sábado, 30 de mayo de 2015

CIUDADES, PAÍSES Y SEXO

VIAJES











Un viaje te lo puedes tomar de distintas maneras, y los hay por motivos diferentes.

Los de trabajo se hacen con un objetivo concreto, se consigue, con más o menos dificultades, y regresas a casa con pocas experiencias que contar que no sean laborales.

Los de familia, a unos les parecerá un viaje por obligación, a otros una aventura y a otros un auténtico incordio.

Los que se inician por una urgencia familiar, casi siempre terminan en drama y esos mejor ni recordarlos.

Pero los de placer, esos son una experiencia, por lo general, buena y merecedora de recordar en casi todos los casos. Por la compañía, por lo estético del viaje, por las fotografías, por la cultura, por la historia, por conocer gente de diversos países, por mil cosas... Y yo a cada ciudad o país lo comparo con las distintas formas de hacer el amor.



Así, París, es como tener sexo leeeeento, suave y sin prisas. De ese sexo que te hace tener miles de sensaciones diferentes, caricias interminables, besos profundos que te sacuden el alma, movimientos lentos que te hacen perder la razón... Es sensual, tierno y pausado.



Zurich, es el sexo lujoso, en una habitación increíble, con fresas, champán, caviar y Bourbon, se acaricia desde la base del cuello hasta donde se pierde la espalda con sutileza, casi con reverencia, se dan besos como alas de mariposa y el champán corre por tu piel como un río dorado, siendo absorbida por una ávida boca...




Bruselas, es el sexo de una noche, aburrida al principio y excitante al final. El juego de miradas y el nudo en el estómago, el acercamiento silencioso y el descubrimiento de algo genial después, pero que no repites y sólo se queda en eso, un recuerdo agradable al que no pones nombre ni apellido.




Verona, es el sexo romántico por excelencia, no en vano es el hogar de Romeo y Julieta. Es el sexo que haces con la persona que amas, el de las caricias como descargas eléctricas, del que no tienes nunca suficiente, de movimientos posesivos e intensos. Del que dejas escapar un "Te Quiero" entre gemido y gemido.




Irlanda, es el sexo debajo de un edredón en invierno o sobre una manta en esas enormes praderas verdes que tiene en verano. Es el divertido, el alegre, el de las fantasías hechas realidad. Caricias y besos desenfadados, sonrisas y hasta carcajadas… El sexo de movimientos ligeros y de brillo en los ojos infinitos.




Roma, es el sexo maduro, ese sexo en el que ya conoces tanto a la otra persona que es todo intimidad, complicidad y tranquilidad. No tienes que demostrar nada, sólo disfrutas y haces disfrutar. Es el sexo que tiene una historia forjada con los años de conocimiento mutuo.




Los Alpes Austríacos, el Tirol, es el sexo salvaje, el de movimientos fuertes y profundos, los besos que dejan marca, el dolor y el placer unidos, el de un millón de explosiones en segundos, siempre queriendo más y más. Es todo exceso, todos los sentidos hiperactivados.




Los Países Bálticos, son sexo enriquecedor, con el que aprendes algo nuevo cada vez. El que te sorprende por su calidez a pesar del frío exterior. Es sexo sobre alfombra delante de una chimenea, sensual, erótico y apasionado. Cubierto de reflejos de llamas y de calor en tu piel, haciéndola más sensible y receptora de sensaciones.




Polonia, es sexo triste, de despedida, ese sexo que quieres grabar en tu mente segundo a segundo para poder revivir después de una separación. Es en el que se mezclan pena, placer y decisiones tomadas. En el que una caricia la sientes hasta el fondo de tu alma y que parece durar eternamente. Besos profundos y conexiones de almas.




Venecia, es el sexo urgente, el que no quieres esperar a sentir todo lo que la otra persona tiene que ofrecerte. El sexo rápido, el preludio de una sesión interminable de sexo más tranquilo, o no, que dura toda una noche y tu cuerpo y tu mente quedan saciados.




Nueva York, es el sexo de Grey, es descubrimiento sin preludio alguno, es sexo de experiencias sexuales, que no sabes si te gustan o te repelen, no sabes separar un sentimiento del otro. Es vivir un mundo nuevo de placer, al límite, sexo que sale directamente de la fuente del dolor hasta convertirse en placer apabullante.



Escocia, es la magia, es sexo de otros tiempos, increíbles, oscuros, irreales, es disfrutar como nunca de todo lo que ocurre en tu cuerpo. Es ser consciente de las sombras que te rodean y de las estrellas que te arropan, mientras tu cuerpo se alinea con el de la otra persona, voraz y ansioso.



Berlín, es el sexo transgresor, innovador, diferente y original, con alguien con un pasado muy oscuro, pero renovado por dentro y por fuera. Es como hacerlo con varias personas a la vez, sientes todo al unísono, volviéndote loco de deseo y queriendo aprender más, siempre más. Es el sexo que quieres repetir a toda costa.

Podría seguir con muchos más lugares, pero esto es una muestra suficiente para haceros pensar en ello cuando visitéis algunas de estas ciudades o países. Claro, tú lo puedes percibir de manera diferente, y eso es bueno. O puedes darme la razón, la intención no es otra que el que hagas este ejercicio cuando viajes, la imaginación es infinita y poderosa.

Paz, amor y sexo, eso es lo que necesitamos de verdad, y dependiendo del momento, no en este orden necesariamente…

Y como dice una queridísima amiga mía, ¡hay que “poner una chincheta” en todo lugar que visitas!




@PILISINMAS



2 comentarios:

  1. muy buena reseña de los sexos de las ciudades ja... lástima que uno no pueda acordar o no porque no conoce nada ja.... salu2....

    ResponderEliminar
  2. Nunca es tarde para empezar a conocer!! Gracias! Me alegra que te haya gustado

    ResponderEliminar