viernes, 12 de febrero de 2016

Crítica DEL REVÉS (2015) -Parte 1/2-

PETE DOCTER, RONNIE DEL CARMEN











En la escena más emotiva de “Del Revés” asistimos a cómo se desvanecen instantes de una vida que pasaron a ser recuerdos y luego olvido eterno, a la nada. Son momentos desoladores. Lo son porque son inconscientes para nosotros habitualmente, pero pensar en ello desgarra. Son momentos felices, entrañables o simplemente cotidianos de nuestra vida, momentos que si rememoráramos o contempláramos nos harían bien, nos harían sonreír, nos harían felices o nos abrigarían en una placentera nostalgia, momentos desconocidos, indiferentes o ignorados por el resto de la humanidad, pero íntimos, sólo nuestros, momentos de todo tipo, en soledad o en compañía, que simplemente mueren.



Se escenifica de una forma magistral que la muerte es el olvido. Es la escena donde Bing Bong se desvanece, muere y se sacrifica, perdiéndose en el olvido.



En esta escena, la más conmovedora de la película y ante la que es complicado contener la lágrima, se entiende a través del personaje de “Alegría” que la felicidad no puede ni debe ser un estado permanente porque perdería su sentido, su sabor y su esencia, pasaría de ser algo especial a nuestro estado natural, normal, y, por tanto, desaparecería. Entiende que a la felicidad no se llega siempre desde la alegría, sino que a menudo es a través de la tristeza, de la nostalgia, del dolor (de la ira, la tristeza o el asco), porque esos sentimientos atraen a la gente que nos quiere. La recomposición de nuestras piezas, el consolar nuestra pena, el salir del bache, nos llevan a la felicidad, que debe ser un objetivo diario, momentos a saborear, momentos fugaces, temporales, que afiancen recuerdos, pero nunca una estancia eterna.





Alegría” se da cuenta de ello observando en el lugar donde mueren los recuerdos uno que torna feliz desde un momento triste gracias a la gente que nos quiere.

Así se confirma al final del film, donde hay una apelación al necesario desahogo, por lo que es obligado cambiar el punto de vista, el tono de los recuerdos, pasar de la alegría a la tristeza, dar a recuerdos alegres un poso de tristeza para variar esa perspectiva y que esos recuerdos se conviertan en añoranza, en nostalgia. Esos recuerdos alegres tornando tristes ante la idea de perderlos para siempre rompen a Riley, la hacen llorar… que es sentir.







Y es que de lo que habla “Del Revés” es del paso del tiempo y la madurez, sobre todo de la madurez. Donde los sentimientos y los recuerdos eran limpios, planos, básicos y puros, infantiles, se van manchando de matices y colores, haciéndose más complejos, como se escenifica en esas bolas que representan los recuerdos, esenciales o no. Al final de la película, esos recuerdos en forma de esfera están manchados de múltiples colores, algunos predominantes, pero todos matizados, al contrario de lo que ocurre al principio. La mejor manifestación gráfica de la madurez y la gestión y asunción de sentimientos. Por eso las “Islas de la Personalidad” crecen y se enriquecen, siempre afianzadas en la familia.





Lamentablemente, en esa escena tenemos uno de los pocos defectos dramáticos del film, ya que “Alegría” llora, pero llora de pena, algo completamente incongruente con su propia esencia, ya que es la personificación de un sentimiento, una abstracción, y dotarle de otras características simple y llanamente la desvirtúa, la hace carecer de sentido, la debería hacer desaparecer porque resulta un absurdo. Si incluyes matices en sentimientos puros dejan de serlo, es decir, si a la alegría le incluyes un matiz de tristeza o viceversa, pasará a ser otra cosa, ya sea nostalgia, añoranza… pero no alegría o tristeza. Los matices se incluyen en los recuerdos, una vez se mezclen esos sentimientos puros (de nuevo las bolas de colores). Es una licencia dramática que pretende hacer entender los matices de las emociones, pero que no resulta coherente. Esos matices quedan bien escenificados en las esferas de colores. Es complicado humanizar emociones abstractas, cuando no imposible.



La relación entre “Alegría” y “Tristeza”, supuestamente antagónicas, vertebrará la madurez de Riley. Por supuesto dejará momentos tronchantes, como cuando la optimista “Alegría” debe cargar arrastrando de una pierna a la apesadumbrada “Tristeza”, que incluso la ofrecerá (la pierna) para reemprender camino…

¿Es que tiene que ser todo tan interactivo?




Poco a poco se va mostrando la importancia y necesidad de los otros rasgos aparte de “Alegría”, sin los que ésta no lograría hacer nada. La precaución de “Miedo”, la iniciativa de “Ira” o la seducción de “Asco”, pero sobre todo con “Tristeza”.


Alegría” no logrará empatizar con Bing Bong para consolarle porque no entiende la tristeza, lógicamente. Será la propia “Tristeza” la que dé el consuelo y comprensión que necesita Bing Bong, el desahogo, el necesario momento de pesar para reponerse y así poder seguir. También será “Tristeza” la que dé la clave para despertar a Riley y la que la haga reaccionar al final del film.




Del revés” plantea una mitología de las emociones deslumbrante y realmente imaginativa, un perfecto retrato de lo que ocurre en nuestro interior, más concretamente en el interior de un niño preadolescente que se ve sometido a un brusco cambio.



Una película que nace con la chispa de la vida, con la “Alegría”. Unos ojos de bebé que se abren y esa alegría vital que comienza a despertar recuerdos y los distintos aspectos de la personalidad. ¿Es así en todos? ¿Todos recibimos a la vida con la “Alegría"?

Eres la viva imagen de la alegría”.

La estética de “Del revés” es muy llamativa y colorida, muy sesentera y Pop.



Mitología de los sentimientos, las emociones y los rasgos de carácter.

Toda la mitología de la película, rica en detalles y elementos, parte de los cinco personajes principales de “La Central”, que corresponden a cinco emociones vertebradoras. Alegría. Tristeza. Miedo. Asco. Ira.


Ya hablé de “Alegría”, que es el rasgo primigenio, principal y predominante, será el único que aparezca representado con un resplandor, además de ser más alta que el resto (tiene chungo esconderse cuando lo necesita). Esto del resplandor no se da ni siquiera en los interiores del resto de personas que vemos. Es la líder en la cabeza y el corazón de Riley, y debe controlar y coordinar al resto, que van por otro lado, dándose a entender que es la única puramente positiva, sola en su labor de cohesión.


Ella impondrá pensamientos positivos e imaginativos como evasión en momentos de zozobra (esos sueños ante la perspectiva de una nueva casa hecha con galleta o con un dragón, el diseño mental de su futura habitación...); procurará reponerla de sus decepciones (haciéndola jugar al hockey ante la oscura perspectiva de la nueva casa y el retraso del camión de la mudanza o proponiendo salir a por pizza cuando el padre tenga que irse…).



Hay algo de manipulador en “Alegría”, lo observamos en su trato a “Tristeza” y en que recurre a frases y trucos que usan los padres con Riley (“todo saldrá bien”, las payasadas”…), así lo vemos en sus intentos por consolar a Bing Bong sin éxito alguno por su falta de autenticidad. La alegría impostada tiene algo de evasión de la realidad y es un detalle magistral.


Se produce una identificadora protección entre “Alegría” y Riley. Si bien es cierto que “Alegría” es parte de Riley acaba dando la sensación de que la aglutina en su totalidad, como vemos en la bella escena del sueño en el que la vela patinando. “Alegría” la siente, pero ¿es amor a sí misma o a lo que rodea su vida, a sus recuerdos y todo lo que la ha forjado? Es el carácter positivo y optimista de una infancia feliz.

Ya comenté que con ella tenemos una escena donde se la desvirtúa en cierta medida en una licencia dramática para hacernos entender los matices de las emociones, pero con el resto el rigor será extremo, se marcará a la perfección cada rasgo de personalidad, incluso se verbalizará el problema de querer hacer la labor de otro porque su esencia no es esa, por ejemplo cuando “Alegría” se ausente de "La Central" y “Miedo”, “Asco” e “Ira” intenten suplirla. Ellos se adaptan a “Alegría” y asumen su liderazgo, pero no podrán sustituirla o imitarla cuando no esté porque son rasgos distintos, lógicamente.

Los prontos e irrupciones violentas de “Ira”, que siempre la toma con “Miedo”, como es lógico, y los continuos consejos precavidos de este último son plenamente coherentes con sus personalidades.


Bien, hoy no nos hemos muerto. Es lo que yo llamo un éxito total”. Miedo.



Ni siquiera “Tristeza” verá vulnerada su naturaleza, lo más que la vemos es satisfecha con su labor o con un reconocimiento externo. Su carácter tiene el mismo objetivo que el resto, la felicidad de Riley.

Llorar me ayuda a dejar de obsesionarme con el peso de los problemas”.

Se nos presentarán a estos pequeños personajes que representan el interior de Riley, la niña que los contiene, a través de los simples, sencillos, básicos y, a menudo, gratuitos comportamientos infantiles, y ellos irán creciendo junto a la niña, comprendiendo junto a ella, madurando a su par. ¿Cómo no recordar "Érase una vez... El cuerpo humano"?

Las esferas de colores, sobre las que hablé anteriormente, simbolizan los recuerdos, de los cuales los "recuerdos esenciales", de una categoría superior, activan los indispensables aspectos de la personalidad de la cría, llamadas “Islas de la Personalidad”. En un principio veremos crearse 5 Islas: Isla del Hockey; Isla Payasada; Isla de la Amistad; Isla de la sinceridad; Isla de la Familia.




La “Isla de la Familia” será la más grande y poderosa de todas. La de la “Sinceridad”, al menos a simple vista, será la más pequeña (lógico, una niña no suele tener maldad). Las estampas de la vida de la niña, un bebé, para explicar las islas, son muy simpáticas, sobre todo la de la “Sinceridad” con ese martillo delator.

Del mismo modo, veremos a Riley desarrollar su lado artístico, pintando en una pared una criatura mitad gato mitad elefante (también descubriremos que parte delfín), que reconoceremos posteriormente como Bing Bong, ese amigo imaginario que nos dejará la escena más conmovedora de la película relatada al inicio.



Hay que diferenciar los aspectos sensitivos de los emocionales, que son distintos y a menudo los unos nacen de los otros.

Desde "La Central" se dedicarán a clasificar recuerdos, que van forjando a su vez las islas, o haciéndolas brotar. Asistimos a un proceso de crecimiento y madurez moderado en una niña de 11 años ante un momento traumático, una mudanza. La abandonaremos cuando tenga 12.


Hay algo poco convincente en las reglas de esta mitología interna, que resulta algo arbitrario para justificar los sucesos posteriores y crear el conflicto de la aventura que viviremos. A veces los recuerdos (esenciales o no) cambian si se tocan, especialmente si es para algo negativo, así se verbaliza y lo vemos con “Tristeza”. Se dice explícitamente que no se pueden tocar porque los cambiarían con el influjo de su carácter. Lo que ocurre es que en otras ocasiones no sucede ni se revierte, sin que se explique por qué. “Alegría” tocará un “recuerdo esencial” triste y no cambiará, por ejemplo.





Esto tendría una explicación con el hecho del propio crecimiento y madurez, en ese momento duro que vive Riley, el conflicto y la dificultad para entender y conocer lo que bulle en nuestro interior, nuestros propios sentimientos, aspectos que se agudizan en la adolescencia. De ahí que se produzcan cambios repentinos o que lo externo dé preeminencia a ciertos sentimientos sobre otros, por ejemplo a “Tristeza”. Esto tiene argumentos a favor, por ejemplo esa inconsciencia incontenible que lleva a “Tristeza” a tocar recuerdos, sabedora de lo que puede ocurrir tras la primera experiencia. Sentimientos y sensaciones descontrolados acorde con la edad.



Memoria a largo plazo”; “Los olvidadizos”, que se encargan de eliminar recuerdos innecesarios; “Razonamiento deductivo”; “Deja vu”; “Proceso lingüístico”; “Pensamiento crítico”…

Números de teléfono. ¿Para qué los necesita? Están en su móvil”.




Pensamiento abstracto” y sus cuatro fases: Fragmentación no objetiva, Deconstrucción, Bidimensionales y No figurativa. Una habitación que deja una estupenda broma metalingüística sobre animación.


¡Me falta profundidad!”.

Imaginalandia”: Aquí veremos “Villa nube”, la lava que imaginaba Riley de niña y que evitaba saltando por los sillones (cebo y eco), “El salón de la fama de los peluches”, “El castillo de naipes”...




Las bromas sobre las canciones pegadizas… ¡Una cantidad ingente de hallazgos de guión!


El “lugar de los sueños” será como una especie de sucursal de Hollywood, con sus estrellas (Unicornio Arcoíris) y producciones cinematográficas. Allí tendremos una de las mejores representaciones de la ficción de los sueños y su sentido en el punto de vista, cuando verbalicen explícitamente que “Riley es la cámara” y se use, precisamente, el plano subjetivo para representarla, como es lógico. Ese error en el punto de vista, que sirve para hacer trampas en muchas ocasiones, es habitual en muchísimas películas. Aquí en cambio la resolución es perfecta.




Cerca nos adentraremos en el “Subconsciente” de Riley, que “es donde están los peores miedos de Riley” y “donde llevan a los que dan problemas”. El brócoli, las escaleras al sótano, la aspiradora de la abuela y un payaso cumpleañero, por ejemplo.






4 comentarios:

  1. Cielos!!! Q maravilla d análisis!!!
    Profundo y a la vez presentado con sutileza, con levedad en su forma, q hace q se ponga en marcha esa maquinita de pensar en todos esos temas q tengo entre la cabeza y el corazón.
    Me ha encantado. No he podido verla, aunq cuando vi el trailer te "pedí" q me llevaras, porque me di cuenta q me gustaría. Me "llevas" ahora, con este primer post, con esa delicadeza tuya al hablar de las cosas más importantes.
    Gracias, supone un momento feliz. Isla de la amistad. Alegría brilla.
    Espero el siguiente, con ganas.
    Un besazo, Sambo.

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    1. Muchas gracias, Reina. Debo reconocer que al repasarla me ha gustado mucho como ha quedado jajaja.

      Besos

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  2. Superlativo, Sambo. Tu capacidad de análisis y de síntesis me deja asombrado. A veces, al leerte te imagino viendo la peli y se me viene a la mente la impresión de que, más que un humano limitándose a ver la pelicula, eres un superordenador desglosando cada fotograma desde todos los ángulos posibles, calculando asociaciones de ideas e intenciones del director y acudiendo a tus bancos de memoria para completar los datos con otras peliculas que hayan hecho algo similar (dicho sea con todo el respeto que me mereces por tu ingente labor en este blog).

    A veces, tu erudición me recuerda a un gran crítico de cine (aunque se le iba la olla más de la cuenta): el gran Carlos Pumares (espero que no te ofenda la comparación, pero es que recuerdo los grandes momentos que pasaba oyéndolo en su programa nocturno "Polvo de Estrellas", gracias al que aprendí mucho acerca del cine).

    salu2

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    1. Jajaja y quién le ha dicho a usted que no soy un robot?? No me ofendo por nada, puede usted opinar, criticar, valorar, reflexionar, que mientras no se insulte ni falte al respeto no hay problema. Si encima le gustan los contenidos quedo enormemente satisfecho y orgulloso :)

      Muchas gracias por el comentario, Antonio.

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