Los libros de John le Carré han sido una mina para el cine,
lógico por otra parte, sus estupendas intrigas con espías en la guerra fría, suspense y tensión a raudales es carne de celuloide.
Películas como “El espía que surgió del frio” (Martin Ritt, 1965), “Llamada para
un muerto” (Sidney Lumet, 1966), “El espejo de los espías” (Frank Pierson, 1969), “La chica del tambor” (George Roy Hill, 1984), “La casa Rusia” (Fred Schepisi, 1990),
“El sastre de Panamá” (John Boorman, 2001), “El jardinero fiel” (Fernando Meirelles, 2005) son películas, muchas de ellas
excelentes, basadas en sus obras.
Frederick Forsyth o Ken Follett han dejado también buena
literatura de intriga, espionaje y guerra fría, que han nutrido al cine y han
acabado dando muy buenos títulos.
“El topo” es la última adaptación, hasta la fecha, de una
obra de le Carré, en un género, el thriller de espionaje, que está dejando
interesantes títulos como la reciente “La deuda” (John Madden, 2011).
Tomas Alfredson, director de la magnífica “Déjame entrar”
(2008), nos deja un thriller de estilo extraordinariamente clásico, sobrio, de
una tensión contenida, calmada, vibrante y muy potente, con unas
interpretaciones magníficas y una fuerza narrativa muy convincente. Hay que
vigilar de cerca de este director, sin lugar a dudas. “El topo", como ya
ocurriera con “Déjame entrar”, tiene una frialdad visual deslumbrante,
absorbente y casi hipnótica, no confundir con una frialdad interna.
Siendo una cinta de entretenimiento, lo que desborda “El
topo” es inteligencia y complejidad en las relaciones, en los personajes y, por supuesto, en la trama. Una historia que se va desenvolviendo como con
sordina, de ritmo en apariencia cansado, como su protagonista, triste,
melancólico, otoñal…
Como en el gran cine negro veremos rondar por escena
personajes solitarios, retraídos, de los que no muestran una emoción y para
comprenderlas deberemos indagar en las rendijas que se dejan sólo entrever.
La recreación de época es magnífica, incluso desde la
fotografía, los coches, el vestuario, todo nos remite a los 70. El asfalto
mojado, los cielos grises, acentúan el tono lúgubre del film.
Una misión fallida en Hungría hace tambalearse a los
servicios secretos británicos que empiezan a sospechar de la presencia de un
topo en sus filas, para resolver el problema contarán con el veterano George
Smiley, a punto de retirarse.
La secuencia de la misión fallida tiene ya todos los ingredientes
mencionados, tensa calma y explosión de una violencia que no se sabe cuándo va
a saltar, y que salvando esta escena y alguna otra suelta, en pocas ocasiones
lo hace. Un suspense perfectamente llevado, donde los gestos y las miradas
atrapan y ponen al espectador en situación de esperar cualquier cosa.
Alfredson se guarda mucho del uso de golpes de efecto, no ya
desde el guión sino también desde los mismos elementos de la puesta en escena,
ya sea desde el uso de la música o demás elementos. Una rigurosa sobriedad.
Gary Oldman, pletórico, nos presenta a un personaje
silencioso, triste, tranquilo, paciente y resignado, dolorido… del que veremos
retazos de su pasado, de la infidelidad de su mujer, pero eficaz en su trabajo,
al que aplica su carácter de forma concluyente y sin concesiones. La escena,
aparentemente intrascendente en la que tres agentes van en coche, un plano que
Alfredson toma desde la parte trasera del vehículo, y una abeja o mosca,
sobrevuela entre ellos, es muy significativa. Los dos primeros agentes sentados
en la parte delantera del coche, apartarán más o menos airadamente al insecto,
quitándose el problema de encima pero resolviendo más bien poco, en cambio
Smiley vigilará al bicho con la mirada y lo dejará salir por la ventana en el momento
adecuado. Él sí resuelve el “problema”.
La puesta en escena de Alfredson es muy brillante, inunda
los planos de cristales o espejos, algo que estamos viendo en muchas cintas del
cine actual, recalcando así ese mundo burbuja, falso, en exceso protegido, pero
de latente tensión interna. Además la gran mayoría de planos están rodados como
si el director espiase a sus personajes, poniendo la cámara lejos y enfocando
al elemento más alejado del encuadre que aparece siempre reencuadrado por algo o
incluso muchas veces oculto por otros personajes u objetos que se cruzan en
medio.
Además veremos a mucha gente de espaldas o a la espalda de
algo, todo con la intención de resaltar ese mundo desconfiado, traidor, donde
la mentira y las dobleces están a la orden del día y donde cualquiera es sospechoso.
La narración de “El topo” es caleidoscópica, saltamos del
pasado al futuro, pasando por el presente cuando es menester, continuamente.
Es profundamente llamativo el aspecto mencionado de los
cristales, como encuadra a un actor, por ejemplo Colin Firth, desde muy lejos a
través de la ventana de una puerta y los cristales de la misma habitación hasta
que llega a la misma.
Una fiesta de Navidad salpica la narración en varios
flashback, en él veremos como Alfredson define a los personajes con sutiles
retazos, por ejemplo cómo Firth mira a la mujer de Oldman en un plano lejano, desenfocado,
y cuando el segundo dirija su mirada, y se enfoque a Firth, éste lo saludará de
forma natural, una mirada a la mujer que casi pasa desapercibida, pero que es
un antecedente de lo que ocurrirá. Alfredson no da nada mascado, valora mucho
al espectador. Una mujer, la de Oldman, a la que no le vemos nunca el rostro
(brevemente el perfil), en otro detalle magnífico.
Una fiesta de Navidad donde del jolgorio y alegría
iniciales iremos viendo sutiles detalles que harán crecer la tensión de forma
inteligente, brillante y sugerente, que además presagiarán, como he comentado,
hechos futuros en muchas ocasiones.
El personaje que interpreta Mark Strong, Jim Prideaux, tiene
otra significativa escena con un animal. En el aula en la que está dando clases
entra un pájaro al que golpea violentamente y remata en el suelo hasta matarlo.
Otra resolución de un problema aunque algo más contundente.
La magnífica secuencia de suspense donde Peter Guillam,
interpretado por Benedict Cumberbatch (visto en la serie “Sherlock”), debe
sacar unos documentos de la oficina por petición de Smiley, rodada sin
efectismos, con una sobriedad magistral, tiene su resolución en una llamada que
está rodada a través de unos cristales sucios, nuevamente. Una estupenda
secuencia.
Otra de las escenas cumbre de la película, escena de actor,
es la que acontece en casa de Smiley, en la conversación que éste tiene con
Guillam, una escena que pudo darle el Oscar a Gary Oldman, y que seguramente le
dio la nominación. Está maravilloso.
Los flashback de la fiesta de Navidad se siguen sucediendo, un Papá Noel con la careta de Lenin hace cantar a los espías británicos el himno ruso mientras la mujer de Smiley comente su infidelidad con el personaje interpretado por Colin Firth, Bill Haydon. Por supuesto, Smiley verá esta escena a través de un cristal.
Entre las debilidades de “El topo”, aparte de cierta
sensación lógica de deja vu, está la conclusión, o mejor dicho la elección del
traidor en la película. Un error de casting por tratarse de un actor muy famoso
y recientemente galardonado como bien señala Santiago Navajas en un comentario
sobre esta misma película.
Por lo demás el reparto es descomunal, Gary Oldman, Colin
Firth, Mark Strong, John Hurt, Ciarán Hinds, visto además en la ya comentada “La deuda”, Benedict Cumberbatch, Amanda Fairbank-Hynes, Toby Jones, Tom Hardy…
Todos realmente ajustados en sus papeles, interpretaciones sobrias y precisas.
Película de miradas, silencios, complejidades, mucha pausa y
la música de Alberto Iglesias.
Uno de los grandes títulos del año que mereció mucho más
reconocimiento y éxito y que sigue la senda del clasicismo que estamos viendo
en tantas cintas últimamente, sin que ello suponga limitar en lo más mínimo el
estilo personal, no hay más que ver al bueno de Tomas Alfredson desarrollándolo
con total convicción. Muy recomendada.
Extraordinaria película. Una joya. Es tal cual nos lo cuenta con su habitual maestría MrSambo.
ResponderEliminarSaludos de Auseva.
Muchas gracias AUSEVA, me alegra que también disfrutaras de esta peli. Realmente notable. Un saludo crack.
ResponderEliminarSaludos a todos y felcidades a MrSambo por el magnífico blog, he entrado muchas pero nunca tengo nada que decir, la verdad.
ResponderEliminarDe esta crónica quiero añadir un pequeño comentario. Hace muchos años, principios o mediados de los 80 si no recuerdo mal, se hizo una serie para television magnífica sobre esta novela "Calderero, sastre, soldado, espía". El Smiley de la serie era Sir Alec Guiness, y no me atrevo a decir cual de los dos es mejor, si Oldmann o Guiness. Ambos recuerdan mucho al personaje de la novela, excelentes actuaciones. Una pena que no se haya rodado nunca una versión de la segunda parte "El honorable colegial", una continuación muy digna de "El topo".
Buen domingo a todos!
Bienvenido Keyser y muchísimas gracias por tus palabras. Pues anoto las recomendaciones porque no las conozco y parecen más que interesantes. Sobre todo la continuación que mencionas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias a ti MrSambo.
ResponderEliminarHe buscado por internet y he encontrado esto sobre la serie
http://www.filmaffinity.com/es/film427907.html
Sé que no eres muy de series, pero si te ha gustado la película, la trama, el ritmo lento en el que se sugiere más que se cuenta, pues esa miniserie te va a gustar seguro. Descárgala y verás como no te arrepientes! Es más bien una "película larga", y de muy buen nivel.
un abrazo
Genial Keyser, es verdad que me cuesta ponerme con las series, aunque veo algunas, por lo que se tarda en acabarlas, pero esta es ideal. Me pongo en ello ya mismo.
ResponderEliminarMuchas gracias. Otro abrazo para ti.
Pd. Ya te contaré cuando la vea.
Tediosa, pero buena. Artículo espectacular.
ResponderEliminarEs cierto que su ritmo puede provocar la sensación que citas Deannie. Gracias por tus aportes. Un saludo.
ResponderEliminarGran película, algo confusa, pero desbordante de calidad.
ResponderEliminarLa pregunta que me surgió tras verla es cuando se hará justicia y se premiará como se merece a un actor tremendo como es Gary Oldman. Pocos actores en la actualidad con la variedad de registros y versatilidad que tiene el británico. Algo que pasa también con Cristopher Walken.
Felicidades por la crítica, una vez más.
Ahora con más edad cuando menos te lo esperes lo mismo se lo acaban dando si coge un proyecto ganador... Pero son actores que no tiran tanto por el tópico, lo que les ha podido acabar perjudicando, por ello lo del Oscar no deja de ser algo bonito, pero tampoco hay que preocuparse.
EliminarMuchas gracias DAunes, magníficos comentarios y aportes todos ellos.