Jon Bon Jovi además de ser un talentoso músico y compositor
también demostró habilidades como cazatalentos, grupos como Skid Row, Crown Of
Thorns o estos Cinderella pueden dar buena fe de ello. Gracias a su mecenazgo
estos talentosos grupos encontraron su camino en las décadas de los 80 y 90, la
época dorada para la música que hacían, Hard Rock, donde cada uno puso su sello
personal.
Bon Jovi los descubrió en 1985 y en el 86 publicaron con
Mercury su primer álbum, un disco que tuvo muy buena acogida, 3 millones de
discos vendidos, y que no se sale un ápice de los parámetros del Hard Rock
ochentero que se estilaba en esa época. Un disco algo sobrevalorado ya que en
líneas generales resulta reiterativo, convencional, encorsetado en las reglas
habituales de los trabajos de los 80, especialmente porque si bien la contundencia
y sabor estaban presentes, sus melodías y estribillos apostaban por la
repetición y la estructura típica y convencional de repetir hasta la
extenuación el título del tema, o como variante repetir el título y añadir un
diálogo del coro o una simple frase, pero sin melodía reseñable, tan sólo
ritmos pesados y contundentes como rasgo más significativo. Esto no evitó que
hubiera buenas melodías, como la de la balada “Nobody’s fool” o que temas como
“Shake me” gustaran mucho, clásicas canciones del Hard Rock ochentero. Temas
directos y cortos.
Ese “Night Songs” (1986) es un hijo de su tiempo, recordemos
que “Poison” se estrenaron el mismo año. Sin lugar a dudas y aunque todos estos
detalles están en el debe, ya se intuía un sabor y un feeling que podía ser
interesante y que sería lo que el bueno de Jon Bon Jovi vio en ellos. Un sonido
profundamente americano. No se
confundió.
Si algo llamó la atención del grupo, pieza clave y
distintiva del mismo, es la aguda y desgarrada voz de Tom Keifer, semejante a
un minino de garganta alcoholizada. Aguda, desgarrada y algo arenosa. Es su voz
lo que hace de Cinderella un grupo con un sentimiento excepcional, auténtico,
genuino y personal.
Con su siguiente obra, que es el disco que nos ocupa, llegó
la transformación. “Long cold winter” es una rareza y una evolución poco
valorada en la historia del Hard Rock, un álbum de matices y ricas influencias
que se desmarcaba tan aguda y brillantemente de las tendencias de moda,
manteniendo aspectos de ellas, que seguramente por ello no se valoró en toda su
inmensidad esta dimensión. El sonido auténtico y americano fue sublimado
apartándose en líneas generales de
esquemas estrictos e incluyendo de forma decidida una marcada influencia
blusera. Además la madurez de las composiciones se hace evidente y patente,
melodías mucho más elaboradas y de gusto, sin perder la fiereza rockera, ese
cierto toque Jovi que las hizo más accesibles. Así se aprecia en el sonido de los
nuevos Cinderella la influencia de los Led Zeppelin o incluso AC/DC o Aerosmith.
Melodías más desarrolladas, estribillos con gusto, largos, temas rítmicos, uso
de acústicas, temas lentos y medios tiempos salpicando el trayecto… una
auténtica joya llena de feeling, sentimiento autentico, sabor americano… un Rock bien curado. Todo eso es “Long cold winter”, una auténtica joya del Hard
Rock de tintes clásicos pero con los elementos mencionados en su justa medida y
perfectamente integrados. Todo ello hace de este disco su indiscutible obra
maestra, una pequeña joya de gusto. La voz de Keifer además adquiere nuevos y
variados matices, lo que enriquece aún más un disco de por sí enormemente rico.
La posterior trayectoria de Cinderella mantendría estos
parámetros con el toque blusero, discos de gran calidad tanto en los temas duros
como en los más lentos, donde hacen auténticas delicias. La lástima es que sólo
llegaron dos álbumes más, los estupendos “Heartbreak station” (1990) y “Still
climbing” (1994), el último algo más flojo pero con algunos temas
excepcionales, como por ejemplo esas descomunales baladas que son “Through the rain” y “Hard to find the words”.
Además fueron incluyendo toques sureños en ese sabor rockero
clásico de toda la vida, así que quizá puedan venir a la cabeza en alguna
ocasión los Lynyrd Skynyrd o los ZZ Top… incluso los Eagles de lejos, por
ejemplo.
“Long cold winter” tiene todos los ingredientes que han
hecho de Cinderella un grupo puntero del Hard Rock de los 80, además de la
sorpresa que supuso su evolución y madurez en apenas dos años. Un disco que
suena a clásico, tremendamente actual, que podría publicarse el próximo año.
Rock, Blues, una voz personal, una exquisita sensibilidad, una poderosa
contundencia, variedad y estilo propio. No se puede pedir más.
Tom Keifer a las voces y a la guitarra de acompañamiento,
Jeff LaBar en la guitarra principal, Eric Brittingham al bajo y Fred Coury a la
batería.
Bad Seamstress Blues: Sensacional intro blusera que va de
menos a más en intensidad, armónicas y cuerdas añejas, puro sabor americano
clásico y vaquero que irrumpirá de forma magistral en el primer tema del disco.
Fallin’ Apart At The Seams: Puro Hard Rock de riffs añejos y
voz aguda y rasposa con buenos coros dando el contrapunto melódico a tanto
sabor blusero y clásico. Un puente muy melódico vertebrado en los coros y un
estribillo excepcional con diálogo entre la peculiar voz de Keifer y los coros,
en lo que acaba resultando un gran estribillo. Auténtico Hard Rock
clásico de toda la vida con esencia melódica y blusera. Para saborear con un
copa… y brincando. Las influencias mencionadas muy presentes, AC/DC, Lynyrd
Skynyrd o Aerosmith, por ejemplo. Detalles de percusión al retomar las estrofas
y dirigirnos en perfecta progresión al puente con coros predominantes y el
sabroso estribillo, compendio de la esencia de Cinderella. Tras el segundo
estribillo parón para los momentos instrumentales, slide en la guitarra y solo
también tremendamente blusero y rockero, autenticidad en cada nota. Retomamos
la línea del estribillo de camino hacia el final, con la guitarra sobresaliendo
y acompañando a los coros y la voz de Kiefer. Un gran tema para meternos en
faena.
Gypsy Road: Uno de los hits del grupo, un temazo de Hard
Rock con mucho toque melódico ochentero, que es una gozada desde que el riff
comienza a marcar las notas y la batería lo acompaña potente en su recorrido
por las primeras estrofas. Gran puente que deja en bandeja un estribillo
soberbio, adictivo e imprescindible dentro del género, uno de los grandes
clásicos que el grupo dejó en la década de los 80. El juego de coros siempre
presente y el riff como transición obligada para retomar las estrofas. Un tema
donde todo tiene sabor y matices, todas las estrofas, el puente y el
estribillo, inflexiones vocales, riffs de categoría y una base rítmica
poderosa. Saliendo del segundo estribillo nos espera una estrofa de melodía
variada con muchos coros y mucha melodía, perfecta introducción a un solo de
guitarra puramente rockero, de un clasicismo absoluto. Parón con el estribillo
omitiendo la parte de los coros y la instrumentación bajando el tono para
recuperar el tema con toda la contundencia conocida del grupo y del estribillo. Alardes de Keifer, que se gusta con las improvisaciones y juegos
vocales mientras el estribillo se vuelve loco hacia el final. La guitarra hará
acto de presencia también al final para que no nos olvidemos de ella, sumándose
brillantemente a la fiesta. Uno de los mejores temas del grupo.
Don’t Know What You Got (Till It’s Gone): Una de las mejores
baladas escritas en la década, una power ballad con todo el sentimiento del
Blues y la pasión del Rock, con una melodía y ejecución que conmueve desde que empieza
hasta que acaba. Desbordada de sensibilidad, es un canto desgarrado al amor
como se han hecho pocos. Una de las grandes baladas de la historia. La belleza
de las notas del piano ya pone en situación y en la certeza de que estamos
ante algo espectacular. Las acústicas se suman enseguida para dar paso a la
aguda, y en esta ocasión romántica, voz de Keifer, que va deshaciendo las notas en
los oídos. El puente con la entrada de la batería no puede ser más
sobresaliente, inconmensurable, un estribillo antes del estribillo, como la
antesala de un llanto incontenible. Un llanto convertido en estribillo, la
traducción del pesar de un corazón herido, nostálgico, pesaroso, roto. Un
estribillo antológico. Cuando retornan las estrofas, secando las lágrimas de
recuerdos demasiado vívidos, nos acogen en su manta melódica y confortable. El
lirismo de todo el tema es sublime, excepcional, con momentos durante su
audición que arrebatan. La vuelta al estribillo, doloroso, vuelve a ser un
paradójico placer, se siente el desgarro de
la misma forma que disfrutamos del sentimiento de la melodía. Estrofa
variada como introducción a un estupendo solo de guitarra que vuelve a derramar
toneladas de sentimientos por sus cuerdas. Cuando abandonemos la compañía de la
guitarra regresará el estribillo, resignado en su desazón y ansioso de paz y
deshago, un desahogo melódico que se hace más intenso en la voz de Keifer en
esa parte final, entregándose a sus sentimientos y dejándose el alma en la
entonación de cada nota. Todo lo que yo pueda decir es poco y cuando el tema
nos abandona con la melodía que siguen la batería, el piano y la guitarra el poso
que deja es inolvidable y duradero. Una joya indiscutible, oídla con calma, os
entusiasmará.
The Last Mile: Otra joya, de inicio lento con guitarras melódicas
el riff rockero irrumpe por sorpresa, como quien aparece en su propia fiesta
sin saberlo. Estrofas de puro Hard Rock clásico, alegre y fiestero y un poso
profundo, como toda la música del grupo, de enjundia, nostalgia, sensibilidad y
sentimiento. Un gran estribillo, precedido de un notable puente muy en la
línea de las estrofas anteriores, vertebrado en los melódicos y suaves coros que
dialogan con la áspera voz de Keifer. La transición con riff y batería no puede
ser más básica y clásica, ejemplo puro de Hard Rock, además se añaden toques
solistas para adornar. Nuevas estrofas de Rock perfectamente curado, sabor
auténtico contrastado con los melódicos coros del estribillo, contraste añadido
con la voz de Keifer, dura y desgarrada, aguda. Estrofa variada para introducir
el solo, muy melódica. Buen solo con los mismos patrones que los anteriores y
transición con el riff, la batería y los coros del estribillo. Puente y caída en
picado hacia el estribillo, directos al final, con armonías de la guitarra
solista que aumentan el contraste y también el sentimiento. Buen Hard Rock de
elementos muy melódicos.
Second Wind: Trepidante riff pidiendo a la batería que lo
acompañe, a lo que la base de ritmos no se podrá resistir, un coche sin frenos
con forma de guitarras poderosas, caja frenética y bombo contundente. El puente
acaba resultando mucho más melódico llegando a un estribillo que cambia el
tono, haciendo la melodía más pesada y contundente con una irrupción final que
devuelve la velocidad a los ritmos. Se cambian, por tanto, los tópicos,
reduciéndose la velocidad al llegar el estribillo. La guitarra y sus
distorsiones simulando un wah wah nos dan paso a las nuevas estrofas y la
repetición de la estructura en este viaje sin frenos, con el cambio de tono en
el estribillo incluido. El solo de guitarra entra con fuerza y contundencia, un
gran solo desmelenado y agresivo, poderoso y breve. Puente y estribillo a la
salida del solo y parón con matices guitarreros, cambios de ritmos y jugueteos
a lo Led Zeppelin. Armónicas añadiéndose a la fiesta y sabor auténtico, gritos
orgiásticos que nos vuelven a trasladar a los Zeppelin para despedir el tema
con buen sabor de boca. Original tema.
Long Cold Winter: El tema que da título al disco. Ritmos de
puro Blues con una guitarra llorosa y una batería cadenciosa y apenada. El Blues en su raíz más evidente e instrumental, con una gran guitarra solista.
Una brillantísima introducción a la voz rockera de Keifer, un tema musicalmente
blusero cantado por una voz rockera al máximo. Auténtico placer añejo,
autenticidad y sabor a raudales. El tema más largo del disco. Keifer modulando
más, dejando que su voz vibre de forma distinta, sentida. Tremendo tema lento.
La estrofa que se sucede tras el primer estribillo es extraordinaria, con una
ejecución de Keifer maravillosa, así como todo lo que viene después. Pone los
pelos de punta, el sentimiento rockero enraizado en el Blues. Tras el segundo
estribillo la entrada de la guitarra para su solo es sublime, una pieza
extraordinaria. Deléitense con la música de verdad y la autenticidad de un
grupo que pone el alma. Un solo largo y virtuoso. Keifer recoge el testigo para
deleitarnos con más frases en su personalísima voz, repleta de improvisaciones
y sentimiento desbordado. La pena en un largo y frío invierno. La parte final
será también para la guitarra, tan protagonista en el tema como la voz principal,
con otro solo triste y espléndido. Recomendadísima para los rockeros más
bluseros.
If You Don’t Like It: Volvemos al Rock contundente Una locomotora arrancando con los platos latentes esperando más compañía, guitarra de vibrato insinuante y el riff al rescate para la explosión hardrockera. Buena introducción llena de riffs, detalles de guitarra y batería rotunda. Estrofas iniciales rápidas, frenéticas, al ritmo de la locomotora rítmica, llevándonos directas al puente, al que se sumarán los coros, y la melodía se hace más marcada. El estribillo es un clásico de los 80, diálogos entre voz principal y coros, donde estos últimos recitan el título del tema mientras Keifer contesta con distintas estrofas. Sin excesiva melodía es un tema hardrockero con grandes virtudes y detalles, un gran puente y un solvente estribillo. Transición con la base de ritmos e intervención solista de la guitarra. Las rápidas estrofas vuelven a aparecer hasta llegar al más pausado puente repleto de coros y al estribillo de clásico estilo ochentero. Solo de guitarra contundente y con diferentes tonalidades, un diálogo guitarrero. Transición melódica de detalles de guitarra, su vibrato especialmente, y vuelta al estribillo que se repetirá hasta el final con la variación de las armonías de guitarras que se añaden en el clímax. Buen tema pero de los más tópicos y menos llamativos.
Coming Home: Otra de las grandes gemas que nos regala esta
genialidad de álbum. Melódicas acústicas introducen a una voz menos grave,
distinta a la que Keifer nos tenía acostumbrado, un inicio portentoso. Estrofas
bellas y de gran sentimiento por parte de un Keifer que parece capaz de
cualquier cosa. El puente no puede ser más brillante, un puente donde se añaden
los coros y la batería, aumentando la intensidad de la melodía. Por si la
sorpresa y el placer fuera poco la siguiente estrofa, tras un breve lapso,
convertirá de nuevo la voz de Keifer, que volverá a su tono agudo y rasposo
para deleitarnos con otros magistrales momentos melódicos. El sentimiento del grupo
no tiene límites en este disco, expuestos, abiertos en canal. Llegaremos al
puente que parecía el estribillo, pero contra todo pronóstico y volviéndonos a
sorprender, se añade el estribillo verdadero. Transición con detalles de piano
y melodía de acústicas y también de eléctrica, que desemboca en otra melodía
instrumental. Grandísimos detalles y composición, siempre sorprendiendo y
siempre acertando. De nuevo las estrofas en voz más grave pero fundiéndose
pronto con la aguda. Esto dará paso a la parte final con improvisaciones y
multitud de detalles musicales de calidad, de piano, de guitarra y con coros e
improvisaciones vocales. Una parte final de toques góspel que vuelve a
sorprender en la estructura y la melodía, siempre saltando con originalidad y virtuosismo,
sublimando el matiz como recurso de una melodía extraordinaria. Un temazo de
insultante talento, no será raro que sea tu favorito o uno de ellos,
absolutamente inconmensurable. Imprescindible.
Fire And Ice: Riff a todo poder y caja encañonándonos
desafiante, marcando los tiempos, otro inicio poderoso. Riffs potentísimos y
batería pesada. La voz de Keifer modula con bastante melodía mientras se
encamina hacia el puente donde entran los coros de apoyo presentando el
estribillo, que vuelve a repetir estructura clásica, coros recitando el título
del tema y estrofa extra de Keifer. La estructura se repetirá para caer en una
estrofa distinta, que como suele ser habitual introduce el solo de guitarra,
breve y agresivo. Parón, pausa tras la tormenta, pero sólo es el ojo del
huracán. El bajo presente, la guitarra insinuante, susurros ansiosos, coros
lejanos… el huracán. Estribillo estirado y repitiéndose hasta el final del tema,
esperando a la guitarra que se une en el clímax. Otro buen tema representante
de las convenciones ochenteras menos llamativas. Es el sabor y la autenticidad
de los elementos del grupo, su ejecución, la voz de Keifer y la forma de tocar,
lo que eleva estos temas del grupo con respecto a otros.
Take Me Back: Nos despedimos con el tema más corto del
disco. Inicio de percusión con mucho toque en el cencerro y entrada del riff
con mucho slide, tremendamente rockero, pero donde nunca se pierde la esencia
blusera, imprescindible y presente en todos los temas. Las primeras estrofas ya
definen una melodía muy marcada que se va desarrollando ejemplarmente por el
puente. El estribillo es excelente, con la misma estructura que los anteriores,
la diferencia radica en que la estrofa de Keifer que contesta a los coros que
recitan el título del tema es más larga y va desarrollando una melodía en sus
distintas intervenciones, lo que acaba redondeando un estribillo largo y de
progresión melódica. El sabor de las estrofas es absoluto, con una melodía
sensacional y el juego del riff que la complementa, haciendo de ellas joyas
rockeras para los oídos más exigentes. Puente que es consecuencia perfecta de
la melodía y vuelta al estribillo, donde Kiefer alargará la última nota para
introducir el solo de guitarra de slide, que da paso al riff como transición al
estribillo que despedirá esta genial obra. La intensidad sube, el estribillo
gana enteros, aún más. La guitarra aparecerá con fuerza para ganarse su parte
de gloria en el adictivo estribillo. No se puede acabar dejando un mejor sabor
de boca. Otro temazo.
En los títulos de crédito podemos ver agradecimientos a
Richie Sambora o Warren DeMartini, guitarristas de Bon Jovi y Ratt
respectivamente. También aparece Cozy Powell, que colabora tocando la batería…
entre otros muchos.
Todo el regusto de lo clásico, el sabor de lo auténtico, la
esencia del Blues dentro del Rock como padre de éste, lo podemos disfrutar en
esta majestuosa obra de Hard Rock. Uno de los grandes referentes del estilo,
algo infravalorado pero siempre presente para los más exigentes oídos rockeros.
Otra obligada recomendación.
Gelou, master.
ResponderEliminarAquí, acabando las fiestas de Huesca.
Me he visto esta tarde una peli que recomendaste, "Siete psicopatas", realmente buena. 8/10.
Y después de leer tu crítica, me doy cuenta de que lo que mas me ha gustado es el guión, realmente original, en un tiempo acostumbrado a pelis que solo brillan por los efectos especiales. Pelicula hilarante, tarantiniana totalmente, y con buenas actuaciones. Me quedo con Walken, y sobre todo, con Sam Rockwell, vaya papelón.
Por cierto, me ví el otro día Guerra mundial Z. Buena peli, pero me dá la sensación de que había material para mucho mas. Algo que me quedó totalmente claro cuando leí el libro, realmente cojonudo. Espero que haya secuela y esta esté basada en el libro, una gratísima sorpresa.
Acaba bien estos días, master.
Hola amigo mio, me alegra que lo estés pasando bien por allí. Aquí andamos descansando un poquillo.
EliminarTenía sus riesgos SIETE PSICÓPATAS, a algunos les gusta mucho y otros la odian jajaja, satisface que seas de los primeros, gran guión y grandes actuaciones.
He leído críticas negativas a GUERRA MUNDIAL Z de los más puristas por alejarse del libro e inventarse el comportamiento de los zombies, que poco tiene que ver con el de la peli... Espero verla pronto.
Un saludo Taillon.
Enorme entrada dedicada a los Cinderella y a Long Cold Winter en particular. Gran álbum.
ResponderEliminarMuchas gracias King, me alegra que te guste tanto la entrada como el álbum. Un saludo amigo rockero.
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