
Si la sobrevalorada “Midnight in Paris” al menos tenía un
placentero halo romántico, tan superficial como encantador, en ésta que nos ocupa el talento del genial cineasta se intuye con cuenta gotas.

Cuatro historias de muy dispar calidad, algo habitual en
este tipo de propuestas.
Por su división en episodios haré el análisis separando cada
uno de los cuatro para centrar mejor las cuestiones que les correspondan en
concreto.




Baldwin y el propio Allen tienen las mejores líneas de
diálogo, con diferencia, de la película.
La influencia de Boccacio y “El Decamerón” es marcada, en su
estructura episódica y en sus enredos sexuales.
Como elemento común, al menos a algunas de las historias de
la película, que podría vertebrar de algún modo “A Roma con amor”, tenemos
cierta reivindicación de lo cotidiano, de lo normal, algo que vemos tanto en la
historia de Benigni como en la del cantante de ópera o en la de Baldwin.
Baldwin se encontrará con un joven estudiante de
arquitectura admirador suyo que le guiará por la zona en la que vivió en su
juventud, aquí comienza un relación peculiar de ecos bergmanianos al estilo Allen que deja momentos bastante
satisfactorios a nivel narrativo.
Allen se ríe de sus propios tópicos en los enredos amorosos
en esta historia, así pondrá en labios de Baldwin lo que muchos pensamos cuando
la novia de Jesse Eisenberg, Sally (Greta Gerwig), anuncia que una amiga suya
tremendamente sensual y excitante va a pasar unos días con ellos… De hecho
resulta extraña la actitud cambiante de la novia, algo que es divertido en todo
caso, ya que vende a su amiga como un terremoto sexual muy atractivo, incluso provoca
que se queden a solas, mientras que en otras ocasiones muestra ciertas inseguridades sin
mucha preocupación…
La trama, con ese Baldwin que aparece repentinamente en todos
lados y se inmiscuye en todos los aspectos de la vida de su joven y reciente
conocido, parece un caos incoherente de inicio para convertirse, en su
estimulante surrealismo, en lo mejor de la película con diferencia. Un Alec
Baldwin en su salsa, muy divertido y con grandes líneas de guión. Una historia
y un personaje que se pueden interpretar como la personificación de la
conciencia y el sentido común del personaje interpretado por Jesse Eisenberg o,
más bien, como una revisión de su pasado en Roma del personaje que interpreta Alec
Baldwin, de ahí que las referencias a Bergman y sus “Fresas salvajes” (1957)
sean obligadas. Un romántico viaje al pasado, un gran recurso narrativo… por
eso todo lo que ocurre es inevitable y Eisenberg caerá en los errores a pesar
de las advertencias de Baldwin.


“El coche es diferente. Puedes follarme en el coche sin
problema”.
Allen y Judy Davis viajan desde Nueva York para conocer al
novio izquierdoso y ex comunista de su hija, con la que se va a casar. Allen se
recrea con su personaje es todos sus miedos, conocidos por sus seguidores, su
aprensión e hipocondría, así le veremos sufrir durante un viaje en avión o
quedar impactado tras el apretón de manos del dueño de una funeraria y padre
del novio de su hija, ¡sin haberse lavado las manos!
-Davis: “Estás calculando en euros, en dólares es mucho
menos”.
Los diálogos de esta historia son muy buenos, ejemplos hay
muchos, como cuando Allen habla de ópera y música clásica con su hija y su novio.
La relación del clásico urbanita americano, de clase acomodada, interpretado
por Allen, con el novio de su hija plantea temas típicos del autor, conflictos
por temas políticos, algo que ya vimos, por ejemplo, en “Midnight in Paris”
(2011). El personaje de Allen, en esa falta de talento (aunque parece
identificarlo con claridad), pero muchas ínfulas, nos puede recordar al que ya
interpretara en “Broadway Danny Rose” (1984).
En esta historia tenemos muchos de los temas más
característicos de Allen, por eso se ha reservado un papel. Diálogos donde se
menciona el miedo a la muerte, las aprensiones o el psicoanálisis… de hecho el
personaje de la mujer de Allen, Judy Davis, se erigirá en una especie de psicóloga
de su marido de forma constante.

-Allen: “Va a ser el cantante de ópera más famoso del
mundo”.
-Davis: “Y desde luego el más limpio”.


Por supuesto después de todos los sufrimientos que le da la fama el
bueno de Benigni la echará de menos.
Un episodio que tiene todo el espíritu de las historias más
alegóricas de Allen, especialmente las cortas.
Sin duda es la historia más floja, infidelidades y trama
previsible, especialmente para el conocedor de la obra del director
neoyorquino. Típica historia de adulterios. Una novia (Alessandra Mastronardi),
que se perderá en la búsqueda de una peluquería y un novio (Alessandro Tiberi),
que se ve envuelto en un enredo amoroso con una exuberantemente vulgar
prostituta interpretada por Penélope Cruz. Penélope realiza un papel que nos
puede recordar al de Mira Sorvino en “Poderosa Afrodita” (1995). Su personaje
gozará de buenas frases de diálogo, como las que tiene acerca del Vaticano y
“trabajar boca arriba”, diálogo que recuerda a otro, también en boca de una prostituta, en la excelsa "Desmontando a Harry" (1997).
Como es de suponer el joven e inexperto matrimonio adquirirá
algo más de experiencia junto a sus repentinos encuentros, la prostituta y una
famosa estrella de cine, aunque esta última será sustituida por un ladrón de
tres al cuarto… la cosa es ser infiel sin mirar con quién. Típica trama de
comedia sesentera sexual italiana al estilo Allen. Enredos tremendamente
artificiosos, aunque Allen se esmere en justificarlos. Una novia aparentemente
ingenua que resulta una guarrilla, un novio inexperto y fiel que cae en la
tentación de Penélope Cruz… Tópico.
Ornella Muti tendrá un pequeño cameo.
Presenta algunos recursos estilísticos interesantes, como la
panorámica circular ante la perdida novia.
“A Roma con amor” es simpática e irregular, larga en exceso
en algunas de sus historias, con un Allen que sigue igual de romántico y
decepcionante en esta última época.
Me alegra leer que consideras a "Midnight in París" sobrevalorada. Siempre lo he pensado y no entiendo que algunas personas la incluyan dentro de lo mejor de Allen. Sobre "A Roma con amor", decir que me ha gustado más tu análisis que la película :) Simpática, pero ya (eso sí, los momentos-ducha, impagables: de saltarse las lágrimas de la risa, y eso, la verdad, no se consigue fácilmente).
ResponderEliminarUn saludo,
Patricia
Hola querida Patricia, estuve a punto de suspenderla y ponerla un 2, pero al final pensé que a mucha gente le entrentendría dentro de lo que acabe, así que 5 raspado.
ResponderEliminarSobre Midnight In Paris, coincido, creo que los que la valoran tanto son gente que no conoce la obra de Allen, esa película es una simplificación mayúscula y mucho menos talentosa. Bonita y poco más.
Allen me lleva decepcionando casi una década, con alguna excepción.
Un abrazo.
La he refrescado hace unos días....típico momento de aburrimiento....y mi pasión por Italia me hizo darle una segunda oportunidad....entonces solamente me entretuvo ahora algo menos....en lo particular a mi Roberto Benigni solo me gustó en "La vida es bella"....honestamente es que no me va nada....y aunque W. Allen no es ni muchísimo menos mi director preferido esperaba muchísimo más de una película suya...
ResponderEliminarEs una decepción, pero es que Allen lleva mucho tiempo irregular. Benigni es lo que es, un humorista, no sé si calificarlo como actor jajaja. Tras eso ha desaparecido bastante, lógico...
EliminarCorrecta apreciacion.....hijo si eres humorista dedicate a eso....
EliminarMe alegra que te gustara.
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