jueves, 26 de septiembre de 2013

Crítica: MONSTRUOS UNIVERSITY (2013) -Parte 1/2-

DAN SCANLON











Mucho se habla del descenso de la calidad de las últimas películas Pixar, de cierta crisis creativa por los últimos trabajo de la productora que parece ha encadenado varios títulos alejados del nivel de sus grandes obras maestras. “Cars 2” (John Lasseter, Brad Lewis, 2011), “Brave” (Mark Andrews, Brenda Chapman, Steve Purcell, 2012), que a pesar de ser oscarizada no están entre los títulos más destacados de Pixar, y ahora esta “Monstruos University”, precuela de una de sus indiscutibles joyas “Monstruos S. A.” (Pete Docter, Lee Unkrich, David Silverman, 2001) parecen confirmar esta tendencia.



A esto se añade la proliferación de secuelas o precuelas de sus grandes títulos, que alimentan esa sensación de falta de creatividad, aunque en algunos casos llegasen a alcanzar lo sublime como “Toy Story 3” (Lee Unkrich, 2010), una de las mejores cintas de animación de la historia del cine. A las ya conocidas se va a añadir “Buscando a Doris” como secuela de la imprescindible “Buscando a Nemo” (Andrew Stanton, Lee Unkrich, 2003).

El hecho es que no ha habido ni una sola cinta Pixar mediocre o mala, las ha habido más flojas, menos trascendentes o inspiradas, pero todas, como mínimo, simpáticas, divertidas y muy entretenidas, películas que hacen pasar un indiscutible buen rato. Esto, que para cualquier título sería suficiente y un elogio, para Pixar no es bastante, en parte por lo mal acostumbrado que tienen al público, que parece esperar una obra maestra cada año, como si no costara hacerlas o fuera algo sencillo. 



Pixar seguirá regalando obras maestras, con mayor o menor regularidad, como irá regalando otras más discretas, lógicos altibajos de cualquier estudio o cualquier creador, pero no me cabe duda de que con los actuales responsables la calidad general será excelente.


Monstruos University” no es una excepción, una estupenda cinta de animación que está indudablemente por debajo de los grandes títulos que nos ha dejado Pixar, pero que se disfruta sin complejos enormemente. Esta cinta dirigida por Dan Scanlon sigue un poco la senda de títulos como “Toy Story 2” (John Lasseter, Ash Brannon, Lee Unkrich, 1999),  o “Cars 2”, secuelas que buscan el puro entretenimiento sin más pretensiones, la diversión y la aventura, con menos inspiración y ambición que las obras maestras que todos conocemos, pero que en cualquier caso resultan satisfactorias.

Precuela de “Monstruos S. A.” la historia relata la juventud de los monstruos más conocidos del último cine de animación y sus estudios en la universidad, que se enlazaría con la película de 2001.

La cinta se inicia marcando las pautas con un simpático gag, el de la paloma, lo aparentemente normal se rompe al verla con dos cabezas, cuernitos y lengua de sapo. Rompiendo con las apariencias, alterando la normalidad.


A partir de aquí se nos presenta a uno de los protagonistas, Mike Wazowski, un monstruo poco terrorífico, solitario y marginado por sus compañeros de colegio, pero con un espíritu indómito, alegre, positivo y confiado. Una confianza en sí mismo que le guiará toda su vida y le llevará a no aceptar los límites y las barreras que se le pongan, o le ponga, por delante. Así lo demuestra saltándose la línea de seguridad que debe respetar la excursión escolar cuando van a “La Planta de Sustos”. Bien es cierto que las barreras las superará a base de esfuerzo y sacrificio, tenacidad, aunque algunas veces lo haga infringiendo las normas, como en esta ocasión. Wazowski es un soñador y un idealista, además de lo mencionado.



Wazowsiki parece necesitado de atención continua, de aceptación, con un ego que le hará triunfar.
Su fascinación por el mundo de los sustos creará en Mike una vocación instantánea. Su intrépido espíritu le hará cometer una travesura y vivir una gran y peligrosa experiencia en el mundo real, que a pesar de los reproches despertará la comprensión de uno de los monstruos profesionales que le dará su gorra universitaria como recuerdo, fetiche que llevará y guiará a nuestro protagonista.
Su cara al salir del armario es un detalle magistral que recalca todo lo comentado.

Asustamos porque nos importa”.

El mundo de los monstruos va desvelando sus claves, los asustadores, la energía del grito, competencias universitarias entre la Monstruos University y la Politécnica del Miedo, las puertas que dan paso a nuestro mundo, como si fuera “Alicia en el País de las maravillas”…

Los títulos de crédito acelerarán el crecimiento del personaje, situándolo en la edad universitaria para comenzar el resto de la narración. Su estado marginal parece no haber variado, pero en la universidad todo irá cambiando.


El mundo universitario, compañeros, guías, constructores de puertas al mundo real, el comedor, la Facultad de Sustos, los clubs, las hermandades, su habitación, su compañero Randy Boggs
Como toda cinta Pixar habrá momentos para el humor, el gag del caracol es simpático, rubricándose en la última escena.




James P. Sullivan. El otro protagonista es lo opuesto a Wazowski. Su relación es la típica entre amigos de caracteres contrarios que se pasan la mayor parte del tiempo discutiendo, pero que se aprecian sinceramente y acaban comprendiéndose mutuamente. En este conflicto de personalidades se vertebra su relación y uno de los pilares de la película. Sullivan es egocéntrico, vago, creído, conocedor de sus cualidades, acomodado y confiado en el prestigio de su familia para conseguirlo todo con la ley del mínimo esfuerzo. Lo contrario a Wazowski, vamos. Uno es un asustador que pretende hacerse, un teórico, un técnico, el otro lo es de nacimiento, condiciones innatas. Su unión les hará comprender que todo es necesario, naturaleza y sacrificio. El encuentro entre ambos personajes es un tanto forzado, Sullivan robando la mascota de la Politécnica, que entrará en la habitación de Mike, precisamente… Sullivan sólo querrá aparentar, el prestigio de su familia le abre las puertas de las principales hermandades, un prestigio que luego deberá mantener, pero para ello hace falta trabajo, algo de lo que no es muy amigo. Habrá una buena broma cuando Sullivan use un libro para nivelar una mesa de ping-pong que cojeaba, en vez de para estudiar y rivalizar con Wazowski en el plano teórico, como parecía.




Mike Wazowski es  trabajador, responsable y tenaz, pero no tiene habilidad natural para el susto. Sullivan es un golfete que quiere divertirse porque piensa que con su don natural lo tiene todo hecho.
En clases se nos presentará a otro de los personajes importantes de la historia, una siniestra profesora de gran reputación porque logró el grito más sonoro de toda la historia. La decana Hardscrabble. No faltará el Gaudeamus Igitur en la banda sonora.



El enfrentamiento entre los dos protagonistas, su rivalidad, los méritos académicos de Wazowski y la habilidad innata de Sullivan, será el tema central de esta primera parte del film. Envidias y egos que desembocarán en el accidente con el “conserva gritos” donde está el de Hardscrabble y que desencadenará la evolución de la relación y los personajes. En un principio Sullivan impondrá sus habilidades, pero el esfuerzo de Wazowski marcará diferencias en el plano teórico. Se hará valer gracias al estudio, incluso tornará los halagos de los profesores, que antes eran para Sullivan. La colaboración va aproximándose. Algo que llegará tras los exámenes y su expulsión por el mencionado accidente.



Hay magníficos detalles, cómo esos monstruos estresados y tomando cafés en época de exámenes.

La apariencia es importante en la película, la de Wazowski no da miedo, aunque él se engañe a sí mismo con ese exceso de autoconfianza. Esto es divertido, porque aquí se valora la mala apariencia, la fealdad. Se busca ser lo más feo y terrorífico posible. Wazowski es casi encantador, aunque todos los muñecos Pixar lo sean un poco, y esto limitará y mermará la confianza de nuestro protagonista y definirá la opinión del resto, que tendrá la antítesis en Sullivan, de aspecto feroz y eficiente, un talento innato para los sustos. Wazowski tendrá que romper esa imagen preconcebida para darse a valer. Recordemos a este respecto el primer plano de la cinta con las palomas monstruosas, que pretendía, precisamente, esto que menciono, romper con la normalidad y las apariencias.



Hay un momento realmente magistral en la película. Un plano de Mike Wazowski mirando su reflejo en la copa de Los Sustijuegos, en la fiesta de las hermandades, donde se ve distorsionado, con su aspecto distorsionado, más terrorífico y feo de lo que es en realidad, y hace un gesto para dar miedo… Este plano define al personaje, un plano clave, ya que Wazowski ve distorsionada su propia verdad, su propia imagen, él se ve como en el reflejo, pero el resto no le ve así, esa divergencia marca una de sus principales limitaciones. No es que Mike se engañe, simplemente sobrevalora una cualidad que no tiene, que deberá matizar y corregir, asumir, para lograr su objetivo. Ahí direcciona mal su egocentrismo. En la parte final veremos el contraste, otro reflejo, en esta ocasión en el agua, que le devuelve a Wazowski su imagen real, él no lo aguantará y dará un manotazo, no la acepta. Cede a la frustración y la decepción. En muchas otras ocasiones veremos a nuestro protagonista reflejado en espejos, que mantienen el engaño en el que está sumido.


La colaboración entre Sullivan y Mike es obligada y necesaria para que cada uno supla las carencias del otro. De hecho la expulsión es una consecuencia de la rivalidad y enfrentamiento que provocan las habilidades que tienen cada uno y que les faltan al otro. Habilidades innatas y capacidad de sacrificio y esfuerzo, además de otros talentos, respectivamente.



“Meritocracia”, esfuerzo, talento natural, legado familiar… son temas importantes en la película y en la descripción y relación de los personajes. Los dos buscan ser aceptados, la aceptación, Wazowski de forma generalizada y a través de su esfuerzo, sacrificio y saber hacer como “Asustador”, y Sullivan en su hermandad. Finalmente buscarán ser aceptados cada uno por su amigo.

Reciclados al programa de construcción de “Conserva Gritos” tras la expulsión, ironías de la película, el ambicioso y decidido Mike encontrará una salida en Los Sustijuegos. Un juego entre hermandades para demostrar sus habilidades como Asustadores. Para ello debe pertenecer a una hermandad. Así se inicia la anunciada colaboración entre los dos protagonistas y se nos presenta a unos nuevos personajes, francamente divertidos en muchos casos, los de la hermandad que los acepta.



Esta forma de colaboración puede resultar algo forzada, pero en las cintas de animación esta forma de hacer las cosas, casi ilógicas y forzando las situaciones al máximo, son comunes. Wazowski y Sullivan entrarán a pertenecer a la misma hermandad, ya que el talentoso monstruo fue rechazado en la hermandad de los “exitosos” por su expulsión. Randy Boggs será el sustituto de Sullivan en ella.







Art, Squishy, Don Carlton y Terri y Terry Perry, son los miembros de la OK (Oozma Kappa). Puros, inocentes, infantiles, entrañables... lo opuesto a un asustador... en principio. Parecen más peluches que monstruos, pero las apariencias engañan y con esfuerzo… Lo cotidiano interrumpirá la ceremonia de iniciación en esa sui generis hermandad, con la madre de Squishy entrando a poner la lavadora, una madre muy simpática. La relación Sullivan-Wazowski sigue evolucionando, ya que compartirán habitación, primero con una rivalidad enfermiza dentro del grupo y luego con la irremediable colaboración. Una evolución básica, maduración. En este sentido veremos cómo las primeras pruebas del juego son superadas por nuestro equipo por pura suerte, sin ningún mérito, lastrados por la rivalidad de los dos protagonistas, pero a partir de ahí la cosa cambiará, con la colaboración.

Es simpática la broma acerca del milagro que posibilita que nuestros amigos sigan en la competición tras la primera prueba.

Mamá, ¿podemos quedarnos hasta tarde?”

“¡Yo quiero tocarlos!”










 



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