Personajes planos.
Los personajes de “Spotlight” son casi robóticos, neutros, no
hay apenas diferencias entre ellos y sus personalidades, apenas esbozadas y
marcadas más por el carisma de cada personaje y el tono que pretende el actor
que por situaciones de guión, que los limita a su trabajo de investigación, con
lo cual es difícil desarrollarlos, evidentemente. Lo único que importa es la historia, el escándalo y su investigación. Una apuesta válida, pero que
lo limita todo bastante. Además, los amagos que se hacen para desarrollar
ciertos conflictos en alguno de los personajes acaban resultando casi
contradictorios, ya que si se pretendía la distancia y el carácter férreo de
los periodistas, distanciados de los hechos, esas escenas que nunca llegan a
ningún sitio donde se intuye o pretende resaltar vagamente cómo les afecta el
caso, dejan insatisfechos, quedando todo a medias, como un desarrollo
dubitativo o vago, sin saber hacia dónde tirar.
Liev Schreiber interpreta a Marty Baron, el nuevo editor del
Globe, un personaje que es la pura tranquilidad y parsimonia, la seguridad. Extremadamente
educado y con una peculiar forma de convencer. Cambiará hábitos con educación. Él
plantea una reestructuración en el periódico, que podría incluir un recorte de
personal, un medio que funciona bien pero que quizá está acomodado y necesita un impulso, que Baron vendrá a dar. Será él el que focalice los esfuerzos de
“Spotlight” en el tema del cura abusador, que había sido tratado con
indiferencia por el periódico. Un periodista de gran prestigio que estuvo en el
“Times”. Jim Sullivan insinuará una posible homosexualidad de Baron, por ser
judío, no gustarle el béisbol y mantenerse soltero… Es el personaje mejor
tratado visualmente.
Mark Ruffalo interpreta a Mike Rezendes, el escritor, y nos
deja la encarnación más destacada. Es el más apasionado, visceral y decidido,
el más entusiasta con el proyecto y en el que se centrará más el director para
mostrar cómo afecta el caso desde un punto de vista personal a los periodistas…
aunque vagamente. El personaje que aparece más humano. Su gesto con la boca, que
mantiene durante todo el metraje, es su sello de identidad, perfecta imitación de su referente.
Michael Keaton interpreta a Walter “Robby” Robinson, el
líder del grupo “Spotlight". Un hombre equilibrado e inteligente, que mezcla
bien su vehemencia con su frialdad, pero su cualidad más destacada es que
tiene visión global y de conjunto, justo lo que le falta a Rezendes. Será él el
que pare la publicación con las informaciones sobre sacerdotes pederastas que
se conocen, para cumplir la idea dada por Baron, incluso ante el desconcierto
de éste, para así alcanzar a todo el sistema. Desde la cúpula hacia abajo. La
política de la iglesia de proteger y camuflar los delitos de pederastia
cometidos por sus sacerdotes. Keaton nos deja un buen número de sus habituales
tics espasmódicos, marca de la casa.
“Vamos tras el sistema”.
La relación entre el periodismo y la figura detectivesca ha
sido muy bien aprovechada por el cine, son muchos los ejemplos, algunos de los
más destacados podéis encontrarlos en la lista que incluí al inicio. Una de las
más brillantes, donde la confusión periodista/detective es casi plena, es “Yo
creo en ti” (1947) de Henry Hathaway, que es a su vez una de las grandes
películas del excepcional director.
En “Spotlight” la idea detectivesca también queda plasmada
en el retrato completo del trabajo periodístico. Tendremos entrevistas
concertadas, trabajo de documentación con recortes, sentencias, documentos
sellados (en juzgados y archivos), con recortes y documentación acumulada, el
trabajo de campo en la calle buscando testimonios… Un retrato exhaustivo y
preciso de la investigación que llevó a cabo el grupo “Spotlight” y del trabajo
periodístico en general, el de verdad, el que honra a la profesión.
Periodistas que deben ir derrumbando barreras y limando
asperezas, convenciendo, usando ideas o cosas que a los otros puedan
interesarles. Negociaciones, al fin y al cabo, ayuda por información, por
ejemplo. La determinación de todo el equipo sin importar las consecuencias será
clave en la satisfactoria resolución del caso. Rezendes, “Robby” y Baron se
muestran encantados y convencidos en todo momento.
-Entrevista con Eric Macleish (Billy Crudup), donde el
abogado expondrá las dificultades del caso para el demandante contra el Cardenal Law y el asunto sobre la pederastia. Los tiempos de prescripción que
juegan en contra, el dinero (20 mil dólares) como fianza por un Estatuto de
inmunidad que protege a la iglesia, el poder de la institución… Habrá otras
reuniones entre “Robby”, Sacha y Macleish, donde el abogado apelará a los
acuerdos de confidencialidad -con planos cada vez más cortos-, y mediaciones
privadas con la iglesia para llegar a acuerdos.
“Tenemos dos historias aquí. Una historia sobre el clero degenerado y otra historia sobre un montón de abogados que transforman el abuso de niños
en una industria”.
-“Robby” se entrevistará varias veces con su amigo abogado
Jim Sullivan (Jamey Sheridan), y su relación se irá deteriorando según avancen
las investigaciones del periodista y presione al ambiguo letrado. En una de
ellas llegará a cortar la comunicación. El final será traumático en casa de
Sullivan, pero finalmente redentor y satisfactorio en una gélida noche.
-El intrépido Rezendes se colará para hablar con el abogado
de las víctimas, Garabedian (Stanley Tucci). Tendrá varias entrevistas con él y
le dará importantes claves. Es una relación difícil, debido al peculiar
carácter del abogado. Desconfiado, como es lógico. Tiene 84 demandas. El nombre
de “Spotlight” y el prestigio de la publicación, harán bajar la guardia al
abogado.
Rezendes tendrá que lograr que Garabedian vaya bajando sus
defensas y reduciendo sus reticencias. Un trabajo paulatino donde debe ganarse
su confianza. Bien desarrollado. Es aquí donde están las grandes virtudes del
film, lo bien expuesto que está el desarrollo del caso y la investigación.
Los veremos de nuevo reunidos en un restaurante, también de
planos más generales a más cortos, y finalmente en un banco al aire libre,
donde el abogado dará unas importantes claves sobre unos documentos, con la
misma planificación cinematográfica.
En el banco, Garabedian hablará del testimonio de un
sacerdote que avisó del abusador Geoghan, en 1962, a sus superiores, así como
del poder de la iglesia para que los documentos no vean la luz.
“Siga haciendo su trabajo, señor Rezendes”.
-Juez: ¿Dónde está la responsabilidad editorial sobre
publicar documentos de esta naturaleza?
-Rezendes: Bueno, ¿dónde está la responsabilidad editorial
en no publicarlos?
-El presidente de SNAP, Phil Saviano, una asociación para
supervivientes de los abusos de sacerdotes, se reunirá con el grupo “Spotlight”
y se frustrará ante la indiferencia que mostró el periódico cuando ya denunció
aquello cinco años antes, mandándoles la información que ahora le requieren… Expondrá
el caso de un niño de 11 años violado. Su dolor y rabia se hacen patentes. Sabe
lo que ocurre, pero le faltan pruebas al luchar contra un gigante. Sabe que ese
mal se expande por el país, por el mundo. Necesita apoyo, ayuda. Dará la pista
sobre 13 curas abusadores. Saviano se volverá a reunir con Sacha cuando la investigación
se tenga que interrumpir a causa del 11-S, con la consiguiente frustración
generalizada.
“Cuando un sacerdote te hace esto, te despoja de tu fe”.
-Entrevista entre Baron y el Cardenal Law, donde el periodista negará la colaboración de la iglesia ofrecida por el religioso
apelando a la necesaria independencia que debe mantener un periódico. El
Cardenal, sibilino, le regalará un catecismo católico al periodista judío.
-“Robby” con Pete Conley (Paul Guilfoyle), en la que el
segundo hablará de los beneficios de la iglesia como argumento y lo perjudicial
que podría ser para "Robby" el caso en un futuro…
“Marty Baron sólo intenta dejar su huella. Estará aquí un
par de años y luego seguirá adelante, como hizo en Nueva York y en Miami. ¿A
dónde irás tú?”
Y no se escatima en crítica al periodismo por sus intereses
comerciales (el problema de que el 53% de los lectores del periódico sean
católicos) o falta de iniciativa o servicio público. Su pasividad, pasotismo. Sentimientos
de culpa. No serán pocas las veces que se haga hincapié en que la noticia
estaba revoloteando por allí, en que el
periódico fue informado y avisado con anterioridad sin que hicieran caso. Lo
hace el presiente de la asociación de víctimas, Saviano, lo hace Macleish y lo
sabe el abogado que interpreta Stanley Tucci, Mitchell Garabedian.
Sacerdotes que son encubiertos y traslados, rotando de un lado
a otro según surgen escándalos, excusándolos por falsas enfermedades (en vez de
los 7 años habituales pasan por cada sitio tan solo dos o tres)… todo con el
conocimiento del Cardenal Law… El escándalo.
Las excusas: “Permiso por enfermedad” o “Sin asignación”.
Buscar la lista de curas con esas anotaciones es el paso a seguir, que yo
hubiera dado mucho antes…
Habrá dudas, temores, miedos, la tentación de dejarlo, el peligro de
precipitarse… Un miedo que se manifiesta de dos formas, a la institución por
las represalias en el caso y a los hechos que encubre la propia iglesia, miedo
por los niños. Tres escenas marcan este último miedo: El plano donde Sacha mira
un parque infantil con una iglesia al fondo, donde algo que nunca debería dar miedo
adquiere un nuevo sentido. El pánico que le entra a Matt (Brian d’Arcy James)
al saber que hay un centro para reformar a sacerdotes cerca de su casa y sus hijos.
La tercera es otro plano, Sacha mirando la calle llena de niños y un autobús
infantil cerca de la casa del cura abusador que entrevista brevemente.
Un miedo que se extiende a los afectados y sus familias y
que queda muy bien explicado, unas veces por el puro desconcierto, otras por lo
que es la iglesia para ellos, por su significado. Quedan en una encrucijada
cruel y dolorosa.
“Spotlight” mide y define muy bien sus objetivos y su
denuncia, no pretende ser una apología anticlerical, sino exponer con claridad
cristalina los hechos. No hay complacencia con la iglesia ni un ataque
gratuito, todo está tratado con respeto ejemplar.
Tanto el personaje de Rezendes como el de Sacha, son los
únicos personajes que manifiestan sus dudas y conflictos internos a causa del
caso. A Sacha la veremos ir a misa junto a su creyente abuela, pero luego
manifestará que dejó de hacerlo porque no se veía capaz tras descubrir todo el
asunto. Ella advertirá de que el caso puede afectar en lo personal. Rezendes
dirá que se alejó de la iglesia porque la veía hipócrita, pero que en su fuero
interno creía que volvería a ella en algún momento. Lo expondrán ambos en una
conversación que mantendrán en la terraza de la casa de Sacha. Es lógico que
afecte personalmente, sobre todo cuando se tiene honestidad moral y ética.
“El conocimiento es una cosa, pero la fe… La fe es otra”.
Casi todos los periodistas se declaran católicos, aunque de
relajado catolicismo. La iglesia, por su parte, expondrá los beneficios,
indudables, que da a la sociedad como argumento para ser laxo o flexible con “sus
defectillos”, en un ejemplo mezquino y despreciable que atenta contra lo que debería ser su
guía absoluta, la moral, la integridad y la ética. El ejemplo.
Es duro ver a la abuela de Sacha leyendo el artículo investigado
por su nieta, un bofetón al amor y respeto que siente por esa institución que
encubría maldades injustificables. Cuando una jueza católica falle contra la
iglesia todo se irá aclarando y podrán dar el último paso para publicar todos
los datos.
Hay cierta reiteración narrativa en muchas ideas, un vaivén
que lastra también el ritmo dando vueltas sobre los mismos aspectos. Con todo, en
la parte final se logra cierta emoción, muy tibia, con la escena donde los
teléfonos de “Spotlight” suenan sin parar con llamadas de víctimas de abusos a los
que el artículo liberó de sus miedos y complejos, de sus ataduras, para contar
su testimonio.
“Spotlight” publicó 600 historias sobre abusos desde 2002,
con 249 sacerdotes acusados de abuso sexual en la archidiócesis de
Boston y más de 1000 víctimas. Todo ello provocó la renuncia del Cardenal Law,
que fue trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, un importante
puesto... Se han descubierto graves casos de abuso en 206 lugares tras el
escándalo destapado por “Spotlight”. Un hito periodístico.
“Spotlight" es densa, de interiores y diálogos, que si no
logra atraparte con su historia se puede hacer morosa, pero está bien narrada, muy
detallada, contando un hecho tan terrible como apasionante, puro periodismo en
celuloide sin subterfugios de suspense, algo que sí tenía y aprovechaba “Todos
los hombres del presidente” (Alan J. Pakula, 1976), por ejemplo, y sin apenas
drama, lo que termina lastrándola emocionalmente. Es casi un documental de
hechos escandalosos y escabrosos, una necesaria denuncia.
Muy bien expñicado. Me ha gustado mucho!!
ResponderEliminarGracias Sambo!!
Bss
Gracias, Reina. Ya me dirás si la ves.
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