Sensacional thriller, absorbente, perturbador y trepidante, sobre el horror en un régimen totalitario, un espeluznante retrato de la
miseria, el terror, la depravación y la perversión del estalinismo.
El poderoso inicio de la novela, con ese desolador panorama
que retrata Tom Rob Smith, nos parece sugerir una especie de Dickens truculento,
francamente perturbador. Un retrato sin concesiones y sin esperanzas como
introducción, marcando el tono.
Tom Rob Smith apuesta por un relato duro, escalofriante, sin
concesiones, despiadado, aterrador, sin edulcorar nada. Auténtico y sincero. Un
retrato de la miseria, de la podredumbre, de las limitaciones, de la castración
individual… Un estilo y calidad de vida lamentables ante las que sólo el
individuo puede oponerse, hasta el punto de preferir vivir cómodamente en un
hospital por la atención que se recibe que tener que formar parte de ese
desalmado e inhumado engranaje.
Leo Demidov es nuestro protagonista, un oficial de la MGB
que fue héroe de guerra, algo de lo que se siente orgullo. Es uno de los
mejores agentes y defensor a ultranza del sistema. Sin casi darse cuenta irá
comprobando cómo ese sistema que defendía tan abnegadamente se va volviendo en
su contra, con lo que tendrá que transformar sus ideales y replantearse sus
valores, especialmente cuando siga la investigación de un asesino de niños en
serie que el sistema pretende ocultar y él está decidido a resolver y
desentrañar.
Tom Rob Smith, licenciado en literatura, ha escrito 4
novelas de las que “El niño 44” es su opera prima. Además ha participado en
múltiples guiones para televisión. En este soberbio thriller nos presenta una
escalofriante descripción del sistema del horror, el miedo y la muerte
instaurado por los comunistas en Rusia, la ideología más asesina, letal,
despiadada y horrorosa que ha habido, con sus muertes indiscriminadas, sus
fríos asesinatos, sus prisiones torturadoras, depravadas, sus celdas de imposible truculencia, sus muertes indirectas o inducidas… El
miedo justificado en una sociedad sometida por un “bien superior”, el de los
mandamases del “Estado” y el mensaje populista, el del estado negador del
individuo.
Lo que vemos reflejado por Tom Rob Smith es el Gran Hermano, amigos, el real, el que Orwell plateaba como una posible amenaza.
Un sistema donde los sospechosos son culpables, inventados sospechosos, por tanto culpables, ad hoc. Inocentes condenados por
conveniencia, por capricho, por imagen, por apariencia… Decisiones judiciales
precocinadas en un autoengaño del propio estado, que pretende una legalidad y
justicia que no tiene… Un estado que vive a gusto en el autoengaño y en la
mentira hacia el exterior, un estado psicopático, perverso y criminal que se
vende a sí mismo como un estado sin psicópatas, delitos ni crímenes. La
negación de la naturaleza humana como fundamento último.
Nadie está a salvo, todos son posibles sospechosos, y por
tanto culpables, como si de un pecado original demoniaco se tratara. Es el retrato
de un mecanismo asesino implacable e insaciable para un supuesto beneficio del estado,
del partido y de una falacia de idea. Un estado totalitario, absorbiendo
derechos a cambio de una falsa seguridad, la definición de dictadura, donde lo
único que cuenta es el estado, un ente abstracto que se engulle a sí mismo de
la misma forma que se retro alimenta con la masacre. El control absoluto.
La homofobia, el antisemitismo (escalofriantes las purgas de
homosexuales y judíos), el asesinato indiscriminado por conveniencia de mandos,
ya sea por intereses personales o grupales… en una investigación que va dejando
al descubierto todas las contradicciones de un sistema terrorífico y policial.
Una novela repleta de crueldad en todas sus vertientes: psicológicas, con esas
presiones y amenazas, ese miedo eterno; las físicas, con esas bestiales
torturas, el aceite de alcanfor, los
asesinatos, las muertes lentas, los gulags, las demenciales cárceles, las muertes a
millares… millones…
El desarrollo del personaje principal y sus relaciones,
tanto con sus padres y su mujer como con sus principios, que creía ideales, es
magnífico. Dramáticamente todos estos aspectos son excelentes, la perfecta
descripción de un idealismo resquebrajado, el de Leo, el protagonista, participante
fiel y eficaz del sistema convertido en individuo que se rebela y está
dispuesto a todo por conservar sus principios renovados y la verdad.
En este sentido, la relación de Leo con Raisa, su mujer, es
extraordinaria y uno de los mejores aspectos de la novela, sobre todo su
planteamiento inicial y desarrollo, alejados del tópico. Magnífica relación. El
desprecio absoluto por la verdad en pos de una apariencia de eficiencia y
justificación de ese ansia insaciable de control absoluto,con la mentira y el
miedo como columna vertebral social, queda maravillosamente ejemplificado en el
matrimonio protagonista.
Los principios individuales, la lucha y defensa del
individuo y la individualidad como una motivación y una respuesta al miedo
provocado por un sistema perverso y pervertido establecido, quedarán personificados por Leo y algunos otros de los personajes que saldrán
ocasionalmente durante la novela, y que correrán distinta suerte en esa lucha y
ese propósito.
La estructura general e interna de la novela rezuma
inteligencia. Disfrutaremos de un brillante juego de ecos, así como de
magníficos y muy conseguidos giros narrativos que mantienen la atención del
lector. Un juego de espejos antagónicos. Una narración absorbente, apasionante,
dura y terrorífica.
La fuerza del pasado, en especial del pasado familiar, será
un factor fundamental en los protagonistas, sus comportamientos, decisiones y
motivaciones. Tom Rob Smith también retrata de manera espeluznante lo difícil que es matar a alguien, algo que me recordó a Hitchcock y escenas
como la de Paul Newman en “Cortina rasgada” peleando con un villano hasta
acabar dificultosmente con él, famosa por ese aspecto que menciono, lo complicado que resulta matar.
“El niño 44” es una obra francamente bien documentada,
visceral, apasionada y apasionante, durísima y con una base completamente real.
Si te gusta el thriller y las emociones fuertes, apuesta por esta obra que no
te dejará indiferente y desenmascara cosas que muchos aún hoy día pretenden
justificar.
Hoy, precisamente, se estrena la adaptación cinematográfica dirigida por Daniel Espinosa y protagonizada por Tom Hardy, Noomi Rapace y Gary Oldman. También podéis ver "Cuidadano X" (Chris Gerolmo, 1995), interpretada por Stephen Rea, Donald Sutherland y Max von Sydow, uno de los mejores telefilms que he visto, también basado en la historia real del asesino en serie Chikatilo.
Pues parece una apuesta estupenda para este verano…a ver si doy con ella!! :-)
ResponderEliminarGracias sensei!!
Bss
Ya me contarás si apuestas por ella!
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