El ego bien conducido es muy bueno. Clint Eastwood se las
tuvo tiesas con Sergio Leone, reivindicaba su talento hasta el punto de
considerar que el éxito de la trilogía del dólar era gracias a su trabajo y presencia casi en
exclusiva. Lucha de egos de dos talentos. Leone no se calló y atizó al actor y
a su labor como tal, aconsejándose que se dedicara mejor a la dirección, que
parecía se le daba bien. El hecho es que Eastwood no tardó mucho en pasarse a
la dirección tras el pelotazo que supuso la mencionada trilogía y su papel de
pistolero sin nombre. En 1971 se estrenó con “Escalofrío en la noche”.
En las primeras obras de Eastwood se aprecia la influencia de
Leone, en ocasiones mal digerida, pero poco a poco fue dándose cuenta del
potencial que albergaba como cineasta, como voz independiente capaz de
recopilar lo mejor de los grandes clásicos.
Ya con “El fuera de la ley” (1976) Eastwood comienza a dejar
patente un talento de cineasta de altura, pero con esta “El jinete pálido”
muestra además una madurez que iría desarrollando con el tiempo. Su primera
gran obra de arte, aunque algunos también consideran “El fuera de la ley” como
referente a este respecto, algo que también es de justicia considerar.
Es cierto que Eastwood no es un gran talento de la
interpretación, tan cierto como que para los papeles de duro su carisma y saber
hacer lo han hecho eterno.
En "El jinete pálido”, remake de la mítica ”Raíces
profundas” (1953) de George Stevens, apreciamos algunas de las constantes que
Eastwood ha ido desarrollando en su obra, constantes que definen a un gran
autor de una sapiencia cinematográfica extraordinaria, de indiscutible talento y donde se
distingue la influencia de muchos de los grandes del western, desde el
mencionado Leone pasando por Anthony Mann, Don Siegel o el mismísimo John Ford.
Un remake ejemplar, personal y que no se limita a copiar a su referente con
un tono más moderno, sino que Eastwood logra llevarlo a su terreno e intereses,
resultando una obra que aunque tributaria tiene personalidad propia.
Pulso firme, ritmo pausado, talento y belleza visual,
narración y estilo clásicos, una dirección sabia y segura.
Una cinta que mezcla a la perfección el uso mítico de
personajes, desde su creación, el romanticismo y la violencia y el realismo
descarnado. Una cinta con elementos místicos perfectamente integrados que
potencian al personaje principal, lo hacen sugerente y ambiguo además de dotar
a la cinta y a dicho personaje de un aura especial, personal, misteriosa, enigmática…
El predicador es inolvidable.
“El jinete pálido”, como lo fue “El fuera de la ley” (1976),
son avisos de lo que Clint Eastwood acabaría por rubricar en futuras cintas
ante la crítica, un reconocimiento que podría haberle llegado mucho antes que
con “Sin perdón” (1992) porque ya se avisaba un talento excepcional, seguramente
condicionado por su pasado de actor y sus obras en el spaghetti…
No es raro que Clint eligiera los policiacos y sobre todo
los westerns para ir fogueándose y demostrando lo que llevaba dentro, es donde
más cómodo y mejor se movía como actor y son los géneros más completos, por lo
que para un cineasta de esencia clásica resultan una elección lógica.
“El jinete pálido” se entroncaría con esas cintas de Eastwood
donde la narración se vertebra entorno a un personaje principal fuerte, contundente,
pero al contrario de lo que irá haciendo con el tiempo, este personaje no
muestra excesivos grises, más allá de su ambigua condición de pistolero y
predicador. Es un personaje de una pieza, duro, honesto y que lucha por lo
justo. Esto evolucionará en la obra de Eastwood, que en el western tendrá en el
protagonista de “Sin perdón” a su máximo exponente. Los personajes potentes
con claroscuros han ido apareciendo de forma más compleja paulatinamente, no hay más que ver obras como
“Bird” (1988), “Un mundo perfecto” (1993), “J. Edgar” (2011)…
En esta cinta el personaje fuerte y potente es alegórico,
mítico, perfectamente desarrollado, enseñanzas bien empleadas del gran Sergio
Leone. Un héroe clásico para un western clásico, aunque peculiar.
El cine de Eastwood está lleno de relaciones de amistad, un
tema muy presente en su filmografía. No tienen el carisma, ni las contradicciones,
ni la complejidad de las de Sam Peckinpah o Sergio Leone, pero suelen resultar
auténticas y emotivas, ejemplos en “Sin perdón”, en “Un mundo perfecto”, “J. Edgar”, “Gran Torino” (2008), “Million dollar baby”… Aquí la tenemos entre
Barret y ese Predicador misterioso. La religión también aparece en su cine,
baste recordar “Million dollar baby” (2004).
Las amistades a veces son paternales (“Million dollar baby”,
“El principiante” de 1990, “Gran Torino”…) y otras de igual a igual (“Sin
perdón”, “J. Edgar”…)
Los solitarios surcan toda la filmografía de Eastwood, los
individualistas, en casi todos sus grandes títulos tenemos un ejemplo de esto
“Sin perdón”, “Gran Torino”, “Million dollar baby” “J. Edgar”…
Valores como la responsabilidad ineludible (“El jinete
pálido”, “Sin perdón”, “J. Edgar”…), el sacrificio (“Space cowboys”, “Gran
Torino”…), el valor… son fáciles de encontrar en todo su cine.
El amor en Eastwood es peculiar, abundan las relaciones
interrumpidas, los rechazos, las que acaban nada más empezar o ni siquiera
llegan a comenzar, en “Más allá de la vida” (2010) la de Matt Damon y Bryce Dallas Howard; en “J. Edgar” entre DiCaprio y Armie Hammer, e incluso Naomi Watts; en “Sin perdón”
Eastwood rechazará a una prostituta en una de las más bellas escenas del film;
en “Los puentes de Madison” (1995), su cinta más romántica, se sublima todo
esto; aquí el predicador rechazará a Sarah, aunque tendrá una noche de pasión
con ella…
En este western clásico Eastwood rinde tributo a la leyenda,
al oeste clásico, no la desmitifica, al contrario, defiende y elogia la misma
en el personaje del Predicador. Con “Sin perdón” hará lo contrario. Con acierto
las dos cosas.
Un héroe alegórico.
Un ángel, un ángel exterminador, un ángel redentor, la
personificación de la muerte… muchas opiniones pueden suscitarse acerca del
sentido o de la verdadera naturaleza del personaje que encarna Clint Eastwood. Todas válidas, aunque lo que no se pude negar es su aura mística, el tono
mítico de su presentación y el mimo con que lo cuida Eastwood desde la
dirección y su vinculación a lo religioso, no sólo porque el personaje tenga un
alzacuellos y se presente como un predicador, sino porque su aparición se
vinculará explícitamente con la plegaria religiosa y las menciones a la Biblia
de Megan. Además los valores que representa son los de un Dios tan justo como contundente
e incluso violento, enraizado con el del Antiguo Testamento.
Sus apariciones serás espectrales, fantasmagóricas,
misteriosas, aparecerá en todas partes y en los momentos oportunos, parece una
deidad que todo lo ve, dando coherencia al uso del Deus ex machina que Eastwood
hace con el personaje en varias ocasiones. Un ángel exterminador o redentor de sí
mismo, que parece tener como única función resolver el problema de los mineros,
desapareciendo igual que apareció una vez concluida. Nacido de una plegaria,
desapareciendo en la nada.
-Lo veremos aparecer de nuevo de la nada cuando los matones
de LaHood pretendan intimidar y agredir al bondadoso Hull Barret (Michael
Moriarty). Primero a las afueras del pueblo, con el sonido del viento
enmarcando el ambiente, cuando se inicien las primeras provocaciones, y luego
impidiendo el apaleamiento cuando los matones pasen a la acción.
-Megan citará las escrituras, el caballo pálido y su jinete que
representa a la muerte, justo en el momento que vemos aparecer al caballo que
cabalga, precisamente, Eastwood.
-Veremos las cicatrices de numerosas balas en su espalda,
dibujando un círculo, algo de lo que difícilmente se podría haber sobrevivido,
como si de las llagas de Cristo se tratara… Como resucitado.
-Megan mencionará su plegaria al Predicador, mencionará el
milagro que resulta su presencia, en la escena de la sorprendente declaración
amorosa. Aquí se generará un conflicto producto de los celos, que se traducirá
en unas duras palabras y malos deseos de la cría hacia Eastwood. Si Eastwood
apareció como una construcción de la plegaria de Megan, sus rabiosas palabras
son para ser tenidas en cuenta, desde luego deberían asustar.
-El Predicador volverá a aparecer y desaparecer en la escena
donde volvemos a ver el tren, tras la amorosa declaración y decepción de Megan
la noche anterior. Lo veremos en la lejanía observando la llegada del tren y
desaparecido una vez haya pasado…
-LaHood temerá la fe, cree que es su mayor enemigo, la fe
que puede generar el Predicador. Lo manifestará verbalmente, de igual manera
que dirá que no quiere convertirlo en un mártir. El poblado manifestará su fe
en ese forastero que ha llegado para ayudarles, con mención especial para Barret
y Megan. El Predicador logra unirlos y cuando desaparece en un momento dado el
grupo se tambalea y duda, es la fe y la necesidad de un guía… más elementos
religiosos.
-La falta del Predicador, cuando vaya a sustituir su
alzacuello por su pistola, minará la moral del grupo. Su figura simbólica, la
fe, se hace entonces tremendamente patente, pero su “espíritu” impulsará para
aguantar un par de días las acometidas de LaHood.
-Los matones contratados por LaHood serán 7, Stockburn y sus
6 ayudantes, como si de los 4 jinetes del apocalipsis en misión asesina se
tratara. Los veremos llegar como vimos llegar al Predicador.
-He mencionado el uso del recurso del Deus ex machina con el
personaje del Predicador, algo coherente. Un nuevo ejemplo lo tendremos en el
intento de violación a Megan, donde aparecerá salvador y presumiendo de
puntería ante el hijo de Lahood y el resto de trabajadores, como un dios, un
fantasma…
-Stockburn creerá reconocer al Predicador por la descripción
de LaHood, aunque dirá que está muerto. Cuando lo vea en persona se
sorprenderá, como si, efectivamente, viera a un muerto resucitado para
ajusticiarle.
-La llegada del Predicador a la ciudad para el duelo final
es una maravilla visual que resalta el carácter mítico y fantasmagórico del personaje.
Un jinete y su caballo reflejado en cristales de forma continua en su pasear
por la ciudad, observado por todos a través de sus ventanas o en las calles.
-La despedida de Megan, gritada al viento y repetida por el
eco hasta llegar a los oídos del Predicador, sus palabras de cariño, vuelve a
tener un tono místico, una atmósfera mística como la que hizo llegar al jinete.
Eastwood es un tipo curioso. Un ególatra con talento, al que la madurez le ha sentado bien. Hay cosas que me inspiran un rechazo inconsciente, de la misma forma que otras me atraen din poderlo evitar.
ResponderEliminarSu cine es estupendo. Aunque haya pelis que no me gusten en su conjunto siempre veo cosas salvables (los puentes en no apta para diabéticos, pero está rodada con una gran delicadeza). Sin perdón es una d mis favoritas, con Bird y Gran Torino.
No será un actor de matices, pero creo q limó sus "duros" hadta llegar a la quintaesencia y ya es leyenda.
Y Leone tenía razón. Su actor chulangas tenía mucho q aportar como director.
Q bonitos paisajes en estos westerns localizafos en las montañas!!
Gracias por la crítica. Me fascina lo rica en matices q es, y lo ligera q resulta!!! Sambostyle.
Besos.
Así es, Leone le dedicó alguna frase mítica a su labor como actor que he comentado por algún lado jajaja.
EliminarMuy cierto el hecho de cómo ha ido matizando sus duros, siempre manteniéndose en el registro que controla. Hay que recordar que de Clint se rieron, que le criticaron porque tenía cara de palo, que no movía un músculo... Fue a raiz de su faceta como director cuando se hizo respetar y muchos comenzaron a verle de otra manera, en ocasiones excesiva a nivel interpretativo. Eastwood ha demostrado toda su carrera su inteligencia, sabía de sus limitaciones como actor y nunca se ha salido de lo que controla, igual que conoce que como director tiene pocos límites.
Me alegra que te gustara la crítica y concuerdo con esas que citas como tus preferidas.
Besos.
Nunca me han llamado la atención los westerns, Mrsambo. He visto poco (por no decir nada) de los Ford, John Wayne y compañia...
ResponderEliminarLos westerns, yo los divido en dos tipos.
Si sale Clint... Peliculones.
Si no sale Clint... ni fu ni fa.
He dicho.
A lo que iba. Superman, o el hombre de acero. Grandísima película, pero como ya te dije en su momento, me dejo un poso pelín amargo. Y leyendo tus críticas, lo ratifico. Me parece que pretende abarcar demasiados temas, y en una sola peli empalaga. Aquí mezcla presente, pasado y futuro, con demás zarandajas en una sola peli Quiere dejar al personaje sin ningún misterio a la primera. Posiblemente aquí vea la mayor diferencia respecto al batman de Nolan, al cual vemos que evoluciona y vamos conociendo mejor conforme pasan las pelis.
Aquí influye también el hecho de que esta era una de esas pelis que se pasan con la propaganda... y es que joder, te clavan unos trailers del copón, y llegas con las expectativas demasiado altas. Siempre me digo que no tengo que leer ni ver nada antes de las pelis, y siempre acabo cagándola. xDxDxD
No obstante, gran espectáculo visual, aunque quizás se pasen destruyendo la ciudad en el último tramo.
En fin, a ver que pasa con "world war Z" y el bueno de Brad... una de las pelis junto con oblivion y Superman que tengo marcadas para este año, y de la cual llevo 3 meses sin leer ni ver nada para no joderla. xDxDxD
A cuidarse, master.
Jajaja con Clint y sin Clint, algo así dijo Leone de su forma de actuar...
EliminarEl western es normal que no le guste a mucha gente, pero es el género más completo que ha dado el cine, junto al negro.
Con respecto a lo que comentas de EL HOMBRE DE ACERO, pues completamente de acuerdo, como has leído en la crítica, han querido abarcar demasiado, hacer algo tan categórico y definitivo, que rompiera moldes, que han acabado por dispersarse... Pero bueno, se pasa un buen rato si eliminas esos prejuicios provocados por las expectativas.
Sí, GUERRA MUNDIAL Z es de las obligadas, confío en que hayan hecho un buen espectáculo, Pitt suele elegir bien.
Un saludo Taillon.
Me encanta que menciones El fuera de la ley. Es un peliculón enorme, para mí infravalorado. De hecho este fin de semana pasado me lo compré en un pack con Sin perdón, ahí es nada.
ResponderEliminarEastwood mola, así de simple. Parece que construye las películas de manera más sólida que el resto, como si no tuviera dudas, como si estuvieran hechas de una pieza, esculpidas. Sé que apenas me entiendo yo lo que quiero decir, pero es la sensación que me dejan. Concuerdo con algún bloguero en que los western con Clint son otra cosa.
Por cierto, El Jinete Pálido me parece muy deudora de Infierno de Cobardes, también dirigida por Clint, me extraña que no la menciones.
Saludos y excelente crítica.
Te he entendido perfectamente Pablo, de hecho me parece una descripción realmente brillante de lo que se siente viendo las pelis de Eastwood, ese poder clásico, categórico.
EliminarSí, tenía que mencionarla porque para muchos es su primera obra maestra, así que obligado. No me lo parece tanto INFIERNO DE COBARDES, que creo es flojilla, tributaria del cine de Leone pero donde se intuye cierto resquemor, todavía no se liberó de complejos ni había alcanzado la madurez que tiene ésta.
Un abrazo fuerte.
Gracias, Minos.
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