendo. Todos los que emprendan viaje deberán
adquirir 8 kilos de comida, que están obligados a comprar… a él, por supuesto. Es el dueño
de la misma.
Me encantan tus repasos a los clásicos. El Sr. Mann (casado con Sara Montiel, cosa q siempre me ha hecho gracia) pone a Stewart en un papel q no es el habitual.
ResponderEliminarY además m chiflan los western.
Gracias Sambo.
Esperando las siguientes!!!
Bss
Me alegra que te gusten porque son las que más me satisfacen, supongo que por predilección personal jejeje.
EliminarBesos.