Inicialmente denominados Cacumen (1972-1985, aunque el
primer disco como grupo sería en 1981) el vocalista Claus Lessmann y el guitarrista
Hans Ziller variaron la formación y cambiaron el nombre del grupo por Bonfire,
que no tardó en llamar la atención con su mezcla de fuerza y melodía en su
primer trabajo, “Don’t Touch The Light” (1986). El año siguiente fue el de la
consagración gracias al disco que nos ocupa, “Fireworks”, el más exitoso de su
carrera y el que situó al grupo como un indiscutible referente del Hard Rock
alemán, de hecho este álbum es un clásico absoluto de la época.
Este éxito radical no impediría que hubiera más cambios en
la banda, perdieron al batería de su primer álbum, Dominic Huelhorst, sustituido por Ken
Mary (House of Lords), y éste a su vez fue sustituido por Edgar Patrik. El guitarrista rítmico Horst Maier también
decide abandonar la banda y se contrata a Angel Schleifer (Pretty Maids) para
cubrir su puesto. El propio Hans Ziller, fundador de la banda, abandonó su
puesto durante la grabación de “Point Black”… una continua inestabilidad en el
momento de mayor ebullición del grupo.
Incluso el vocalista abandonó la banda durante un tiempo y
nombres de la categoría de Michael Bormann (Rain, Charade, Jaded Heart) y
Michael Voss (Casanova, Mad Max) formaron parte de Bonfire brevemente. El
primero sustituyó a Lessmann tras su abandonó en 1992 y el segundo participó como
guitarrista durante la gira de “Point Black”, cubriendo la baja del fundador
Hans Ziller.
Bonfire también fue vulnerable al auge del Grunge, su éxito
remitió y la banda se tomó un tiempo, con huida del vocalista Lessmann
incluida. Tras una dubitativa reunión la banda consiguió estabilizarse y
recuperar parte de su éxito y su masa de seguidores. Una vez la moda Grunge
cedió la banda parece volver a encontrar un hueco, así publican “Rebel Soul”
(1998), “Fuel To Flames” (1999), que tuvo una gran acogida y “Strike X” de gran
prestigio.
“Free” y “Double X”, en conmemoración del vigésimo
aniversario de la banda, son otros de sus trabajos. No sólo han seguido publicando álbumes de estudio, si no directos y recopilatorios y se mantienen muy
activos, para fortuna nuestra.
Con “Fireworks” alcanzaron la cima no sólo de su éxito sino
de su creatividad, su disco más completo y perfecto representante de su época. Un álbum y un grupo que recogía las influencias y las tendencias que iban
destacando en el mundo del Hard Rock, donde los Bon Jovi, los Europe y compañía
eran la bandera de un Rock duro que le daba primordial importancia a la
melodía. Incluso los Scorpions, referente indispensable para Bonfire,
agudizaron su preocupación por la melodía, haciendo de ella parte esencial de
su estilo. Unos Scorpions que vienen a la cabeza también por el tono vocal de Lessmann. Todas estas tendencias se aprecian en “Fireworks” y los discos
ochenteros de la banda, aunque siempre las han mantenido vigentes en mayor o
menor grado. Fuerza y melodía. No solo recogieron influencias, Bonfire ha sido
un grupo tremendamente influyente, grupos y proyectos de la talla de Casanova,
con el ex Bonfire Michael Voss liderándolo, Jaded Heart o Charade, liderados por
el también ex Bonfire Michael Bormann, tienen mucho de Bonfire en sus genes.
“Fireworks” es puro Hard Rock melódico con arranques y toques heavys
en ritmos, riffs y alguna estrofa vocal de momentos épicos. Un trabajo
inspirado y donde apenas hay temas que bajen del sobresaliente. Fiero, rabioso,
melódico, con sensacionales coros, teclados ampulosos y espectaculares,
característicos de los 80, que luego se perderían en su estilo, y guitarras
poderosas y melódicas, logrando el perfecto equilibrio que tiene el álbum. Jack Ponti y Joe Lynn Turner aparecen en la composición de algunos de los temas, por si había poco talento...
Claus Lessmann a las voces, Hans Ziller a las guitarras,
Horst Maier-Thorn en las guitarras rítmicas, Joerg Deisinger al bajo y el trabajo
de batería corre a cargo de Ken Mary.
-Ready 4 Reaction: Clásico comienzo con un temazo potente,
de los más contundentes del disco, perfectamente equilibrado con la melodía.
Eléctrico riff de guitarra y paso a una trepidante batería de presentación con
algún toque de teclado, las premisas del tema sobre el tapete. Teclados más
presentes para las primeras estrofas donde Lessmann lleva la batuta de forma
brillante. Gran puente con apoyo de los coros, la melodía en aumento. En vez de
ir al estribillo volvemos con una nueva estrofa que mantiene la potencia.
Batería, teclados y guitarra corriendo veloces por las estrofas, nuevamente el
puente y caer, esta vez sí, en el estribillo. Un gran estribillo que mezcla
potencia y melodía a partes iguales, título para los coros y contestación para
la voz principal de Lessmann, un clásico estribillo ochentero con
intervenciones de guitarra ocasionales. Retomamos las estrofas con Lessmann
luciéndose hacia los agudos, puente excepcional con cambio de ritmo, que se
hace más lento, marcando el tono y la melodía, con un buen trabajo de platos.
Repetimos estribillo y elementos guitarreros en el mismo. Batería solemne
preparando un brillante solo de guitarra de Hans Ziller, que acaba de forma
melódica. La parte final será de nuevo para el estribillo, como es lógico, la
perfecta despedida. Gran tema, que ni siquiera es de los mejores.
-Never Mind: Joya absoluta. Sin perder la potencia la melodía
se hace con los mandos del asunto. Bajo expectante presentando a una agresiva
guitarra y su riff, que da paso a los bombos. El ritmo se inicia añadiéndose
los teclados al mismo. Primeras estrofas, potentes, heavys. El estribillo es un
portento, iniciado con una batería que parece cederlo todo a la melodía de la
voz principal, se arranca tras el añadido de los coros que lo encumbran por
completo. Los teclados y los coros que contestan con sencillez a la voz
principal que recita el título, rubrican un estribillo sencillo y perfecto.
Transición de guitarra hacia nuevas estrofas heavys de ritmos pesados. Un
puente pletórico, con los mismos elementos que el estribillo, grandes coros
apoyando a la voz principal, nos encamina hacia el punto álgido del tema. Solo
de guitarra repetitivo y virtuoso de inicio que se convierte en agresivo y
potente acto seguido, con mucho tapping. El estribillo retorna a nuestros
oídos, donde según nos acerquemos al final las armonías y detalles de guitarra
irán apareciendo. Concluiremos con agresivos riffs. Excepcional tema.
-Sleeping All Alone: Otro de los temazos del disco, uno de
los grandes hits, melodía a raudales y un estribillo espectacular. Un tema más
suave aunque su inicio con el riff entrecortado y otro más clásico parecen
querer indicar otra cosa. Primeras estrofas siguiendo patrones clásicos y una
melodía que se intuye inspirada. Un Lessmann muy rockero modulando su voz,
elevándola en el puente para dar entrada a un estribillo tremendamente melódico
y cadencioso, una melodía principal con el contrapunto de los ritmos pesados y
lentos. Coros apoyando la voz principal. Volvemos a la misma estructura con las
estrofas y sus momentos melódicos y potentes, pesados y contundentes, el puente que termina melódico y el estribillo a coro que se pega sin
remedio. El final de este segundo estribillo se hila sin solución de
continuidad con una estrofa de melodía variada para dar entrada al solo, que
una vez más es rockero, potente, melódico y virtuoso. Pasando por los mismos
lugares llegamos a un estribillo cantado sin acompañamiento, con los coros
sobresaliendo y unas acústicas de fondo muy sutiles. El acompañamiento
regresará para llevarnos hasta el final, donde Lessmann hará alguna
improvisación vocal para cerrar otro tema ejemplar dentro del estilo.
-Champion: Otro hit total, uno de los temas más duros,
vivos, trepidantes y pegadizos del disco. Inicio a todo trapo con riff y
batería, detalles de platos acertados. El riff se hace con todo el poder y una
aguda nota da entrada a la línea vocal. Estrofas agresivas pero donde la
melodía no puede disimularse. El bajo hace un gran trabajo en la parte más
contundente. Las estrofas se suceden hasta el puente, muy melódico, épico y sin
reducir ni el ritmo ni la potencia. Con esta perfecta progresión entramos en el
estribillo con el apunte del riff, un estribillo ejemplar, largo, melódico,
inspirado, potente y pegadizo. Inolvidable, te taladrará la cabeza. El bajo
vuelve a hacerse presente en las nuevas estrofas, volvemos a disfrutar del gran
puente y, como no, del estribillo, punto álgido del disco. Tras este segundo
estribillo parón con predominancia de la percusión, ritmos que se hacen más
lentos y pesados, coros que progresan y escalan hasta la reactivación de las
hostilidades. El riff y los bombos hacen entrar a un rápido solo de guitarra,
enérgico. El estribillo no tarda en volver, con apuntes guitarreros que hacen
armonías y nos llevan a un final aceleradísimo con cambio de rimo incluido, el
final perfecto para uno de los temas imprescindibles.
-Don’t Get Me Wrong: Voces lejanas llaman al riff y la batería.
Ritmos pesados, más Hard melódico a las puertas. Una guitarra solista pone el
punto melódico, marcando la senda. Estrofas épicas gracias a la voz de Lessmann
que recibe el apoyo de los coros y los riffs. Puente más melódico y ligero. El
estribillo es otro acierto con un diálogo majestuoso con los coros, que
aparecen de forma perfecta, aunque algo "sobreproducidos". Un estribillo largo y
con elementos añadidos que lo decoran gratamente. Más estrofas al estilo Dio
repitiendo la estructura que nos devuelve el puente y el estribillo. Solo de
guitarra muy melódico y gran juego de platillos acompañando. Estribillo para
despedirnos alargándose y permitiendo a coros y Lessmann lucirse un poco más.
Gran tema, menos vistoso en apariencia pero igual de bueno.
-Sweet Obsession: Riff y teclados llevando la voz cantante,
grito salvaje y estrofas melódicas. Un tema más suave de inicio con mucha
presencia de los teclados. La guitarra aparece en el puente. Estribillo con
apuntes de teclado, un estribillo vistoso y ampuloso, pegadizo pero falto de la
intensidad melódica de otros. Volvemos al estribillo tras reiterar la
estructura, con los teclados predominantes y la línea vocal alargada. Una vez
terminado entramos en el solo de guitarra que juega con los agudos. Más
estrofas con apuntes de guitarra y ritmo que no cesa para volver al estribillo
de despedida, un tema muy fiestero, menos apasionado pero muy alegre y
efectivo. El estribillo final se alarga y goza de alguna armonía de guitarra.
Un tema muy correcto.
-Rock Me Now: Acústicas melódicas, coros distorsionados,
misterioso arranque, una lejana eléctrica apareciendo, suave batería, coros y
voz principal con unos gemidos. Un inicio muy atmosférico. Una introducción que
deja paso al cabalgar alocado del riff de guitarra y los ritmos de batería.
Estrofas muy cadenciosas y estiradas en la parte vocal contrastando con los
vivos ritmos. Cambio de ritmo para otra estrofa, muy seco y agresivo. El puente
coge algo de melodía hasta convertirse en un estribillo convencional que repite
a coro el título del tema de forma ruda, rockera y potente. Soso. Es el puente
o la primera parte del estribillo lo único sabroso del tema. Apuntes de
guitarra, con distorsión, en las muevas estrofas. Llegamos a la melodía variada
de la estrofa que da paso al puente que se va acelerando. El estribillo vuelve
a resultar una contundente bofetada, ahora con detalles vocales de Lessmann
añadidos. Solo de guitarra de punteos ágiles, buenos agudos y tapping. La parte
final juega con el estribillo para pararse y deleitarse en distorsiones varias
que estallan en una orgía y cambio de ritmo a mayor gloria del estribillo, con
improvisaciones vocales y una guitarra desbocada. De los temas más potentes y
sosos.
-American Nights: Batería muy rítmica posando las bases,
riff apareciendo en perfecta compenetración, arranque solitario de guitarra.
Primeras estrofas hardrockeras sucediéndose hasta el puente ultra melódico con
teclados predominantes que lo edulcoran todavía más. Un puente extraordinario
que podría pasar por estribillo. Estribillo muy melódico, perfecto, con un
clásico diálogo entre coros y voz principal, que contesta al título del tema
que recitan los primeros extendiendo estrofas y melodía. La guitarra
transitoria endurece el tema, así como las estrofas que se suceden. Los
teclados vuelven a aparecer para deleitarnos con el puente y posterior
estribillo. Estrofa aún más lírica, realmente conseguida y bonita, de melodía
variada, que da entrada al solo, que sigue la senda melódica sin escatimar en
virtuosismo. Pronto llega el estribillo que despedirá el tema, repitiéndose y
dejando detalles de teclado, batería y guitarra. Un tema delicioso, más dulce
que el resto.
-Fantasy: Un riff solitario contestado por una guitarra
solista y los ritmos latentes inician el tema. Estrofas suaves de guitarras
sencillas y sutiles, arranques guitarreros intermitentes, amagos de estribillo,
detalles de coros, subida de intensidad para finalmente romper con el estribillo
donde los coros tienen gran importancia, un estribillo largo y elaborado. La
suavidad melódica vuelve a tomar el protagonismo, junto a los breves arranques
de guitarra eléctrica. El estribillo, una auténtica golosina melódica, nos lleva
a una transición también melódica de guitarra. Detalles de sintetizador y solo de
guitarra muy melódico con un tapping final, que no puede faltar.
Estrofa de melodía variada y retorno al estribillo, más intenso según avanzamos
y lo vamos repitiendo. Improvisaciones vocales de Lessmann según se despide el
tema. Una bonita canción, conseguida aunque quizá algo falta de
garra.
-Give It A Try: La balada del disco. Un temazo realmente
bello, de melodía exquisita y un juego vocal sublime. Preciosas acústicas abren
la melodía, un susurro cantado por Lessmann sigue abriéndose paso. Percusión
sutil, nostálgicos ecos de guitarra eléctrica y coros. De forma delicadísima
llegaremos al puente en una progresión melódica perfecta que se rompe
abruptamente con la entrada de la batería que aparece para potenciar el
estribillo. Detalles de guitarra dejan su sello en la melodía, un estribillo
larguísimo, con excepcionales inflexiones vocales que van de la intensidad a la
sensualidad, del desgarro a la nostalgia, y coros sutiles y precisos. Las
acústicas y los bonitos detalles de teclado vuelven a adornar las estrofas suaves
que regresan. El estribillo arranca de nuevo de forma potente, con la guitarra
dialogando con la voz principal que modula la melodía a la perfección, jugando
con la intensidad y las inflexiones. Al final un desgarrado grito da entrada al
solo de guitarra, muy hermoso también, acorde con el tema. Lessmann retoma el mando y volviendo a bajar el tono de la voz inicia el estribillo casi a capela,
que enseguida retorna con toda su intensidad y desgarro. En este último
estribillo hay detalles de una sutileza y belleza extraordinarios, como ese
“don’t you know I missing you” recitado en dos tonos distintos a la vez, uno
más intenso y otro más bajo, que pone los pelos de punta. Nos vamos despidiendo con
armonías de guitarra, improvisaciones vocales y el estribillo sublimado. Una
auténtica exquisitez. Portentoso juego vocal.
-Cold Days: Cuerdas de toque oriental que son sustituidas
por un potente riff y ritmos pesados. Desgranándose las primeras estrofas en
puro Hard Rock. Agudos guitarreros apareciendo de forma intermitente. Puente
contundente, sensual, denso y más melódico que da paso a un solemne estribillo,
bastante acertado, aunque no tan brillante como otros. Un tema sobrio, pesado y
sólido. Llegamos al estribillo tras repetir estructura, estribillo apoyado en
duros y melódicos coros que recitan el título del tema. Parón instrumental, con
una caja protagonista y un solo de guitarra misterioso, casi ajeno, con muchos
agudos, que arranca de forma ruda y vertiginosa en su segunda mitad. El puente
se hace más intenso para situarnos en el estribillo final que aportará
improvisaciones vocales y más fuerza. Un buen tema para cerrar el disco con
un gran sabor de boca.
Estamos ante una de las joyas del Hard Rock de los 80, un
clásico que se mantiene vigente y que debe estar en la colección de cualquier
amante del género que se precie. Un gran vocalista, maravillosas composiciones
repletas de fuerza y energía, y melodías para enamorar a cualquiera. Si no conoces
aún este clásico ya es hora y si lo conoces sabrás de su categoría. Un cita
obligada para todo rockero que se precie, uno de esos discos que hicieron
grandes los 80 de una de las bandas más destacadas y representativas.
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